JOHANNESBURGO, Sudáfrica.- “El G77+China y los BRICS tenemos la oportunidad de generar una transformación histórica. Por el bien de las futuras generaciones, hagámoslo”, con esa sentencia, urgente y retadora, concluyó el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, su intervención durante la sesión de este jueves, la última, de la XV Cumbre de los BRICS.
Como un “alto honor y un privilegio” consideró el Jefe de Estado la participación de Cuba, como Presidente Pro Témpore del Grupo de los 77 y China, en esta Cumbre de BRICS, un mecanismo de integración que, por su novedad y diversidad, abre expectativas y esperanzas en el camino del fortalecimiento del multilateralismo que hoy resulta tan urgente como imprescindible para el destino mismo de la Humanidad”.
Del valor que tiene el hecho de que “esta cita acontezca en tierras africanas, cuna de una parte de nuestros ancestros, que alimenta de forma fundamental la esencia misma de la identidad cubana”, habló también el mandatario porque, tal como refiere un refrán muy conocido en este continente: “Las huellas de los que caminaron juntos, jamás se podrán borrar”.
Cuba, no olvida, como tampoco lo hace África, la solidaridad compartida y el sacrificio de tantos en estas tierras. En el caso de Cuba y Sudáfrica, como recordó el Presidente Díaz-Canel, las huellas de amistad “son tan sólidas e imborrables como la memoria de los líderes históricos de nuestras naciones. Jamás podremos olvidar el abrazo de Nelson Mandela y Fidel Castro al encontrarse aquí y exigirse mutuamente el reencuentro, como solo ocurre entre hermanos muy entrañables’.
El dignatario de la Mayor de las Antillas ponderó la participación en esta Cumbre BRICS, del Grupo de los 77 y China, la más amplia y diversa agrupación de naciones en desarrollo. Somos 134 países, dos tercios de los miembros de la Organización de las Naciones Unidas, donde vive casi el 80 por ciento de la población del planeta, enfrentando los desafíos colosales de un mundo cada día más desigual, en el que se han multiplicado la exclusión y la pobreza después de dos años de pandemia, seguidos de dramáticos conflictos”.
Tras hacer referencia a múltiples desafíos que han enfrentado las naciones del Sur en los últimos diez años y las consecuencias que ellos han significado para sus pueblos, el Jefe de Estado insistió en que “si no actuamos de inmediato, legaremos a nuestros hijos y nietos un planeta no solo irreconocible para quienes venimos del siglo anterior, sino tristemente condenado a resultar inhabitable”.
Ante el desalentador panorama que se avizora asociado al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, el Presidente cubano catalogó de ineficaz el orden internacional diseñado por los países desarrollados de Occidente y las grandes transnacionales, pues no toma para nada en cuenta el progreso de las naciones del Sur.
“El G77 y los BRICS tenemos la responsabilidad y la posibilidad de actuar por un cambio de ese injusto orden mundial. No es una opción; es la única alternativa”, enfatizó.
Ha sido un reclamo histórico del G77, como lo es también de los BRICS -recordó- emprender una “transformación real de la arquitectura financiera internacional, profundamente injusta, anacrónica y disfuncional”.
En sus palabras, el mandatario dio la bienvenida, además, a la eventual ampliación de los BRICS, lo cual contribuiría a reforzar su relevancia y representatividad; al tiempo que saludó “de manera especial la designación de la querida Dilma Rousseff al frente” del Nuevo Banco de Desarrollo creado por los BRICS.
“Seguramente la extensión de ese mecanismo a otros países, contribuiría a paliar los desequilibrios del sistema monetario actual”, valoró Díaz-Canel, quien consideró que varias de las iniciativas que en ese sentido se han planteado, si se aplican en las relaciones con otros países en desarrollo, podrían reducir “el abusivo monopolio de la moneda estadounidense, que refuerza y garantiza una hegemonía dañina para el resto del mundo”.
De las múltiples acciones comunes que pueden llevar adelante los BRICS y el G77+China comentó también el dignatario, entre las cuales resaltó el valor estratégico que tiene la coordinación efectiva entre ambas organizaciones en materia de cambio climático. “En la COP28, que tendrá lugar este año en Dubái, por vez primera se celebrará una Cumbre de Líderes del G77, convocada por Cuba para reforzar la coordinación estratégica”, aseveró.
