Manzanillo. Noviembre 27.- Un manzanillero vivió en carne propia los horrores de la injusticia cometida en 1871 con el fusilamiento de los ocho estudiantes de medicina.
Fue el Doctor Francisco Codina Polanco, quien siendo un novato del primer año de la carrera de medicina en la Universidad de La Habana, sufrió injusta cárcel por seis meses junto a los jóvenes que fueron escogidos al azar, para ser ejecutados por una injustificada venganza del yugo español el 27 de noviembre de 1871.
Lo anterior fue recordado en el espacio cultural Un médico manzanillero implicado en los sucesos del 27 de noviembre de 1871, realizado por especialistas de la Oficina Municipal de Monumentos y Sitios Históricos de Manzanillo para recordar la efeméride.
La actividad comenzó con un simbólico pase de lista a los ocho estudiantes de medicina asesinados, y contó con la animación de Durquitania Hernández Oliva, especialista del área de animación sociocultural de esta institución.
En la cita se hizo una reseña histórica a cargo de José Matilla, director de este centro, donde se destacó la figura del manzanillero involucrado en esta triste página de la historia de Cuba que nunca tendrá perdón.
Asimismo se proyectó un audiovisual bajo la dirección de Karen Brito, musicalizado por Juan Antonio Leyva y Magda Rosa Galván, en donde se explican, en palabras del fallecido historiador de La Habana Eusebio Leal, los detalles de la película Inocencia, filme que al final del encuentro fue disfrutado por el público de esta actividad compuesto por educandos del Instituto Preuniversitario Urbano (IPU) Julio Antonio Mella.
Francisco Codina Polanco se graduó de Bachiller en artes del Instituto de Segunda Enseñanza de Matanzas el 21 de junio de 1870. Ese mismo año ingresó en la Real Universidad de La Habana y en junio de 1871 examinó y aprobó el año de ampliación de medicina. El 15 de noviembre de 1871 matriculó el primer año, en su expediente universitario declara ser natural de Manzanillo.
El 20 de septiembre 1872 solicita al capitán general de la isla, que se le permitiese examinar el primer año de medicina, alegando que era «el único de todos los comprendidos en dicho sucesos que no ha podido marchar a la Península a continuar sus estudios».
Al día siguiente le pedía al rector de la universidad que le aprobaran matricular el segundo año de la carrera. Ambas gracias le fueron concedidas con fecha ocho de octubre de 1872. El 21 de diciembre de ese año se enfrentó a la prueba de curso del primer año de medicina, y en el curso académico 1872-1873, aprobó con muy buenas notas el segundo año.
En la Universidad de Sevilla concluyó su carrera de médico y en dicha institución recibió el grado de licenciado en medicina y cirugía el 23 de septiembre de 1876, despachándosele el título por el Ministerio de Fomento, el 13 de agosto de 1877.
Su espíritu se dió por entero al ejercicio de la profesión. La Habana no deslumbró al novel médico. Corrió hacia su natal Manzanillo y desde su llegada fue el médico del pueblo.
Fue el primer director del Sanatorio de la Colonia Española en Manzanillo, hoy hospital Provincial Ginecobstétrico Fe del Valle. Murió en Manzanillo próximo a cumplir 81 años, el tres de junio de 1934 y fue enterrado en el cementerio local.
