Donde se cultiva el amor al arte en Manzanillo

La casa de cultura de Manzanillo es la primera que se constituyó en el país //Foto Eliexer Pelaez Pacheco

Manzanillo. Octubre 20.- La primera Casa de Cultura Municipal en Cuba funciona como tal en esta ciudad desde el 19 de marzo de 1976, sitio emplazado en una majestuosa edificación colonial que data desde 1899.


Donde antes estaba la antigua Colonia Española, sus áreas ahora sirven para espacios de creación artística en las que niños, jóvenes y adultos cultiven la educación, los conocimientos, el amor a las tradiciones y la identidad.


Sus 197 trabajadores entre el personal de servicios, administrativos, metodólogos, instructores de arte y promotores culturales son los principales protagonistas de hacer crecer el arte en las nuevas generaciones y el amor y la defensa de él en los manzanilleros.


Yaritza Quintana Reyes, directora del centro declara que este «tiene como misión desarrollar la educación artística de la población mediante un plan de actividades para el disfrute de todos.

Yaritza Quintana Reyes //Foto Eliexer Pelaez Pacheco


Nuestros instructores realizan talleres de creación con las unidades artísticas que ponemos al servicio y al disfrute de la población, y de apreciación que se desarrollan con todo aquel que quiera conocer más sobre las artes».


Uno de los grupos más numerosos en esta institución son los 139 promotores culturales que están en todas las comunidades del municipio. «Ellos se encargan de promover el arte en los barrios y en la actualidad logramos un estrecho vínculo entre los promotores y los instructores, ya que el promotor es el que capta al aficionado en la comunidad y el instructor es el que forma ese talento», dijo Quintana Reyes.


Uno de los promotores culturales de esta institución es Edilberto Díaz Pérez, quien brinda sus servicios en el populoso consejo popular Caymari. Él le atribuye gran importancia a su trabajo porque «nosotros rescatamos a aquellas personas que desde la infancia y hasta los adultos mayores tienen ciertas actitudes en determinada manifestación del arte, que luego son perfeccionados por los instructores.

Edilberto Díaz Pérez //Foto Eliexer Pelaez Pacheco


El vínculo que logramos nos brinda una ventaja para hacer las actividades culturales en la comunidad y en la misma Casa de cultura lo que enriquece más nuestro trabajo».


Edilberto lleva 12 años de trabajo como promotor y confiesa sentirse bien con su labor. «Porque me satisface que las personas con las que trabajo logren estar satisfechas y que les guste lo que hacen», dijo.


En este binomio tan importante es imprescindible la acción de los instructores y una de ellas es Mireya Díaz Gómez quien lleva ya 35 años en el mundo de la enseñanza de la danza en esta Casa de cultura, con un resultado que se evidencia en los premios y reconocimientos obtenidos por su labor.

Mireya Díaz Gómez //Foto Eliexer Pelaez Pacheco

«Este es un trabajo lindo muy parecido a los maestros pero en esta ocasión enseñando las técnicas de las danzas, los diferentes tipos de bailes, que les sirven como preparación si deciden ingresar a una escuela de arte.


Estos 35 años ininterrumpidos brindando mi labor aquí son especiales para mí, aquí espero encontrar mi jubilación laboral. Dándole las clases a las niñas hasta yo me voy preparando cada día un poquito más.

Mireya lleva 35 años como instructora de esta casa de cultura //Foto Eliexer Pelaez Pacheco


Estoy satisfecha con mi trabajo y mis compañeros. Durante todo este tiempo he tenido grupos con calidad y buen resultado, como aspiración quiero crear otro proyecto en la comunidad donde vivo», dijo Díaz Gómez.


Otro de los instructores, de los más jóvenes, es Alexander Rivero García de la especialidad de artes plásticas quien dice que «nosotros desde nuestra óptica enriquecemos, favorecemos, hacemos crecer, ensalzamos el conocimiento, nos expandirnos desde las comunidades, centros laborales y estudiantiles.

Alexander Rivero García //Foto Eliexer Pelaez Pacheco


Hacemos que todo aquel que tenga una afición, por muy leve que sea hacia cualquiera de las manifestaciones del arte, todo lo posible porque ese interés crezca, produzca desde un punto de vista y sirva de por sí para cada aficionado», dijo.


Para Alexander el aficionado es «nuestra razón de ser, uno trabaja para ellos y si venimos aquí como instructor es para darle a esas personas con inquietudes artísticas una oportunidad por muy leve que sea».


Por eso este trabajo necesita mucho de la entrega de cada instructor, «ya venimos graduados de diferentes tipos de enseñanzas pero ese estudio que uno trae consigo hay que seguir enriqueciéndolo justamente para responderle a ellos todas las dudas, y hacerle florecer todas las iniciativas», expresó Rivero García.

Foto Eliexer Pelaez Pacheco


Este muchacho confiesa sentirse satisfecho con su labor, «hasta el momento sí, pero en el punto de vista del arte nunca hay un final, una meta, siempre se puede llegar más, y mis proyecciones son seguir caminando hacia el futuro», agregó.


Uno de los apoyos que también se reciben en esta institución es el de los instructores de la brigada José Martí, programa de la Revolución cubana que precisamente hoy está cumpliendo 17 años de creado. Aunque el mayor peso de su trabajo radica en las escuelas, a veces se logran vínculos con las acciones de la casa de cultura.

Yurien Santiesteban Osorno //Foto Eliexer Pelaez Pacheco


Yurien Santiesteban Osorno quien es la vicepresidenta de esta brigada en Manzanillo plantea que esta fuerza joven participa «también en la cartelera cultural que esta institución brinda y mensualmente cada manifestación apoya con algunas de las actividades. Nosotros trabajamos con los estudiantes tenemos en las escuelas y los ponemos en función de las propuestas de la casa de cultura a través de los espacios fijos que tenemos la brigada», dijo.


Yurien cree además necesario el vínculo entre los instructores de arte de mayor experiencia y los suyos de la brigada José Martí, «podemos entre ambos aportar nuestros propios granitos de arena para intercambiar sus conocimientos con los nuestros, e irles actualizando como avanza junto a las tecnologías las mismas especialidades artísticas», dijo Santiesteban Osorno.

Taller de creación de danza //Foto Eliexer Pelaez Pacheco


Es en este hermoso edificio donde se cultiva el amor hacia el arte en todas las generaciones de los manzanilleros, y con el mismo orgullo de ser haber sido la primera de Cuba que se creó para enseñanzar los encantos de cada manifestación, se trabaja en defensa de nuestra propia identidad cultural.


Por eso este 20 de octubre Día de la Cultura Cubana, reciba todo su colectivo el agradecimiento de quienes han disfrutado de sus actividades y acciones que cultiva la espiritualidad de los manzanilleros.