El rastro del agua

Foto: Denia Fleitas Rosales

Son las tres de la mañana y el chirrido de una carretilla anuncia el sacrificio. Se ha vuelto un sonido común en la parte alta a toda hora del día y la noche, porque no se detiene el ir y venir de los manzanilleros tras el agua.

Bastaría seguir el sonido o el rastro del líquido en las calles y callejones para encontrar los privilegiados lugares donde «sale un chorrito y ya estamos cargando, y de momento hay poca gente, y en otros las colas son inmensas y cada uno trae hasta 10 pomos de 30 botellas».

No hay distinción: niños, jóvenes, adultos, y hasta ancianos cargan como hormigas el preciado líquido. Una gota es tan valiosa que duele verterla en el tránsito hasta el hogar.

Foto: Denia Fleitas Rosales
Foto: Denia Fleitas Rosales

«Esto es diario, no se detiene, porque el agua es imprescindible en una casa. Yo soy de calle ocho de Caymari, y ya llevábamos un mes y 12 días sin verla, pero la pusieron un ratico y no se llenó ni un tanque», afirma Ramón Miranda Peña.

La acuciante situación del abasto de agua en Manzanillo, con ciclos extremadamente prolongados, obliga a los pobladores de los sectores hidrométricos como el ocho y dos a buscar el punto más próximo para autoservice del H2O.

La fuente, las falencias

El sistema cabecera del territorio de Manzanillo dispone de 28 estaciones de bombeo: 17 pozos ubicados en el campo de la cuenca de Cayo Redondo, a más de 25 kilómetros de la urbe; ocho localizados en la cuenca de Cuentas Claras, y tres en la periferia de la ciudad: circunvalación y en Las Tapias; y otros incluidos los de Jibacoa, Remate, Troya y de rebombeo, que completan 42.

Así describe el ingeniero hidráulico Yunior Riquelme Viamonte, director de la unidad de Acueducto y alcantarillado de Manzanillo.

El ingeniero hidráulico Yunior Riquelme Viamonte, director de la unidad de Acueducto y alcantarillado de Manzanillo // Foto: Denia Fleitas Rosales

«Nuestro sistema presenta una compleja situación agudizada en el último trimestre del 2023, con daños en el 50 por ciento de sus equipos de bombeo. De las siete fuentes que desde Cayo Redondo tributan a la parte alta, solo tres están en funcionamiento, que garantizan un gasto de 68 litros medidos en el tanque de Cuentas Claras y sólo representan el 28 por ciento del agua que se necesita para satisfacer las demandas. Mientras que de los restantes 10 están en funcionamiento seis, para el servicio .

«Precisamente de ello derivan los ciclos que se extendieron por más de 30 días y hasta han alcanzado los 60 dias, desafortunadamente».

Mapa infográfico de sectores hidrométricos y fuentes de abasto de agua en Manzanillo // Foto: Denia Fleitas Rosales

A ello se le suman, «como desencadenante del retraso, la baja cobertura de los productos químicos, que de un respaldo para 15 jornadas solo estamos recibiendo el de cinco días, y es una exigencia de Higiene la cloración del agua para garantizar su calidad para consumo».

Cual sistema que funciona con procesos contínuos ha recibido el impacto de las afectaciones eléctricas, «basta un pestañazo de la energía y la conductora se despresuriza, pierde la carga; además, tiene longitud excesiva de cuatro o cinco kilómetros en el menor de los casos».

«Por ejemplo, en el rebombeo del tanque de Maceo que permite abastecer a sectores como el ocho, tenemos 141 horas de afectación eléctrica desde enero hasta el día ocho de marzo; y a razón de las 20 que corresponde de trabajo diario al equipo de bombeo, puede sacar la cuenta de la cantidad de días que se ha afectado el servicio».

