El agradecimiento de un líder a los manzanilleros

“El pueblo está en el poder, y el poder es ahora del pueblo. Mi mayor gloria sería siempre darme un abrazo con este pueblo”. Así dijo a los manzanilleros el líder rebelde Fidel Castro Ruz aquel febrero de 1959, en su primera visita a la ciudad del Golfo del Guacanayabo luego del triunfo revolucionario.

Apenas había transcurrido un mes después de la victoria del Ejército Rebelde, el primero de enero de 1959, y el Comandante en Jefe regresa a Granma después de haber establecidos las primeras bases de este porceso que tomaba su rumbo al futuro.

Atrás habían quedado las jornadas que en caranava transitó desde el oriente al país a La habana y que había echo su entrada triunfal a la capital cubana el ocho de enero.

Pero Fidel sentía una deuda con el pueblo de Manzanillo porque desde aquí salieron los primeros recursos materiales para los miembros del ejército que libraba su batalla desde la Sierra Maestra.

Fue por eso que el 4 de febrero de 1959 llegó a la ciudad de Manzanillo, en la sur oriental provincia cubana de Granma, para agradecer personalmente el apoyo que los manzanilleros dieron a la causa guerrillera durante la gesta revolucionaria.

Frente al parque Carlos Manuel de Céspedes, principal plaza de la ciudad, exactamente en las intersecciones de las calles Merchán y Masó, sitio donde se encontraba el antiguo Hotel Edén (hoy pizzería Nápoles), se improvisó una tarima.

Desde aquí Fidel reconoció las labores de colecta y la ayuda en la logística que salió de esta ciudad para los miembros del Ejército Rebelde. A 59 años de aquel suceso, los habitantes de esta ciudad recordarán la fecha con un acto en el mismo sitio donde aconteció el histórico momento para los manzanilleros.

Como cada año este pueblo recuerda la fecha por el agradecimiento con su líder. Hacia ese lugar llegan niños, estudiantes, jóvenes, trabajadores, amas de casa, y hasta personas que vivieron ese día junto a Fidel, para participar en la actvidad central que se le dedica a su nombre.

En este 2018 el acto tendrá otra connotación pues a un año de su partida física crece el compromiso de esta tierra con el gigante barburdo para mantener el rumbo de este proceso que él nos legó. Este será momento idóneo además para reconocer a los trabajadores del comercio, la gastronomía y los servicios que celebran el día de ese sector precisamente el cuatro de febrero, en homenaje al natalicio de Fernando Chenard Piña, mártir del sector.