Durante 2017, la isla vio cómo se incrementó el acoso desde Estados Unidos con la llegada de Donald Trump a la presidencia de ese país, lo que significó un retroceso para las relaciones bilaterales, tras un período de acercamiento.
Otro escollo importante en el año fue el azote en septiembre del huracán Irma, que recorrió gran parte de la costa norte cubana con categorías de entre 5 y 3 en la escala Saffir-Simpson (gran intensidad) y afectó a 12 de las 15 provincias del país.
No obstante, el pueblo cubano supo crecerse ante la adversidad y resistir, como tantas veces lo ha hecho, los embates de la naturaleza y la hostilidad estadounidense.
Desde el punto de vista de la economía, el país registró un modesto crecimiento del Producto Interno Bruto en un 1,6 por ciento, favorecido por la dinámica en el turismo y los incrementos en los sectores del transporte, las comunicaciones, la agricultura y las construcciones. Además, se aseguró la vitalidad de los servicios sociales que reciben gratuitamente todos los cubanos, pues tener al ser humano como centro de la atención es uno de los principales logros de Cuba desde 1959 hasta la fecha.
En ese sentido, la isla concluyó el año 2017 con notorios resultados en materia de salud al registrar la menor tasa de mortalidad infantil en su historia, reducción de muerte materna y mejores indicadores epidemiológicos.
Igualmente continuó el crecimiento de la esperanza de vida al nacer de la población cubana, que ya alcanza los 78,4 años, según el ministerio de Salud Pública.
También son notorios los logros de Cuba en el área de la educación. En ese sector sobresale, sin duda, la prioridad concedida a la enseñanza especial, orientada a formar ciudadanos bajo los principios de la equidad y la igualdad de posibilidades.
La Educación Especial cubana cuenta en la actualidad con unos 12 mil profesores, más de 500 máster y de 120 doctores en Ciencias Pedagógicas que avalan la calidad y los avances de una modalidad que, aunque costosa internacionalmente, no deja de ser gratuita.
Tal voluntad refleja que, pese a las campañas mediáticas en su contra y el recrudecimiento del bloqueo económico, financiero y comercial impuesto por Estados Unidos, Cuba no dejará de apostar por la ruta de transformaciones sociales para beneficio de todos.
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