Contra la Covid-19, cueste lo que cueste

Para muchos es un juego, otros lo ven como algo que pudiera ser, pero lo cierto es que es una realidad, está vigente, palpable y muy peligrosa en cualquier edad o persona: la COVID-19 nos acecha
Desde que esta enfermedad comenzó con sus primeros casos en el país, la mayor preocupación para las autoridades sanitarias fueron los grupos de personas vulnerables, principalmente los infantes, para ellos redobló esfuerzos y destinó varios recursos con el fin de garantizar el bienestar de los que saben querer.
Nuestra ciudad con cuatro hospitales provinciales, acoge en dos de ellos a personas sospechosas con patologías asociadas y a enfermos de coronavirus; en el pediátrico local reciben atención especializada todos los niños y adolescentes que esperan el resultado o confirmación de su PCR de la provincia Granma.
Con una reorganización de sus funciones y servicios, este centenario centro asistencial apuesta por la vida y la salud de todos sus pacientes. La licenciada Katia Ávalo Sánchez es jefa del departamento de enfermería y asegura que “es una ardua tarea la que hoy se asume, pero se trabaja para lograr que nuestros pequeños se sientan como en su casa”.

Katia Ávalo Sánchez//Foto Lilian Salvat Romero


“Se trazó una organización hospitalaria en cuanto a camas, disponible para estos casos 35 divididos en dos salas; ha sido intenso y complejo, continuamos con nuestra función de hospital pediátrico provincial atendiendo otras patologías y al unísono esta nueva tarea, que desempeñan en zona roja ocho enfermeros por rotación; esta cifra disminuye o aumenta en dependencia de la morbilidad que se maneja dentro del servicio, que se mantiene con un flujo de unos 20 pacientes diarios, cifra muy alarmante porque nunca esperábamos que fuera tan elevada, pero las indisciplinas sociales que existen hoy han incrementado el número”.
“Es muy alarmante ver a lactantes, a madres puérperas llegar a nuestro servicio – comenta la seño Juana de la Caridad Varona Rivero, quien es responsable de enfermería en la zona COVID-19 del hospital pediátrico provincial Hermanos Cordové de aquí – diariamente recibimos varios casos de otros municipios, principalmente de Bayamo y Jiguaní de la región del Cauto, y del Guacanayabo destaca Niquero con el mayor número; es necesario hacer un llamado de atención a las progenitoras desde las áreas de salud, porque son preocupantes estas cifras de infantes que atendemos, en su mayoría menores de un año”.

Juana de la Caridad Varona Rivero //Foto Lilian Salvat Romero


Ávalo Sánchez, explica que “existe un protocolo a seguir en el manejo de estos pacientes, que comienza en la atención primaria, cuando es reportado como sospechoso, luego es remitido a nuestra unidad, una vez aquí se clasifica en el Cuerpo de Guardia destinado a afecciones respiratorias, dividido así en la nueva organización; una vez aquí se decide para cuál sala se dirige, y el protocolo a seguir, es bueno destacar que aquí solo permanecen en espera de su positividad o diagnóstico definitivo, los confirmados como positivos son remitidos a Santiago de Cuba que es donde se tratan los enfermos, aquí principalmente es la vigilancia”.


Rafael Antonio González Machado estuvo en el primer grupo de valientes que abrió el servicio, “no puedo negar que el temor era evidente, es una enfermedad nueva, de la que muy poco se conocía, procederes en su mayoría pocos utilizados, pero a pesar de eso había que sobreponerse y pensar en esas criaturitas que necesitan de nuestro trabajo para preservar sus vidas, había que transmitirle mucha confianza y sobre todo amor, nuestro profesionalismo tenía que imponerse a esa adversidad.

Rafael Antonio González Machado//Foto Lilian Salvat Romero


“Un trabajo de mucho riesgo por la exposición directa al virus, pero a la vez gratificante, nunca se escatimó nada, ni recursos, ni atención médica especializada para estos pacientes, el bienestar y su calidad de vida es lo principal.
Contamos con todos los recursos y medios de protección tanto para ellos como para todo el personal que labora en esa zona tan peligrosa, la alimentación, los medicamentos, tampoco fue impedimento para una atención de excelencia; lo hicimos lo mejor que pudimos y sobre todo con el corazón”.
Distingue a este centro la competitividad de sus profesionales, el buen manejo de sus pacientes y la entrega desmedida de todo su personal, tanto médico como de apoyo, quienes son continuadores de una sociedad justa; la vida es lo principal, no importa cuánto cueste.