Discurso pronunciado por Miguel M. Díaz-Canel Bermúdez, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en la clausura del XXV Foro de Sao Paulo, Venezuela, el 28 de julio de 2019, “Año 61 de la Revolución”.
(Versiones Taquigráficas – Consejo de Estado)
Compañero Nicolás Maduro Moros, hermano Presidente de la República Bolivariana de Venezuela;
Compañeras y compañeros de la Dirección de la Revolución Bolivariana;
Compañera Mónica Valente;
Líderes latinoamericanos y caribeños y de otras partes del mundo que nos acompañan;
Compañeras y compañeros:
Permítanme dedicar mis primeras palabras al Comandante Hugo Chávez Frías, el gran amigo de Cuba, el hijo de América que cumple hoy 65 años en la eternidad (Aplausos).
Nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro, quien lo quiso entrañablemente y quien fue de los primeros en reconocer sus cualidades como líder, al referirse a la aparición de un político extraordinario como Chávez en nuestra dolida región, lo ubicó junto a Bolívar y Martí en la batalla por el destino de la Patria Grande. Dijo Fidel:
“Hace mucho tiempo albergo […] la más profunda convicción de que, cuando la crisis llega, los líderes surgen. Así surgió Bolívar cuando la ocupación de España por Napoleón y la imposición de un rey extranjero crearon las condiciones propicias para la independencia de las colonias españolas en este hemisferio. Así surgió Martí, cuando llegó la hora propicia para el estallido de la Revolución independentista en Cuba. Así surgió Chávez, cuando la terrible situación social y humana en Venezuela y América Latina determinaba que el momento de luchar por la segunda y verdadera independencia había llegado”.
Bolívar, Martí, Fidel, Chávez, ¿qué tienen en común estos hombres que, siempre que nos convocamos a pensar, nos sentimos obligados a citarlos y a beber de sus respectivos legados? Nuestra América, respondería Martí, quien la nombró así para distinguirla claramente de la América imperial que nos despreció y que nos desprecia más ahora, como lo prueban el muro descomunal que se proyecta en la frontera sur, el maltrato atroz a los migrantes, la Helms-Burton, la Nica Act, la persecución financiera y la imposición arbitraria de aranceles a países de la región, la suspensión de ayudas al desarrollo, el bloqueo y la guerra sucia contra Cuba y Venezuela, entre otros actos de maldad sin límites.
Pero hasta esa maldad se empequeñece cuando se reúne Nuestra América, es decir, el diverso, plural y aportador mundo de los líderes partidistas progresistas y de los activistas sociales latinoamericanos y caribeños que, desde los oscuros años noventa del siglo pasado, decidieron construir este espacio unitario de la izquierda viva y actuante.
Entonces parece más cercano el sueño de Bolívar cuando dijo: “Yo deseo más que otro alguno ver formar en América Latina la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riquezas que por su libertad y gloria”.
El Libertador también nos legó otra idea fundamental, y vuelvo a citarlo: “La unidad lo hace todo y, por lo mismo, debemos conservar este precioso principio”.
José Martí, quien tuvo al Libertador como inspiración y guía, fue el gran arquitecto y constructor de la unidad que faltaba en la pelea cubana por su independencia; aunque murió sin ver el triunfo, hasta en su última carta, inconclusa, defendió apasionadamente la idea de “impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América”.
De ambos, de Bolívar y de Martí, nutren Fidel y Chávez el ideario de nuestras revoluciones: unidad e integración fueron sus grandes obsesiones. Y deben ser también las nuestras (Aplausos).
Conozco que también son esas las obsesiones del Foro de Sao Paulo, nacido de la necesidad de unidad y articulación de los partidos políticos y movimientos populares de izquierda de nuestra región para confrontar al imperialismo y a la derecha neoliberal hábiles en actuar bien coordinados a fin de destruir, mediante métodos antidemocráticos, golpes de Estado, criminalización de líderes progresistas, fraude y manipulación de datos, todo cuanto construyamos en favor de la verdadera democracia y la justicia social.
El Consenso de Nuestra América y todos los documentos nacidos del Foro de Sao Paulo dan fe de esas preocupaciones. La evaluación de los escenarios, la crítica y la autocrítica, indispensables para avanzar, han cristalizado en la dinamización que ha experimentado el Foro en los últimos años frente a la creciente ofensiva neoliberal y las grandes arremetidas imperiales.
Compañeras y compañeros:
Julio tiene singulares coincidencias en la historia que compartimos. Es el mes en que nace Simón Bolívar, Libertador de América (Aplausos); es el mes en que se firma el acta de Independencia de Venezuela (Aplausos), es el mes en que la Generación del Centenario de José Martí, encabezada por Fidel Castro, asalta los cuarteles de Santiago de Cuba y Bayamo para reiniciar la Revolución cubana (Aplausos). Es el mes en que triunfa la Revolución sandinista, que acaba de cumplir 40 años (Aplausos). Y es el mes en que nace, un día como hoy, Hugo Chávez (Aplausos y exclamaciones de: “¡Chávez vive, la lucha sigue!” y de: “¡Chávez no se murió! ¡Chávez hecho millones, Chávez volvió!
