La Habana, 2 ene (Prensa Latina) Cuba centrará sus esfuerzos durante este año en impulsar la implementación de su estrategia económica y social, que tiene hoy al ordenamiento monetario como principal acción.
Como se anunció el pasado 10 de diciembre y entró en vigor este 1 de enero, se eliminó la circulación legal del CUC -peso convertible- y se estableció una tasa de cambio única de 24 pesos por un dólar.
Desde esa fecha –que marcó la arrancada del proceso de ordenamiento monetario– quedaron suprimidos los subsidios excesivos y gratuidades indebidas, y comenzó una modificación en la distribución de los ingresos con una reforma general de salarios.
Para el corriente, tal como se relaciona en el plan de la economía, aprobado por el Parlamento cubano, las acciones fundamentales tratarán de mantener bajo control la inflación, para evitar que se exprese por encima de los niveles proyectados.
Las autoridades gubernamentales y analistas de la economía en la isla han reiterado que dado el desequilibrio monetario existente, es necesario implementar medidas ajustadas al contexto actual que enfrenta la economía.
Tomarán impulso las iniciativas para generar nuevos empleos, fundamentalmente en la esfera productiva, para lo cual es imprescindible incentivar el desarrollo local, en la aspiración de convertir al trabajo en la principal fuente de riquezas y bienestar.
Se trata de eliminar las grandes limitaciones en término de capacidad de compra de los ingresos de los trabajadores y las distorsiones en materia salarial que existían.
Cuba tiene un millón 400 mil personas que laboran en formas no estatales de la economía, unos 618 mil trabajadores por cuenta propia, además de cerca de 3,1 millones en el sector estatal, los que deberán incrementar los niveles de productividad y eficiencia para elevar la oferta de bienes y servicios.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que sobre esa fuerza laboral gravitan tendencias demográficas que indican una reducción de la población económicamente activa, lo que se traduce en los próximos años en una gran carga sobre los ocupados.
Por tales razones al país le conviene contar con más empleos en el sector productivo, más que en el presupuestado, así como incentivar grandes procesos inversionistas que generen puestos laborales.
Previsto también dentro del ordenamiento monetario, la tasa de cambio establecida de 24 pesos por un dólar para el sector estatal debe favorecer a la industria nacional como proveedor de las ventas minoristas y mayoristas en divisas, frente que deberá crecer un 30 por ciento.
La gran aspiración es que todos los asalariados queden en mejores condiciones que las actuales, junto con una seguridad social que apoyará a las familias cuyos ingresos estén por debajo de lo necesario para vivir.
Como explicara recientemente el miembro del Buró Político del Partido Comunista y jefe de la Comisión de Implementación y Desarrollo de los Lineamientos, Marino Murillo, a Cuba no le era posible avanzar en la trasformación de su modelo económico y social sin aplicar una reforma salarial y de los ingresos en sentido general.
Por Cira Rodriguez César
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