El premio inmenso de unas botas enfangadas (+Audio)

Foto  Aroldo García Fombellida
Foto Aroldo García Fombellida

Concluían dos jornadas de intenso trabajo “en el terreno”, por dos de los mayores y más importantes municipios de la provincia de Holguín, que en total sumaron cerca de veinte horas de encuentros, recorridos, conversaciones, resumidas en “tocar con las manos y el oído pegado al suelo”, algunos de los programas priorizados por el Estado cubano en esta región.

Inés María Chapman Waugh, vice primera ministra y miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, se despide. El periplo había comenzado al mediodía del jueves por el municipio de Banes.

En este territorio chequeó las indicaciones y acuerdos de recientes visitas, para lo cual solicitó encontrarse con delegados y presidentes de los Consejos Populares, y con el intendente de la localidad, Jorge Proenza, de quien requirió un detallado informe sobre las inversiones aprobadas, para definitivamente, solucionar los problemas de abasto de agua a la ciudad de Banes, y el programa de construcción de viviendas.

En ese municipio fue al encuentro con sus electores, pues los representa como diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular, y recorrió los kilómetros necesarios para llegar hasta el Consejo Popular de Los Ángeles, y allí visitar una mini industria, en plena faena productiva, atendida por un pequeño colectivo de jóvenes, principalmente, de la cooperativa Regino Guerrero.

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Con materias primas cosechadas en la propia cooperativa aseguran un amplio surtido de conservas, que se ofrecen a la comunidad de Los Ángeles, y con el aumento de la producción ya llevan a Banes, a Báguano y Antilla, elementos que merecieron un reconocimiento de la Vice primera ministra.

Transcurrieron unas pocas horas.

Apenas despuntaba la mañana, con un manto de densa neblina, augurio inequívoco de que tendríamos un “día fuerte” en temperatura y sol, y ya emprendía camino hacia Mayarí. Apenas dos horas después, ya se adentraba en las impresionantes obras, “que ya se ven”, de lo que a la vuelta de dos años será la presa del rio Levisa, una nueva etapa de las inversiones asociadas al mega proyecto del trasvase Este-Oeste, que nace en esta zona, y es considerada la obra hidráulica del siglo en Cuba.

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Este embalse recibirá las aguas que se trasladen por túneles entre montañas y canales, que ahora se ejecutan, desde caudalosos ríos localizados más al este holguinero, en territorio de Sagua de Tánamo, e incorporarlas a los caudales ya en explotación.

En este sitio Inés María Chapman corta una simbólica cinta que significa la terminación de la denominada “ataguía”, una especie de contén, imprescindible para detener el paso de las aguas del rio Levisa, mientras se trabaja en otros objetos cercanos, que van dando forma al nuevo embalse.

Así tanto el director general del proyecto integrado DIP Trasvases, Ingeniero Roberto Pupo, como el Director de la empresa constructora de Obras Ingenieras número 16, ingeniero Carlos Luis Abreu, artífices de estas descomunales tareas, van ofreciendo, detalle a detalle, la información que requiere la visitante.

Estas son labores que, en suma, harán tangible, cercanamente, los proyectos de aumento imprescindible en producción de alimentos agrícolas y pescado, cuidando las actuales reservas de agua, cumpliendo la parte que aquí corresponda al vigente ordenamiento económico.

La comitiva pone entonces rumbo a lo que ya expone el necesario valor de uso a las obras.

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Se produce, solo un rato después, un encuentro con productores de arroz, plátanos, y otros alimentos agrícolas, beneficiados por las aguas salvadas, que hoy aseguran regadíos estables en la zona del Valle de Mayarí.

Caía la tarde cuando ya marchamos hasta la margen derecha de la presa del rio Mayarí, donde se localiza la pequeña central hidroeléctrica.

Su factibilidad impresiona de solo conocerse que, en cerca de cinco años, ya entregó al sistema nacional de distribución de electricidad, más de 54 gw/h, que para generarlo con petróleo debieron utilizarse cerca de quince mil toneladas, y que, de hecho, se ahorraron, y, además, no se generaron gases contaminantes a la atmosfera.

En ese mismo emblemático sitio, a la entrada del túnel que aloja sus máquinas, se produce la despedida.

Como un símbolo indiscutible observo las botas de agua que, desde el inicio, porta la vice primera ministra, ahora incrustadas con varios matices de fango, recogido durante el intenso andar de estas dos jornadas, que ahora comienzan a ser historia.

Queda una lección, resumida en apenas tres palabras, que acabamos de ver palpables, sólidas y seguras, en cada uno de los compatriotas encontrados en el camino.

Como hace sesenta y un años decir en Cuba “Patria o muerte”, no es solo una frase.