Foto: Denia Fleitas Rosales

Las horas de espera y la pregunta ¿pusieron el agua?, se repiten en multitud de barrios y viviendas. Ya ni siquiera son suficientes los tanques elevados, ni las cajas y cisternas. Hay quienes piensan hasta en hacer un pozo. Muchas insatisfacciones, mucho cansancio.

“Es que no tenemos descanso. A toda hora hay que cargarla. La situación es difícil, hay que cargarla desde lugares distantes, no hay suficientes pipas y el agua es algo que es diario. Hay niños, embarazadas y personas mayors, y como carecemos de depósitos grandes pues hay que cargarla dos y tres veces al día, en nuestro caso”.

“Es tremendo que la información no fluya de la manera adecuada para que estemos al tanto de lo que sucede. Los cubanos somos revolucionarios y damos la vida por esto, pero ante estas situaciones necesitamos detalles y que se busquen soluciones”, valora Chicho.

Chicho, de Caymari // Foto: Denia Fleitas Rosales

Respuestas

Como parte de esas contestaciones que necesita el pueblo trasciende la solidaridad de vecinos como Ramona Montero, una residente en las proximidades de la circunvalante Camilo Cienfuegos a cuya vivienda casi siempre entra un hilo. “El poquito de agua que cae por ahí la comparto porque es la que pertenece a la vivienda, pero yo dispongo mi manguera y la llevo hasta la avenida para que el que la necesite la coja. En estos momentos la situación es crítica y así ayudo a mis vecinos, a otros manzanilleros que hasta tarde, dos y tres de la madrugada, están cargando agua”.

Enrique Miller Muñoz, quien por años trabajó en el puesto de mando del acueducto, es uno de los beneficiados de este gesto. “Por solidaridad lo hacen y se lo agradecemos, y aunque las colas son descomunales, nos vamos con tan importante carga”.

Enrique Miller // Foto: Denia Fleitas Rosales
Foto: Denia Fleitas Rosales

Para dar vías de soluciones desde la institución rectora del abasto de agua se implementan multiples estrategias, de conjunto con las autoridades del municipio y la provincial, y empresas estatales y nuevos actores económicos del sector privado.

“Se trabaja en cuatro direcciones fundamentales: el programa de reducción de pérdidas que permite la identificación de salideros en conductora, incluidos cuatro de ellos en la conductor en circunvalación y el subsector Dagamal; la recuperación del Proyecto de explotación del acueducto por lo cual se repondrían 34 válvulas y 37 de nueva colocación, y desde el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos ya fueron enviadas 35 de las cuales siete ya se instalaron, que permiten que podamos emplear mejor el término de sectorización.

“Vital ha sido el programa de recuperación de equipos de bombeo, para el cual nos encadenamos con la Mipyme Bobinados Garcías, con la que recuperamos piezas y accesorios, un equipo de bombeo que está pendiente de puesta en marcha, y otro el 34 pendiente de instalación por bujes y partes mecánicas de la bomba, para recuperar e inyectar otros 90 litros de agua”.

En este orden también se cuenta, afirma, con la colaboración directa de las empresas de Medios de Enseñanza y Acumuladores XX Aniversario También se trabaja en el mantenimiento del alcantarillado para el adecuado vertimiento de residuales”.

Foto: Denia Fleitas Rosales

Otras alternativas como los punto de fácil acceso, la venta de tanques plásticos a las personas de mayor vulnerabilidad en la zona de Taíno uno, la posibilidad de que accedan con orden a áreas como el propio rebombeo de calle Maceo y el punto de inyección para que llenen sus recipientes, y los camiones cisternas, conciliados con los delegados del poder popular acorde a la prioridad, se han utilizado como atenuantes de estos largos ciclos.

¡Agua!

Con sólo 68 litros por segundo, de los 238 litros indispensables para abastecer a la parte alta de Manzanillo, no se detiene la labor de los hidráulicos, y tampoco el ir y venir de personas que cuentan este fatigoso pero ineludible ejercicio por el bienestar de la familia.

Luis Alberto Riverón Alarcón, de 74 años // