Disciplina que la COVID-19 acecha

Manzanillo. Junio 2.- La COVID-19 sigue definiendo el ritmo de esta ciudad costera del Golfo de Guacanayabo, aunque desde este lunes se retomaron varias actividades del sector no estatal que permanecían sin autorización como parte de las medidas restrictivas para evitar la propagación del virus.

Pese a que ya laboran hasta la 1 de la tarde las figuras del transporte privado, carretilleros, barbería y peluquería, locales de venta de bisutería y de reparación de equipos electrónicos y electrodomésticos, la transmisión autóctona del SARS-CoV-2 es una realidad epidemiológica para no despreciar.

Hasta la víspera, en Manzanillo la tasa de incidencia de la enfermedad se incrementó a 32.29 por 100 mil habitantes, con 41 casos diagnosticados en la quincena; mientras que hoy se reduce a 29.92.

Con 21 casos activos y sólo uno de ellos importado, que reportan 118 contactos directos; y 12 sospechosos que a su vez suman 132 contactos, se mantiene el territorio en alerta ante la posibilidad del incremento de la transmisión, a pesar de la tendencia nacional a mantenerse una meseta, y bajar, según anuncios de los científicos y matemáticos cubanos.

El actuar consecuente y disciplina en el orden de las medidas higiénico-sanitarias se torna indispensable para detener la propagación de la pandemia, que ya acumula en este municipio 533 positivos a COVID-19 con 464 autóctonos.

La responsabilidad en la conducta individual y colectiva se acrecienta hoy pues el municipio costero reporta su canal endémico en alarma, debido a las manifestaciones de Infecciones Respiratorias Agudas (IRA), con una tasa de 5.5 por 10 mil habitantes, el área más afectada la del policlínico uno Francisca Rivero Arocha y las edades preescolares entre uno y cuatro años con mayor incidencia.

Si bien es permanente la vigilancia en instituciones como el Hogar de ancianos Padre Acevedo, el Hospital Psiquiátrico Manuel Fajardo y la Casa de niños sin amparo familiar, con reportes en cero, y se llega a más del 96 por ciento de la población vulnerable y en el orden del 65 por ciento a toda la comunidad, la información fidedigna de los síntomas es prioridad para la detección oportuna de casos.

Es tarea de todos evitar el contagio y la propagación de la epidemia.