Denuncias, corrupción, poder narco y escándalos políticos: el saldo del juicio contra García Luna

Boceto de una audiencia previa al inicio del juicio contra Genaro García Luna, Nueva York, 3 de enero de 2020.Elizabeth Williams / AP

El juicio en contra del exsecretario de Seguridad Pública de México, Genaro García Luna, entró en su recta final y ahora ya solo falta que el jurado decida si lo considera culpable o inocente de los cinco delitos que se le imputan, y que se resumen en una presunta complicidad con el Cártel de Sinaloa.

Ha sido un proceso exprés que duró incluso menos de lo esperado. El 11 de enero, cuando comenzó el juicio con la selección del jurado, se estimaba que demoraría por lo menos dos meses.

Al final, bastó poco más de un mes para que los 12 miembros del jurado (siete mujeres y cinco varones) escucharan a los 26 testigos que convocó la fiscalía y a una sola testigo por parte de la defensa: Linda Cristina Pereyra, esposa de García Luna.

El imputado, en tanto, se negó a hacer uso de su derecho a refutar las acusaciones

Así, la voz de García Luna no se escuchó en la Corte Federal del Distrito Este en Brooklyn, lo que evaporó los rumores que había sobre la posibilidad de que confesara e involucrara en delitos a sus exjefes, los expresidentes Vicente Fox y Felipe Calderón.

De cualquier forma, el juicio ha sido histórico, ya que quien fuera uno de los funcionarios más poderosos de México durante dos sexenios tuvo que sentarse por primera vez en el banquillo de los acusados.

A sus 54 años, García Luna enfrenta cinco acusaciones: tres por conspiración internacional para exportar cocaína y otras drogas a EE. UU. a través de sobornos que le pagaba el Cártel de Sinaloa; otro por delincuencia organizada y uno más, por haberle mentido en 2018 a un agente federal de inmigración.

Según el Departamento de Estado de EE.UU., el exfuncionario empezó a recibir sobornos multimillonarios del Cártel de Sinaloa en 2001, cuando Fox lo nombró al frente de la Agencia Federal de Investigación, y continuó sus prácticas delictivas durante el sexenio de su amigo Calderón, quien lo nombró secretario de Seguridad Pública.

Si el jurado lo encuentra culpable, se arriesga a ser condenado a una pena que va de 10 años de prisión hasta la cadena perpetua.

Si lo consideran inocente, quedará libre de estos cargos, pero deberá enfrentar otro juicio que el Gobierno mexicano lleva adelante en su contra en tribunales de Miami por el presunto desvío de recursos público por un monto de 745 millones de dólares.

El proceso

La causa inició el 9 de  diciembre de 2019, el día que la inesperada detención de García Luna cimbró a la política mexicana. La captura se concretó en Texas, ya que, en cuanto terminó el Gobierno de Calderón, el exfuncionario se radicó en EE.UU., en donde continuó amasando una fortuna como empresario de servicios de seguridad.

Durante los tres años en que la justicia estadounidense demoró en iniciar el juicio, el exsecretario permaneció detenido. La selección de jurados comenzó el pasado 11 de enero, pero la primera audiencia recién se llevó a cabo el 23.

A partir de ese día, cada jornada estuvo marcada por la tensión.

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El tribunal lo encabezó el juez Brian Cogan, el mismo que en 2019 condenó a cadena perpetua al líder del Cártel de Sinaloa, Joaquín ‘el Chapo’ Guzmán. El equipo de cinco fiscales lo comandó Breon Peace. Y la defensa la lideró el abogado César de Castro.

En un principio, se especuló con la posibilidad de que el “testigo estrella” fuera Édgar Valdez Villarreal, alias ‘la Barbie’, un sanguinario sicario que fue condenado a 49 años de prisión, que aseguró ser informante de agencias estadounidenses y que, según versiones periodísticas, brindó información para la captura del ‘Chapo’.

También abundaron los rumores sobre una posible presentación de Emma Coronel Aispuro, la esposa del ‘Chapo’, que a fines de 2021 fue condenada a tres años de prisión al declararse culpable de los delitos de tráfico de drogas y lavado de dinero.

Sin embargo, ni ella ni ‘la Barbie’ fueron convocados finalmente al juicio contra García Luna.

La fiscalía presentó a 26 testigos, nueve de los cuales trabajaron para cárteles mexicanos. Y sí hubo un “testigo estrella”: Jesús ‘el Rey’ Zambada, hermano de Ismael ‘el Mayo’ Zambada, líder del Cártel de Sinaloa.

Acusaciones

La declaración de Zambada tuvo un peso extra debido a que formó parte de la estructura central del Cártel de Sinaloa. Es decir, que conocía los manejos financieros de la organización y la nómina de funcionarios corruptos.

En su declaración, ratificó lo que ya había dicho en otros procesos: que él mismo le entregó a García Luna cinco millones de dólares en sobornos a cambio de que protegiera a la organización criminal.

