Concluyó la primera edición de los Juegos Panamericanos Juveniles que desde el pasado 25 de noviembre acogió Cali, Colombia y donde su quinto lugar en la tabla de medallas puso de manifiesto la calidad de los atletas cubanos.
La cosecha de preseas, 29 en total para asegurarse por encima de países fuertes como Argentina, con 15 premios para los varones y 14 de las mujeres, mostró la realidad de su labor desarrollada con estos noveles atletas, además de en lo competitivo, en pos de la igualdad de género, elemento este impulsado en los últimos años por el COI.
Brillan más nuestros deportistas porque, como vimos en sus declaraciones tras competir, se hallaban en etapa de preparación, no competitiva, como fue el caso del atletismo, que en agosto tuvo el Campeonato Mundial Juvenil, en Nairobi, Kenya, y ahora en Cali ganó seis preseas doradas femeninas, con dúo de oro y plata como el de Silinda Morales y Melany Matheus; y tres primeros lugares más del masculino.
No dejemos de mencionar como lo más sobresaliente las tres preseas, dos de oro y un bronce de Anisley García, en clavado, o las diez de la lucha como el deporte que más aportó, siete los varones y tres de las mujeres, y en el cual Arturo Silot (97 kg) venció en la libre al representante de Estados Unidos, Peter Casale, país líder mundial. También el boxeo marcó con cuatro doradas, el canotaje con Katherine Nuevo, todos dentro de una delegación entregada a dar el máximo en cada prueba.
Cuba participó en 26 de los 39 deportes convocados y el mérito es mayor está en que no tuvo presencia en 190 pruebas de las 311 convocadas, como muestra de su eficiencia competitiva.