Despaigne: De Japón, Lima y el Premier

Alfredo Despaigne es un ídolo en el béisbol de Japón. Foto: Yuhki Ohboshi
Alfredo Despaigne es un ídolo en el béisbol de Japón. Foto: Yuhki Ohboshi

Llegó al hotel Prince Shinagawa a visitar al equipo cubano de judo que participaba en el campeonato mundial y de momento fue reconocido en el lobby por varios niños y japoneses que no perdieron la oportunidad de pedirle un autógrafo. Alfredo Despaigne es un ídolo en el béisbol de esta nación asiática y, por supuesto, una voz más que autorizada para opinar acerca de ciertos temas actuales y también sobre su experiencia y futuro en la tierra del sol naciente.

Esta fue la conversación exclusiva, días antes de que arribara a 150 cuadrangulares en toda su trayectoria por la segunda liga profesional más importante de este deporte en el mundo. Cada una de sus palabras lleva implícito enseñanza, compromiso y cubanía.

—Esta campaña ha sido intermitente, empezaste bien, luego descendiste un poco y ahora otra vez en alza. ¿El rigor de tantos partidos comienza a hacer estragos?

—En una temporada tan larga, donde la mayoría de los terrenos son sintéticos, las lesiones son normales. La última fue por un swing en una práctica de bateo. El dolor en la rodilla con una buena dieta y un balance de medicamentos puedo controlarlo. A eso agrégale que hice un fuerte entrenamiento en Cuba y desde que llegué aquí no he parado. En el verano es donde mejor uno se ajusta al bate. Lo mío en el equipo es impulsar carreras, dar jonrones y tratar de jugar la mayor cantidad de partidos. Y hasta hoy lo cumplo.

—¿Estarías dispuesto a firmar dos años más en la Liga Japonesa con el mismo club o ya has recibido otras propuestas?

—Este es mi último año del contrato con este equipo. No me han dicho nada. Quedo como agente libre el 1ro de diciembre. Firmaría con este mismo club (Halcones de Softbank)  con el que he sido campeón dos años o con el otro (Marines de Chiba Lotte) en el que estuve al inicio. Ya le cogí el ritmo a la Liga Japonesa. Eso sí, estoy pensando en dos años más. A lo mejor me ofrecen un poco más de tiempo, pero tendría que pensarlo muy bien por temas de impuestos y hasta por el tiempo que quiero dedicar a la familia.

—El gesto de tocar la pierna con el casco cada vez que das jonrón se ha convertido en un sello entre los aficionados. 

—Eso nació espontáneamente y se quedó. Hoy si no lo hago es un problema para el espectáculo porque la gente lo espera y hasta la publicidad ya lo exige. Aquí se respira mucho béisbol, más que en Cuba. Los fanáticos son miles.

—Te pongo un ejemplo. Fui al Acuario hace unos días a un programa de televisión y los niños que estaban allí por poco no dejan grabarlo porque estuve más de una hora tirándome fotos, firmando autógrafos, pelotas, trajes. A veces molesta un poco, sobre todo cuando vas a viajar en tren o en avión con la familia, pero uno se acostumbra a convivir con eso. Y tú sabes que no soy de los que se le sube la fama a la cabeza.

—El Softbank es el equipo con más cubanos. ¿Cómo es la vida de ustedes dentro de las costumbres y la disciplina asiática, en ocasiones alejada de nuestra cultura?

—Nos llevamos muy bien. Moinelo, Gracial, Oscar Luis Colás, Ariel Miranda y yo. Hay también un estadounidense, un holandés que habla español y un venezolano. Un día cenamos en mi casa, otro día en la de Moinelo y así sucesivamente. Eso ha ayudado mucho porque antes estaba solo y era más dura la estancia.

Pero aquí hay una ley no escrita que dice: el mayor y el nuevo. Como soy el extranjero más veterano del equipo todo lo consultan conmigo, los entrenadores y los jugadores.  Me buscan para que les diga a los nuevos que no se puede hablar por teléfono cuando viajas en tren, en guagua, en el meeting antes del juego y durante el partido; que tienes que usar audífonos siempre para escuchar música, que en nuestras casas las bocinas no pueden pasar de un volumen establecido. Y nos hemos adaptado sin perder nuestra alegría porque somos profesionales de esta actividad.