Nos convoca el Foro de Sao Paulo en un julio extremadamente desafiante y aquí estamos: para acompañar la heroica resistencia venezolana y reclamar el fin del cerco brutal que le han impuesto. Venezuela es hoy la primera trinchera de la lucha antiimperialista (Aplausos). Nos convoca a condenar y demandar el levantamiento del bloqueo a Cuba (Aplausos).
Nos convoca el Foro a apoyar la rebeldía del pueblo boricua, que más de 100 años de colonia yanqui no han podido enterrar (Aplausos). También nos une para rechazar los escandalosos actos del imperio contra familiares de migrantes y particularmente contra sus niñas y niños, maltratados, abusados en una suerte de jaulas, por cuanto privan al ser humano de su dignidad y sus más elementales derechos.
Con esas nuevas provocaciones latiendo en la indignación acumulada, el Foro de Sao Paulo está llamado a desempeñar un rol mucho más protagónico en el complejo escenario político actual. Más aún si se considera el ataque a los procesos progresistas en aquellos países donde la izquierda había conquistado espacios de poder y desde los cuales impulsó cambios y notables avances sociales.
La contraofensiva del imperialismo yanqui y la oligarquía, junto a los halcones que literalmente se han apropiado de la política exterior estadounidense hacia América Latina y el Caribe, están enrareciendo peligrosamente el espacio geográfico que la Celac declaró Zona de Paz.
Los pueblos se avergüenzan de los políticos lacayos, a los que el imperio usa a conveniencia y luego desecha con total desprecio.
En ese contexto se insertan también los retrocesos de las fuerzas progresistas en algunos países y lo que es peor: la división que persiste entre ellas, fragmentando y debilitando la declarada voluntad de actuar unidos.
Carentes de programas políticos estratégicos y distanciados de los movimientos sociales, hay fórmulas de la izquierda que se autodescartan como alternativa.
La experiencia de la Revolución Cubana parte de la temprana comprensión del papel estratégico de la unidad en torno a los objetivos fundamentales de justicia social en estrecha alianza con el pueblo, sus necesidades y problemas, a la que debe su victoriosa resistencia.
Consideramos que a todos nos toca dar y recibir experiencias sin pretender que se repita el error del calco y la copia que tan costoso resultó en períodos históricos anteriores.
Justamente para salvar los sueños y esperanzas, al derrumbarse la experiencia socialista europea, fue creado por Fidel y Lula este Foro de articulación de fuerzas progresistas que basa su acción en lo que nos une y no en lo que nos separa (Aplausos).
Ambos líderes nos dejaron un valioso instrumento de concertación y unidad en la diversidad. Fidel no está físicamente, pero su extraordinaria obra lo ha sobrevivido y de ella podemos nutrirnos sin límites.
Lula, preso bajo falsos cargos y escandalosas trampas jurídicas, es el ejemplo de hasta dónde pueden llegar los enemigos de la izquierda. Es la mayor expresión del miedo imperialista y oligárquico a la izquierda en el poder. Lo hicieron todo para evitar el regreso de Lula a la presidencia de un país, que solo con el PT alcanzó a redistribuir en la medida posible la enorme riqueza nacional.
Hoy la liberación de Lula es también uno de los grandes desafíos para las fuerzas de izquierda en la región (Aplausos). Las movilizaciones no pueden cesar. Uno de nuestros fundadores permanece injustamente encarcelado y hay que poner fin a ese abuso (Aplausos y exclamaciones de: “¡Lula libre!, ¡Lula libre!”)
El Foro es un precioso legado de nuestros líderes y un mecanismo viable para contrarrestar los ataques de las fuerzas que quisieran implosionar nuestra valiosísima alianza.
No olvidemos por un instante que estamos en la asediada Caracas, en la mil veces atacada y cercada República Bolivariana de Venezuela.
Por las calles de Caracas ayer caminaron, en defensa de la heroica Revolución Bolivariana, líderes y activistas sociales de los cinco continentes al lado de los legítimos representantes del pueblo venezolano (Aplausos). Esa marcha no la captaron ni la difundieron las numerosas cámaras de las televisoras transnacionales que han hecho creer al planeta que el Estado venezolano no tiene poder ni seguidores en su tierra.
Ratifiquemos ante el mundo nuestro respaldo y solidaridad con el legítimo Presidente Nicolás Maduro Moros y la unión cívico militar que ha hecho fracasar tantas veces los peores planes del enemigo (Aplausos y exclamaciones de: “¡Abajo…!”).
Debe tenerse presente que asegurar la paz en Venezuela es equivalente a defenderla para toda la región.
Respaldar y defender a Venezuela es enfrentar decididamente el retorno de la Doctrina Monroe y la escalada imperialista contra nuestros pueblos. Hoy es contra Venezuela, Cuba y Nicaragua, mañana será contra otros y al final irán contra todos.
