Cuba no está sola

La abrumadora fuerza de la solidaridad mundial con esta pequeña isla del Caribe estremece año tras año a un imperio que se empeña en someter con el peso de su poderío a quienes decidimos vivir en soberanía.

Contundente es el golpe cuando en la Asamblea General de Naciones Unidas, como en este junio cuando la comunidad internacional emitió 184 votos a favor, 2 en contra y 3 abstenciones, se aprueba la resolución con la cual Cuba exige la necesidad de poner fin al bloqueo genocida, que lacera a los habitantes de esta tierra con restricciones sofocantes y de la que no escapa ningún ámbito de nuestras vidas.

En las intervenciones que desde todas latitudes condenaron la política hostil de la superpotencia norteña trascendió el reconocimiento a quienes extienden su brazo altruista y se esfuerzan por mejores condiciones para los cubanos, a pesar de la pandemia, la crisis económica mundial y los más de 9 mil 157 millones de dólares a precios corrientes, y 436 millones mensuales de daños como promedio, ocasionados por el bloqueo a Cuba desde abril de 2019 hasta diciembre de 2020.

En la ocasión denunció el canciller Bruno Rodríguez que «las autoridades de Estados Unidos han tratado cínicamente de sembrar la idea del fracaso del sistema y de la ineficiencia del gobierno cubano, de que las medidas coercitivas no afectan al pueblo ni son realmente un factor significativo en las dificultades de la economía nacional».

Los ejemplos sobran para demostrar que es esta política de violación masiva, flagrante y sistemática de los derechos humanos de todo el pueblo, un acto genocida con consecuencias en las que se escudan hoy los sectores más reaccionarios de la Florida para incentivar hechos tan tristes como los del 11 de julio.

Desconociendo que es el bloqueo el principal obstáculo para el desarrollo de la mayor de las Antillas, la perfidia norteña crece, y este 22 de julio el presidente Biden anunció el incremento de restricciones para acentuar su afiliación, hasta el momento solapada, a las podridas corrientes anexionistas que lejos de pretender un bien para los cubanos se adentran en los mezquinos intereses de cumplir con el sueño imperial de la fruta madura.

Como es propio del Departamento de Estado norteamericano, echando mano a su condición, también denunció ayer el diplomático cubano Rodríguez Parrilla, además de ser cómplices de la mentira, subversión y la manipulación de la verdad de nuestra Cuba, «ejercen presiones económicas y políticas brutales contra un grupo de Gobiernos de Europa oriental, algunos de Europa occidental, y países de América Latina, en particular centroamericanos» para que suscriban la declaración con la que condenan al gobierno cubano y exigen el respeto y libertad del pueblo.

En vano buscan sumar a su desvergonzada causa a quienes reconocen en Cuba al hermano pobre que comparte, al que bajo presiones y carencias se consagra a la humana tarea de salvar a sus hijos y a los que en otros confines precisan de ayuda; que se erige como ejemplo de irrestricta decisión de soberanía manifestada incluso en los cinco candidatos vacunales que científicos cubanos desarrollaron y de los cuales Abdala trasciende como la primera vacuna contra la COVID-19 de los países de Latinoamérica.

El mundo acompaña a Cuba

Desde muchos rincones del mundo las voces se extienden para exigir el cese del genocida bloqueo, y acompañar a los cubanos y sus dirigentes en la faena de seguir construyendo la obra revolucionaria, reclamo que llega a diario y que, como en la carta suscrita por más de 400 exjefes de Estado, políticos, intelectuales, científicos, clérigos, artistas, músicos, líderes y activistas de todo el mundo, solicita al presidente de Estados Unidos que levante de inmediato las sanciones.

Mientras el imperio fortalece su arremetida, se acrecienta el reclamo que desde 1992 en la Organización de Naciones Unidas es mayoritario a favor de Cuba y su derecho a desarrollarse y proveer de mejores garantías a sus habitantes; y muchas más serán las gargantas que defenderán el derecho de los cubanos a vivir sin limitaciones por medidas impuestas por gobiernos ajenos, serán muchos más quienes se sumen a la causa justa de Cuba soberana que no está ni estará sola.