Cuba un pequeño archipiélago donde el bienestar de sus pobladores es la máxima de sus gobernantes, la premisa desde aquel primero de enero de 1959, cuando triunfó la Revolución cubana liderada por jóvenes llenos de sueños y aspiraciones de igualdad social.
Hoy, esos anhelos son más que una utopía, son la realidad social que se respira en un país económicamente bloqueado por el poderoso impero del norte. Pese a las dificultades, las personas tienen atención médica y educacional sin importar la raza, nivel cultural, el credo o posición social.
Se puede ver cómo las mujeres ocupan más del 50 por ciento de los cargos en la Asamblea Nacional del Poder Popular, el 48 por ciento de los integrantes de consejo de estado y un alto porcentaje de las féminas cubanas son profesionales graduadas de nivel superior.
La igualdad se define como no discriminación, no significa semejanza, sino que los derechos las responsabilidades y las oportunidades no dependen de las características con que se nacen, suponiéndose que se tenga en cuenta los intereses, las necesidades y las prioridades de todos.
La conquista de la igualdad ha sido uno de los reclamos de los procesos revolucionarios en la humanidad desde los tiempos de las grandes civilizaciones hasta la fecha.
Cuba apuesta por una visión del mundo más próspera, pacífica y justa que sea mejor tanto para las mujeres como para los hombres, así como el no acoso sexual y las diferentes formas de violencia contra las mujeres y las niñas.