El hermano del ‘Mayo’ fue detenido en México, en 2008. Cuatro años más tarde, lo extraditaron a EE.UU., en donde firmó un acuerdo de colaboración que le permitió convertirse en uno de los testigos fundamentales en el juicio contra ‘el Chapo’. Después quedó libre y su ubicación se mantuvo en el más estricto secreto hasta que el 13 de febrero testificó en contra de García Luna.

Con Zambada, fueron tres los narcotraficantes que aseguraron haberle entregado fortunas en efectivo al exsecretario. El primero fue Sergio Villarreal, alias ‘el Grande’, quien reveló que García Luna recibía mensualmente entre uno y tres millones de dólares y que a él le tocó darle una vez uno de esos sobornos. Después, Óscar Nava Valencia, ‘el Lobo’, dijo que le dio personalmente 7,5 millones de dólares.

La defensa de García Luna intentó desacreditar estos testimonios con el argumento de que los tres son delincuentes condenados que buscan beneficios de las autoridades estadounidenses, ya sea recortes de pena o, de plano, la libertad y permisos de residencia.

Los abogados también argumentaron que ninguno entregó pruebas de los pagos, aunque desde el principio del juicio el juez Cogan admitió que eso sería difícil porque no suele quedar registro de los sobornos.

Así, el jurado deberá evaluar si considera que los testimonios son lo suficientemente sólidos o no.

Escándalos

El juicio contra García Luna ha representado un escándalo en sí mismo, ya que de puso la lupa sobre la corrupción de la política mexicana. El exsecretario es el funcionario de más alto rango que ha tenido que someterse a un proceso de este tipo.

Desde que lo detuvieron, abundaron las críticas y sospechas hacia los expresidentes que lo designaron en cargos estratégicos de Seguridad. La atención estaba puesta en particular en Calderón, quien al inicio de su Gobierno lanzó una guerra contra el narcotráfico de la que García Luna quedó a cargo.

Pero, según el Gobierno de EE.UU., en lugar de combatir a los narcotraficantes, García Luna se alió con ellos.

La relación entre Calderón y García Luna siempre fue cercana. Por eso, parte de la expectativa del juicio estaba puesta en la posibilidad de que el exsecretario decidiera confesarse culpable y salpicara a su exjefe.

Aunque el acusado decidió mantenerse en silencio, Calderón sí fue involucrado con el crimen organizado por primera vez ante un tribunal.

El responsable fue el exfiscal de Nayarit, Edgar Veytia, quien desató una fuerte controversia al declarar que, en 2011, el entonces gobernador de este estado, Ney González, le contó que García Luna y Calderón dieron la orden de proteger al Cártel de Sinaloa, una denuncia que desde hace décadas se había realizado en múltiples investigaciones periodísticas.

Los abogados de García Luna descalificaron la acusación, otra vez, por falta de pruebas y porque el fiscal no fue testigo directo de la supuesta orden de Calderón. Además, Veytia está condenado en EE.UU. por narcotráfico y colaboró en el juicio para acortar la pena de 20 años de prisión que se le impuso.

El historial delictivo del exfiscal, narcotraficante y testigo no frenó el escándalo. Al contrario. Su denuncia tuvo repercusión internacional, lo que obligó a Calderón a responder públicamente. Tal y como lo ha hecho en los últimos años, el expresidente negó cualquier relación con el narcotráfico.

Más allá de la desconfianza que generan las declaraciones de narcos condenados, lo que sí es un hecho es que, como ellos han afirmado en el juicio, durante el Gobierno de Calderón y con García Luna como secretario de Seguridad el Cártel de Sinaloa creció, se fortaleció y se convirtió en la organización criminal más importante de América y una de las más poderosas del mundo.

Ello explica que, de acuerdo con una encuesta realizada en México por la consultora Eknoll, el 84 % de las personas entrevistadas considere que Calderón debe ser investigado por presuntos nexos con el narcotráfico.

Periodismo

Otra polémica que dejó el juicio fue la renovada sospecha de corrupción que siempre ha cubierto a parte del periodismo mexicano.

En este caso, el escándalo afectó a El Universal, un periódico centenario y parte de la prensa tradicional y actualmente opositora al presidente Andrés Manuel López Obrador.

Héctor Villarreal, exsecretario de finanzas de Coahuila, afirmó ante el tribunal que el Gobierno de este estado le pagó sobornos por 25 millones de dólares mensuales a El Universal para que publicara información favorable sobre García Luna y la Secretaría de Seguridad.

El diario desmintió las acusaciones en varios editoriales. Como les pasó a los testigos a lo largo del juicio, el problema del declarante fue la falta de pruebas, ya que presentó facturas por servicios que supuestamente el diario no prestó y que, según él, solo se emitieron para justificar los abultados egresos.

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López Obrador se hizo eco de la polémica y aprovechó para reiterar sus críticas a la prensa mexicana, al considerar que no estaba cubriendo como debía el juicio contra García Luna a pesar de su trascendencia.

Por eso, decidió incorporar a diario un reporte del juicio en su conferencia mañanera. Aunque de manera insistente criticó la corrupción de sus antecesores, el presidente pidió esperar a que la justicia estadounidense dicte su veredicto.