Cuba vs. Ómicron: otra batalla ganada

No por esperada la noticia constituye otro motivo de regocijo para el país y la comunidad científica cubana: Cuba ha controlado la circulación de la variante Ómicron del SARS-CoV-2.

Y este resultado que, indiscutiblemente tienen que ver con la inmunización del 80 por ciento de la población cubana con las vacunas, nos diferencia notablemente de lo ocurrido en el escenario mundial, donde las tasas de contagios ha sido elevada; sin embargo y volvemos a nuestro país, la ola de enfermos provocada por esta última cepa del virus no superó a las anteriores y en tiempo relativamente corto, comenzó a observarse un control de la transmisión.

A partir de este nuevo escenario epidemiológico y también del desarrollo de la enfermedad en otros contextos internacionales, el país acaba de anunciar a través del Ministerio de Salud Pública modificaciones a los protocolos de actuación a los viajeros procedentes de los países de mayor incidencia de Ómicron, y que ahora solo deberán cumplir con el resto de los protocolos vigentes para las personas que llegan a la frontera.

Como expresamos al inicio de este comentario, nada es obra de la causalidad. Porque no se trata solo de que más del 88 por ciento de la población nacional haya transitado por su esquema de vacunación completo, y que además más de la mitad tenga ya su dosis de refuerzo.

La estrategia cubana ha ido más allá, porque incluye a su población pediátrica mayor de dos años, quizás la menos protegida a nivel mundial, y además una dosis de vacuna para los convalecientes de la enfermedad, un camino extraordinario y significativo que deja prácticamente sellado los niveles de inmunidad en el pequeño archipiélago de once millones de habitantes.

De las naciones en desarrollo, Cuba es actualmente la número uno en cobertura de vacunas y por ende, la que más avanza en el proceso de inmunización.

Hasta mediados de febrero en el mundo más de 400 millones de personas se habían contagiado con el virus de la COVID-19, y muchos de los países más pobres sufren de las asimetrías en la distribución de los inmunógenos para combatir la enfermedad lo cual los hace más vulnerables.

En el caso cubano, también figuramos entre las naciones de mayor velocidad en la vacunación de su población, lo que confirma la validez y efectividad de nuestras vacunas.

Los esfuerzos del país ahora se concentran en la protección a las personas de la tercera edad o con mayores vulnerabilidades. Un llamado reiterado por el presidente cubano y las autoridades sanitarias para acudir al médico tan pronto surjan los primeros posibles síntomas de la enfermedad.

Buscar soluciones ante un escenario epidemiológico adverso, ha dejado como enseñanza la validez de enfocar la solución a cualquier problema, por muy complejo que sea, desde la Ciencia e Innovación, porque aúna conocimientos y recursos humanos y materiales, para acortar los plazos en función de hallar la salida más eficiente, en este caso la de salvar vidas.