La ministra de Educación de Cuba, Ena Elsa Velázquez, demandó hoy en la 41 Conferencia General de la Unesco la eliminación de bloqueos y sanciones que agravan el impacto de la Covid-19 en el derecho a la enseñanza.
Al intervenir en París en una reunión de alto nivel dedicada a la educación, denunció que la isla sufre un cerco aplicado por Estados Unidos, el cual complica de manera particular el desafiante escenario global generado por la pandemia.
“En Cuba, esa crisis se ve agravada por el recrudecimiento de manera deliberada y oportunista del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto hace más de 60 años por el gobierno de Estados Unidos”, advirtió en la tercera jornada de la Conferencia General, foro previsto hasta el 24 de noviembre.
La administración de Donald Trump estableció 243 medidas para fortalecer la política de asfixia contra la mayor de las Antillas, al menos 50 de esas acciones dictadas en plena pandemia, todas mantenidas por su sucesor en la Casa Blanca, Joe Biden.
De acuerdo con Velázquez, en estos tiempos corresponde anteponer la cooperación y la solidaridad a las políticas hostiles.
Cooperar es la clave cuando nuestras agendas coinciden en una prioridad: garantizar el derecho a una educación de calidad para todos y durante toda la vida, subrayó la funcionaria, quien encabeza la delegación cubana al evento de uno de los órganos de gobernanza de la Unesco, ente multilateral que mañana celebrará una sesión especial a propósito de su aniversario 75.
La ministra cubana insistió en su discurso en la necesidad de invertir en la educación y de intercambiar experiencias y buenas prácticas en el ámbito escolar, en aras de generalizar los resultados de las investigaciones y de la innovación.
Respecto a la isla, destacó que su Constitución refrenda la educación como un derecho supremo de todas las personas y el Estado garantiza el acceso gratuito y de calidad a la misma desde la primera infancia hasta la enseñanza de postgrado, con el 23,7 por ciento del presupuesto nacional destinado al sector.
Velázquez precisó que gracias a esta voluntad política, Cuba mantuvo en el escenario impuesto por la Covid-19 el proceso educativo a través de actividades televisivas, “con la implicación de las familias y convirtiendo los hogares en escuelas, usando las capacidades creadas en el país y poniendo a disposición de todos, de manera sistémica, los medios y tecnologías existentes”.
También resaltó el regreso a las clases presenciales, en un programa que culminará el lunes, retorno posible por la vacunación de los niños contra la enfermedad viral, con el empleo de inmunógenos elaborados a partir del desarrollo científico alcanzado por la nación caribeña.
La ministra aprovechó la tribuna de la reunión de alto nivel para reiterar en la Unesco el compromiso de Cuba con la solidaridad internacional, la cooperación multilateral y la lucha por un mundo mejor posible.