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Con la presencia del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, una delegación de congresistas y otras personalidades estadounidenses, se desarrolló el acto al cual asistieron centenares de invitados.
La comitiva norteamericana estuvo integrada por la hija del jefe de la Casa Blanca, Ivanka Trump y su esposo Jared Kushner, asesor del mandatario, así como el secretario del Tesoro, Steven T. Mnuchin y el representante especial del presidente para negociaciones internacionales, Jason Greenblatt.
También estuvieron allí miembros de organizaciones judías de la nación norteña, quienes participarán también presentes en otros festejos por el aniversario 70 de la formación del Estado de Israel.
Aunque el jefe de la Casa Blanca no asistió al evento, envió un video donde se comprometió a buscar una paz duradera entre Israel y los palestinos, aunque según expertos en la región un arreglo pacífico está ahora en su momento menos probable.
Netanyahu apoyó la represión a las protestas en la frontera de la Franja de Gaza, como actos ‘legítimos’ de protección de su país.
En Naciones Unidas, el grupo de consejeros The Elders indicó este lunes que la decisión de Estados Unidos, constituye una amenaza a la paz en el Medio Oriente así como un duro golpe a la paz entre israelíes y palestinos.
Además, estos expertos reafirmaron su posición de que la llamada Ciudad Santa debe ser compartida entre el pueblo de Israel y Palestina, como parte de la solución de dos estados, basados en la frontera internacionalmente reconocida de 1967.
De acuerdo con el exsecretario general de la ONU Kofi Annan, presidente de The Elders, repetidas resoluciones de Naciones Unidas establecen que el estatuto de dicha urbe solo puede cambiarse por un acuerdo entre las partes, y con el respaldo del organismo multilateral.
Por tanto, añadió, la apertura de la nueva embajada de Estados Unidos es lamentable y hace que sea más difícil mantener la perspectiva de una solución viable de la creación de dos Estados.
En este contexto, la cadena NBC News reveló este lunes que el Gobierno de Estados Unidos indicó reforzar la seguridad de sus embajadas en el Medio Oriente debido a posibles actos violentos ante el rechazo generalizado que provocó el traslado de la sede diplomática.
Por ese motivo, el Pentágono ordenó enviar varias docenas de infantes de marina para incrementar las medidas de protección de sus representaciones oficiales en Turquía, Jordania, Israel y otras naciones del área.
El reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel por parte del presidente Donald Trump en 2017 provocó el firme rechazo de los palestinos, quienes señalan que Estados Unidos no puede ser un mediador honesto en ninguna negociación en el área.
La Autoridad Nacional Palestina valoró esta medida como un duro golpe a las negociaciones de paz sobre el conflicto, porque considera a Jerusalén Oriental como la capital de su futuro estado independiente y soberano cuyas fronteras serían las mismas que existían antes de 1967.
En diciembre pasado, la Asamblea General de la ONU aprobó por 128 votos a favor, nueve en contra y 35 abstenciones una resolución en contra de la decisión de Trump.
La nueva representación tendrá al menos 50 funcionarios incluyendo a los asistentes del embajador, David Friedman, y los integrantes del consulado que ya trabajaban en la instalación que acogerá temporalmente a los diplomáticos hasta que se construya una de carácter permanente.
Según el diario Los Angeles Times, el edificio de la actual embajada en Tel Aviv, donde laboran unas 800 personas, continuará activado como una rama de la representación norteamericana en esa ciudad.
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