Llegó enero y con él un nuevo aniversario del Triunfo de la Revolución cubana, una obra social con todos y para el bien de todos, que nació de los humildes, por los humildes y para los humildes.
Ya son 63 años de grandes logros y victorias de un pueblo que se resiste a defender su esencia, dignidad y soberanía, imponiéndose a cada uno de los inconvenientes que surgen en la marcha, porque como dijera nuestro General de Ejército Raúl Castro: Sí se pudo, Sí se puede y Sí se podrá, alcanzar toda la gloria de una obra que nace de corazón para todos sus hijos.
Atrás quedaron unos duros 12 meses que estremecieron la isla azotada por una pandemia que nos arrebató a seres queridos, amigos y vecinos. Largos períodos de aislamiento sobrevivieron como necesidad de preservar la vida y tratar de frenar el crecimiento de una enfermedad presente en todo el orbe.
Pero gracias a la voluntad de quienes saben crecerse ante las dificultades se impuso la sabiduría, la ciencia y el amor hacia el prójimo, para celebrar la creación de vacunas y candidatos vaculanes que fortalecen el sistema inmune de los cubanos en esta lucha contra la COVID-19.
Así Abdala, como digno hijo de la Nubia adolorida, comenzó a dar esperanzas y arrebatar de la muerte las vidas de nuestros compatriotas, de la misma manera que se celebraron otros éxitos gracias al crecimiento del optimismo con la Soberana, la Mambisa y sus hermanas inyecciones cargadas de esperanzas.
Cuba vive y celebra también porque nos sobran razones. Somos un pueblo fortalecido que se impone a las fuertes amenazas de hacernos tambalear, somos capaces de enfrentarnos a ese otro virus que trata de asfixiarnos económicamente para rendirnos de hambre, cansancio y desesperación, el injusto bloqueo impuesto desde el gobierno de los Estados Unidos.
Y es que los cubanos estamos hecho de una esencia de valor, coraje y dignidad que nos distingue de todo el mundo, por eso siguen sobrando motivos para celebrar el aniversario de nuestra Revolución dispuestos a seguir avanzando desde las transformaciones del barrio, de cambiar todo lo que debe ser cambiado, de tocar corazones, de sumar y unir, porque Cuba Vive y vivirá por la alegría de sus hijos, por la compañía de sus pueblos hermanos que igual se unen a nuestra lucha por la dignidad plena del hombre, porque Patria es humanidad.
Celebraremos cubanos, y con todas las fuerzas luchemos Unidos, porque resistir y vencer no es sólo nuestra meta, es nuestro sello de cubanía, porque seguiremos conquistando logros por nuestro futuro y el de los demás. Nuevos retos se avecinan y sólo nuestro compromiso de avanzar logrará fortalecernos económica.
Nuestro deseo es continuar siendo libres y soberanos, por eso decimos con todo orgullo que Cuba Vive y celebra desde el corazón de todos.