Estados Unidos amenaza y calumnia a Cuba y a Venezuela para no reconocer su fracaso en el intento por derrocar la Revolución Bolivariana y tergiversa la altruista cooperación que aquí y en más de 80 naciones nuestro país ofrece. Ninguna mejor tribuna que este Foro para ratificar que Cuba no renunciará ni traicionará jamás a sus principios ni a Venezuela (Aplausos y exclamaciones de: “¡Cuba y Venezuela, una sola bandera!).
Aquí ratifico lo expresado el reciente 26 de julio en Bayamo, hace solo dos días:
“El cerco se cierra cada vez más sobre nuestro país como en torno a Venezuela, Nicaragua y cualquier otra nación que se niegue a aceptar el plan imperial para su destino.
“[…] la administración de los Estados Unidos ha comenzado a actuar con mayor agresividad para impedir la llegada de combustible a Cuba […]
“Nos quieren cortar la luz, el agua y hasta el aire para arrancarnos concesiones políticas. No se esconden para hacerlo. Declaran públicamente los fondos destinados a la subversión dentro de Cuba, inventan pretextos falsos e hipócritas para reincorporarnos a sus listas espurias y justificar el recrudecimiento del bloqueo.
“En el colmo del cinismo, apelan al chantaje.
“Ignorantes de la historia y los principios de la política exterior de la Revolución Cubana nos proponen negociar una posible reconciliación a cambio de que abandonemos el curso escogido y defendido por nuestro pueblo, ahora como antes. Nos sugieren traicionar a los amigos, echar al cesto de la basura 60 años de dignidad”.
Cuba dice: “¡No, señores imperialistas, no nos entendemos!” (Aplausos y exclamaciones de: “¡Patria o Muerte!, ¡Cuba sí, yanquis no!”).
Partidos políticos y movimientos populares:
Hace menos de una semana representantes de un pequeño grupo de países de esta región ofendieron al Foro de Sao Paulo, a esos les decimos que el Foro está aquí y estará y tiene mucho que hacer porque es otra vez “la hora de los hornos, en que no se ha de ver más que la luz”. Esa luz es la unidad, el gran legado que nos dejaron nuestros próceres, de Bolívar a Martí, Fidel y Chávez (Aplausos).
Resulta insultante y muy cínica la reacción de esa derecha cipaya frente al Encuentro del Foro de Sao Paulo, han inventado todo tipo de leyendas e insultos. Ellos, reyes de la conspiración, acusan a los participantes en el Foro de lo que ellos practican a diario contra nuestros pueblos. Les debe doler mucho que estos líderes de la izquierda de todo el mundo: difamados, perseguidos, amordazados, con tantos compañeros y compañeras asesinados y desaparecidos, se atrevan a desafiar el mandato imperial de callar y tener miedo.
No hay misterios ni conspiración, ni planes de agresión e injerencia, ni nunca los ha habido en los casi treinta años del Foro de Sao Paulo. En eso es experto el imperialismo y son expertas las oligarquías nacionales, tan temerosas del pueblo, que inventan causas falsas para encarcelar a los líderes populares en proceso espurios.
Nadie se esconde para venir a esta cita por la paz, la soberanía y la prosperidad de los pueblos, porque no hay obra más noble ni que demande más sacrificios que la batalla por esos ideales que siempre han movido a las izquierdas del mundo.
Como han documentado y debatido los asistentes al Foro, es preciso articular la resistencia al neoliberalismo y al imperialismo en nuestras respectivas estrategias comunicacionales: crear y alimentar las redes de la verdad frente a la ofensiva de la mentira.
Las nuevas generaciones interactúan de modo natural y dinámico en esos ámbitos, que hoy controlan y usan con las perversas intenciones las fuerzas que nos adversan.
En el cumpleaños 65 de Chávez, ese extraordinario comunicador que salió del corazón de la Patria de Bolívar para devolvernos renacida la palabra y el sueño del Libertador, no puede haber mejor homenaje a su memoria viva que un movimiento progresista de izquierda, democrático y diverso como los partidos y grupos sociales que lo integran, desatando la creatividad sin límites del pueblo para hacer su propio relato de la historia y la historia misma en la lucha común por la justicia.
¡Feliz cumpleaños, Comandante! (Aplausos.)
Los pueblos de Latinoamérica y del mundo hemos venido a celebrar tu nacimiento donde reposan tus restos. Tu poderoso ideal revolucionario está más vivo que siempre en tu querida patria y en todos los rincones del mundo que tocó tu apasionada palabra (Aplausos).
“Por la Paz, la Soberanía y la Prosperidad de los pueblos… ¡Unidad, Lucha, Batalla y Victoria”, dice la consigna de esta cita, la número 25 desde que se fundó el Foro. El desafío es convertirla por fin en la realidad de esta hermosa alianza de fuerzas.
Cada vez que avanzamos un tramo, por pequeño que parezca, en la conquista de nuestros proyectos de desarrollo en Cuba, decimos: ¡Y vamos por más!
Igual sentimiento nos anima al valorar las potencialidades de esta magnífica fuerza que somos, actuando unidos y articulados.
¡Marchemos siempre por más!,
¡Hasta la victoria siempre!
(Exclamaciones de: “¡Venceremos!”)
(Ovación.)