Ecuador y Perú: La urgencia del voto por el cambio

Las realidades que se viven en los países latinoamericanos sobrepasan las expectativas de las más optimistas elecciones.

Ocurre en Ecuador, donde este 11 de abril habrá segunda vuelta, en medio de una hostil campaña mediática contra el aspirante de la izquierda, Andrés Arauz, quien se enfrenta al derechista Guillermo Lasso.

Arauz fue claro favorito en la primera vuelta, con posibilidades de convertirse en el nuevo mandatario de un país que está viviendo un neoliberalismo cruel, impuesto por el gobernante Lenin Moreno, quien se propuso eliminar todos los avances sociales de la década anterior, cuando Rafael Correa sentó cátedra de un modelo inclusivo en beneficio del pueblo.

La última encuesta de la investigadora Market vaticina un «empate técnico» entre Arauz, de la coalición de izquierdas Unión por la Esperanza (UNES), y Lasso, del movimiento Creando Oportunidades (Creo). Según esa pesquisa, el 50 % votará a Arauz y el 49 %, a Lasso, con una diferencia de unos 70 000 sufragios.

En otro país de la región andina, Perú, también habrá elecciones este 11 de abril. Los comicios, en este caso la primera vuelta, tienen como denominador común la abstención, que a seis días de acudir a las urnas, llega a un 31 % de la población.

El argumento generalizado es la falta de confianza en un proceso que, durante las últimas décadas, ha dejado más sinsabores que beneficios: muchas promesas y ningún resultado.

Tanto las encuestadoras como los grandes medios dan por seguro que ningún candidato alcanzará la victoria en la primera vuelta, y que el país se enfrenta a los comicios más fraccionados de su historia –algo muy característico en estos tiempos–.

El aspirante de centro derecha, Yonhy Lescano, tiene un 10 % de intención de votos, seguido de la representante de la izquierda, Verónika  Mendoza (9 %) y el derechista  Hernando de Soto (9 %) , los que aparecen como  convocados a ser, dos de ellos, quienes acudan a la segunda vuelta el 6 de junio.    

En el cuarto lugar figuran, empatados con un 8 %, el exfutbolista George Forsyth (centroderecha) y Keiko Fujimori (derecha); el ultraderechista Rafael López Aliaga y el izquierdista Pedro Castillo, ambos con un 6%.

Soy del criterio de que estas elecciones peruanas del próximo domingo, acapararán el universo mediático latinoamericano, más que todo por tratarse de un país donde los ejemplos de las últimas tres décadas muestran un escenario en el que la corrupción ha llevado a los tribunales a varios de los que fueron elegidos mandatarios.

De igual forma, ha impactado positivamente el hecho de que en esta oportunidad, una candidata progresista, Verónika Mendoza, se mantenga en la puja entre los más favorecidos por las encuestas.

Resaltan los despachos de medios internacionales que, retrospectivamente, desde el último presidente, Martín Vizcarra, hasta Alberto Fujimori, han sido seis los mandatarios llevados a procesos  judiciales, y la corrupción se ha convertido en el flagelo que socaba la legitimidad misma del sistema y sus instituciones.

Alan García, que fue gobernante de Perú, primero entre 1985 y 1990, y posteriormente entre 2006 y 2011, se suicidó el 17 de abril de 2019, cuando la policía de Lima se dirigía a su casa para arrestarlo por las acusaciones de corrupción que pesaban en su contra. García fue uno de los presidentes consecutivos que recibieron millonarios sobornos por parte de la empresa brasileña Odebrecht.

Otro caso, el del exmandatario Alejandro Toledo, actualmente en Estados Unidos, país al que huyó cuando la justicia peruana se proponía abrirle proceso, y pedido en extradición, se le acusa de haber recibido 20 millones de dólares de parte de Odebrecht para la construcción de la carretera Interoceánica sur.

A Pedro Pablo Kuczynski, destituido luego de dos años de mandato, se le acusa de recibir coimas de parte de la citada constructora y se le impuso una condena de 36 meses de prisión domiciliaria, mientras se sigue investigando.

Quien fuera gobernante entre los años 2011 y 2016, Ollanta Humala, afronta, junto a su esposa, una investigación judicial por acusaciones de haber recibido tres millones de dólares para financiar su campaña electoral.

Y, como caso más escandaloso, está el de Alberto Fujimori, en la presidencia peruana entre los años 1990 y 2000, incluyendo un autogolpe de Estado en 1992, quien cumple prisión actualmente.

Así llega Perú a las urnas este domingo 11 de abril, en medio de un clima de incertidumbre y frustración como los mayores aliados del abstencionismo.

No hay dudas, tanto en Ecuador como en Perú, el voto por el cambio es una urgencia.