Cada 24 de octubre, Día Mundial contra la Polio, constituye una oportunidad para renovar el compromiso de erradicar la enfermedad a nivel global, empeño para el que resulta vital continuar con la vacunación y mantener las acciones de vigilancia epidemiológica.
La fecha representa un recordatorio de que, mientras exista un niño infectado, los infantes de todos los países corren el riesgo de contraer la poliomielitis, y si esta no se elimina de los últimos reductos restantes podría reaparecer en todo el orbe.
En 1988 la Asamblea Mundial de la Salud adoptó una resolución sobre la erradicación mundial de la poliomielitis, que marcó la creación de la Iniciativa de Erradicación Mundial, y desde entonces los casos de infección por poliovirus salvajes han disminuido en más de un 99 por ciento, refiere la Organización Mundial de la Salud (OMS).
No obstante, la enfermedad es endémica en partes de Afganistán y Pakistán, en este año Malawi e Israel diagnosticaron los primeros casos en tres décadas y la detección del virus en aguas residuales de Nueva York y Londres demuestran que se mantiene como una amenaza sanitaria.
La polio no tiene cura, pero puede prevenirse con la vacunación, de ahí que, ante el riesgo que representa para las naciones, el llamado de las autoridades sanitarias es a mantener una elevada cobertura de inmunización y una sólida infraestructura para la vigilancia epidemiológica, así como a estar preparados de producirse un brote.
Con relación a la aplicación de inmunógenos, Cuba es el único país que aplica la vacuna contra la poliomielitis en campaña, lo que protege de contraer la enfermedad, favorece que en un corto período de tiempo los niños estén inmunizados y garantiza que el virus se mantenga eliminado desde 1962.
En ese año la nación se convirtió en el primer país de América Latina en declararse territorio libre de polio, logro que sería certificado en 1994 por la OMS y la Organización Panamericana de la Salud.
Actualmente, la población menor de 70 años está protegida contra este padecimiento altamente contagioso, producido por un poliovirus que afecta principalmente a los menores de cinco años, y que en una de cada 200 infecciones produce una parálisis irreversible.
Este Día Mundial contra la Polio, efeméride que conmemora el nacimiento del médico y virólogo Jonas Edward Salk -investigador estadounidense que dirigió el primer equipo para desarrollar una vacuna contra la dolencia-, constituye otro momento propicio para el compromiso con la estrategia 2022-2026, que fija una hoja de ruta para erradicar de forma sostenible los poliovirus a nivel mundial.