Buscar la adecuada relación que debe haber entre centralización y descentralización de los procesos económicos-financieros del país, resulta un paso necesario para un mejor desempeño de la economía, tal y como reflexionó este lunes el presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel, en el balance del Ministerio de Economía y Planificación (MEP).
“Hay que definir dónde tenemos que centralizar y dónde no, para que ambos procesos no se conviertan en trabas y ninguno supere la magnitud que realmente debe tener”, argumentó el mandatario en la reunión a la que asistieron Esteban Lazo, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular; Manuel Marrero, primer ministro; los viceprimer ministros Ricardo Cabrisas y Alejandro Gil, titular del MEP, junto a otros dirigentes del Partido, el Gobierno y el sector.
Díaz-Canel comentó que en un trabajo que involucró a organismos e instituciones, fueron identificadas las trabas que frenan a la economía, en aras de tomar las decisiones necesarias.
El presidente dijo que el MEP, llamado a ser “un ministerio de pensamiento”, tiene la tarea de propiciar una conducción de la economía innovadora, en tanto impulse la sustitución de mecanismos administrativos por económicos-financieros.
Al respecto, el titular del organismo coincidió en la necesidad de ir hacia un plan más flexible, acorde con los diversos actores económicos que conviven en el país.
Precisamente, “estamos evaluando no emitirle el plan a todo el mundo, y que sea más abierto y menos detallista, que ponga las reglas del juego y que proteja a las principales prioridades”.
Considero —abundó— que llegó la hora de cuestionarnos la necesidad de emitirle indicadores al sector empresarial. “Sabemos que esa emisión, desde hace años, roza casi con el formalismo”.
Gil dejó claro que lo anterior no significa “que renunciemos a la planificación centralizada. Porque en un país como el nuestro, con limitaciones de recursos, es imprescindible planificar centralizadamente, lo que no quiere decir que tengamos que emitirle a todo el mundo indicadores directivos. Debemos mantener los balances centrales del país y que no sea el mercado el que asigne los recursos”.
Informó que algunos de esos conceptos deben ponerse en práctica desde la ejecución del plan de este año, mientras que para 2020 el diseño será sobre bases más flexibles.
Sintetizó que el plan tienen que ser un instrumento dinamizador de la economía, que incentive a las fuerzas productivas y que proteja a las principales actividades económicas.
“De la puerta del MEP hacia afuera se concibe como una traba. ‘Si no fuera por el plan pudiera hacer más, dicen no pocos empresarios’. Esa hojarasca tenemos que quitarla del camino”, expresó.
El titular consideró que tal paso requiere un ministerio más dinámico, creativo y generador de soluciones, cuya principal tarea no sea hacer un plan, sino hacer que la economía funcione.
El deber de informar, explicar…
En otro momento de su intervención, el presidente de la República valoró la importancia de mantener una permanente comunicación con el pueblo.
“Los resultados de la economía, los buenos y malos, tienen que ser transparentes para el pueblo, los tenemos que presentar para que el pueblo entienda hacia dónde queremos llegar, por qué llegamos o no en determinados momentos, a qué retos y desafíos estamos expuestos”.
Ante las presiones por parte de la actual administración estadounidense, llamó a “no dejarnos intimidar, a no detenernos y seguir demostrando lo que somos capaces de hacer”.
En función de afrontar la compleja situación y eliminar trabas, recordó las medidas tomadas para fortalecer a la empresa estatal socialista, e informó que en la actualidad se estudia otro grupo de decisiones.
Díaz-Canel trazó líneas de trabajo en las cuales el MEP tiene un papel imprescindible:
- Buscar una manera más adecuada para establecer la relación entre todos los actores económicos.
- Establecer un mejor método para calcular el aporte real del sector privado y su relación con el sector estatal.
- Incrementar el control de la actividad inversionista.
- Potenciar la sistematización de análisis rigurosos sobre los hechos económicos.
El informe del MEP sintetiza el complejo escenario en el que se desarrolló la economía cubana en 2019, marcado por el recrudecimiento del bloqueo impuesto por Estados Unidos. Con el abierto propósito de asfixiar a la economía, el gobierno estadounidense se propuso impedir que llegara combustible al país, medida que continúa impactando al país.
Para enfrentar esa situación, se aprobaron importantes medidas dirigidas en lo fundamental a fortalecer la empresa estatal socialista.
El documento recuerda que en medio de las limitaciones se estimó que la economía cubana no decreciera, lo que constituye una prueba de la capacidad de resistencia y de las reservas internas que tiene el país.
Entre las perspectivas para el presente año, sobresale consolidar el trabajo de proyección estratégica hacia 2030, combinado con las realidades y escenarios actuales.
Otra prioridad es favorecer la industria nacional y los encadenamientos productivos. Este año se destinan más de 240 millones de dólares a financiar producciones que antes se importaban. No obstante, “todavía se reportan capacidades disponibles en la industria nacional e importaciones de renglones que podemos asumir”.
El desarrollo local fue uno de los temas principales tratados en el balance. Se conoció de experiencias en Holguín y Ciego de Ávila que, en alianza con las universidades, impulsan iniciativas en beneficio del territorio
Iliana Núñez Acosta, al frente de la dirección provincial de Economía y Planificación en Ciego de Ávila, propuso flexibilizar algunos mecanismos, fundamentalmente los relacionados con el vínculo con las formas de gestión no estatal. De los 22 proyectos que existen en ese territorio, nueve son fomentados por una cooperativa agropecuaria.
La especialista planteó la pertinencia de otorgarle personalidad jurídica a los proyectos de desarrollo local.