—Vayamos a dos temas polémicos. ¿Cómo vio Despaigne lo sucedido en los Juegos Panamericanos de Lima? ¿Qué faltó: motivación u otras cosas?

—El equipo y la dirección no tienen la culpa. Hay que acabar de darse cuenta que el béisbol no es como antes. Ahora todo el mundo tiene peloteros en Grandes Ligas, Triple A o doble A y nosotros topamos con equipos de menor calidad, lo cual sale luego en el torneo.

Considero que la preparación fue muy larga para solo cinco partidos. Aquí se juega más pelota y se entrena un mes y medio solamente. La mayoría de los equipos que fueron a Lima se reunieron una semana o 15 días antes.

El sistema de escauteo del equipo nacional tiene que cambiar. Vamos muchas veces ciegos al juego de pelota. Ahora el béisbol es mucha informática. Los pítcheres a enfrentar dominan cuatro lanzamientos y eso en Cuba no se ve. Los universitarios estadounidenses son los de mayor nivel que enfrentamos y a esa gente apenas le bateamos.

Cuando la mínima es de 90 millas hay que trabajar sobre 93 millas en los entrenamientos para adaptarse. Y en Cuba no queda casi nadie que tire rectas entre 93 a 95 millas. ¿Cómo resolvemos eso?

En Japón si el lanzador que va a tirar es zurdo, en el calentamiento previo te lanza un zurdo. Y si va a tirar uno de mucha velocidad, tú puedes pedir a alguien que tire más duro. Nuestros lanzadores tienen que dominar más lanzamientos porque con recta, curva y slider cada vez es más difícil sacar out en torneos internacionales.

La motivación falla porque hay mucha presión. Aquí nadie se mete en tu vida fuera del estadio. Eso sí, te botan si no rindes porque tú eres un profesional y sabes lo que tienes que hacer: llegar temprano, no tomar ni fumar lo que no debes, descansar las horas necesarias. Eso le falta a nuestros jugadores.

En el caso de los contratados influyó quizá el cambio de horario y el cambio de pelota. Aquí está el mejor pitcheo del mundo y cuando tú enfrentas un pitcheo más lento a veces demoras en hacer ajustes.

Hay que revisarlo todo, pero lo cierto es que fue una actuación muy dolorosa para  el pelotero cubano, estuviera o no en ese equipo.

Se acerca el Premier 12. ¿Estarías de acuerdo en que sean convocados  cubanos no contratados por nuestra Federación que lo hacen en Japón y otras ligas (con la excepción de la MLB por la ruptura del Acuerdo) junto a los mejores de la Serie Nacional, y de ahí sacar el equipo al Premier 12?

—Si queremos hacer un buen papel y pelear hay que darles la oportunidad a los que juegan aquí aunque no estén contratados por la Federación Cubana. Onelkis García, Ariel Miranda, Alexander Guerrero, Dayán Viciedo y Leonys Martín. Hay otros que están en Corea, México, Dominicana, Puerto Rico y tienen experiencia profesional y pueden ayudar si los convocas.  El premio para el que se lo gane en los entrenamientos es ir a los Juegos Olímpicos si clasificamos.

La temporada japonesa se acaba el 24 de septiembre porque la acortaron por el Premier 12. Si el equipo Cuba viene a Asia a entrenar me incorporo aquí sin necesidad de viajar hasta allá. Será un torneo de mucho nivel y lograr la clasificación está difícil, aunque no imposible si se toman acciones de inmediato.

—¿Qué le puedes decir finalmente al elenco de Granma y a todos los seguidores que tienes en Cuba?

—A mi equipo que haga todo lo posible por estar en la segunda fase, adonde pudiera incorporarme en los play off. Al pueblo de Cuba que nos siga apoyando, que no dejen de soñar con nuestro deporte nacional, y que vamos a ser todo lo posible por clasificar a los Juegos Olímpicos. Que nunca dejen de apoyar a los que estamos aquí y a los que juegan la Serie Nacional. El béisbol es de todos.

El gesto de tocar la pierna con el casco cada vez que das jonrón se ha convertido en un sello entre los aficionados. Foto: Yuhki Ohboshi.

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