Igualmente, invitó a los presentes a participar en la próxima Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del Grupo de los 77 y China sobre ciencia, tecnología e innovación como premisa para el desarrollo, que tendrá lugar el 15 y 16 de septiembre próximo, en La Habana.
“Para avanzar hacia un futuro más justo y sostenible, el momento de la acción colectiva no es mañana. Es ahora”, reflexionó Díaz-Canel, quien reiteró su convencimiento “en el poder de la unidad en la diversidad”.
Es la hora -valoró- de actuar unidos “en defensa de históricos reclamos que, por no ser atendidos a tiempo, han multiplicado los problemas que enfrentan nuestras naciones hoy”.
Asumamos, insistió a los presentes, todos los “preceptos de la sabia filosofía humanista africana del Ubuntu, la ética del cuidado del otro que, frente al egoísmo y el individualismo, promueve una vida solidaria, fraternal y respetuosa, en la que nadie quede atrás”.
SUR GLOBAL: UN CAMINO MULTILATERAL E INCLUSIVO
Tras tres días de trabajo, los cinco países BRICS concluyen en esta ciudad, la moderna Johannesburgo, una cumbre, la XV, que puede catalizar la marcha en el ansiado, pero esquivo, camino de llegar, más temprano que tarde, a ese mundo multilateral e inclusivo que tanto necesitan la humanidad y el planeta, porque la dimensión ambiental es intrínseca a cualquier futuro, empezando por el más cercano, asunto esencial que también es principio sine qua non para este grupo.
En la mañana de este jueves, en la sala habilitada para las conferencias de prensa en el Centro de Convenciones Sandton, sede del encuentro, los líderes de los países BRICS -Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica- presentaron la Declaración Final e hicieron una síntesis de los resultados de la cita.
El más espectacular de los acuerdos, aunque se esperaba, fue el anuncio, horas antes, de la ampliación del grupo, que a partir del 1 de enero de 2024 será integrado, además, por Arabia Saudita, Argentina, Egipto, los Emiratos Árabes Unidos, Etiopía e Irán.
Ahora mismo, los BRICS ostentan el 30 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) global y el 42 por ciento de la población del planeta. A partir del año que viene, ese PIB superará el 36 por ciento y su población se acercará al 44 por ciento.
El presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, se congratuló por la ampliación; su colega chino, Xi Jinping, señaló que era una decisión histórica: es otra muestra -dijo- de una decisión de unión y cooperación de los BRICS, pero ahora en un círculo más amplio de países, de países en desarrollo. Esta determinación, agregó, responde a las expectativas de la comunidad internacional y a los intereses comunes de los mercados emergentes.
Para el presidente brasileño, Luis Inacio Lula da Silva, que tantos países (suman más de una veintena), entre ellos los que se incorporarán ahora, estén expresando su interés por integrarse a los BRICS, demuestra la relevancia de este concierto de naciones.
“Nuestra diversidad -definió también Lula- refuerza la lucha por un nuevo orden que acomode la pluralidad económica, geográfica y política en el siglo XXI”.
Además del consenso entre los cinco BRICS originales para ampliar el grupo, sus líderes avanzaron en los criterios para establecer una moneda común y otros vínculos en las áreas de la economía, el comercio internacional -en el cual favorecen el uso de las monedas nacionales-, la política, el medioambiente…
Desde el punto simbólico, tampoco pasó por alto para el mundo el gran interés que generó esta XV Cumbre de los BRICS, a la que se le cursó invitaciones a más de 60 jefes de Estado y Gobierno, del llamado Sur Global.
En la declaración final del encuentro, de más de 26 páginas, se resaltó, entre otros muchos postulados y toma de posiciones, la defensa de los BRICS del multilateralismo, y expresaron su preocupación por el uso de medidas coercitivas unilaterales, las que -insistieron- son incompatible con los principios de la Carta de las Naciones Unidas y producen efectos negativos, especialmente en el mundo en desarrollo.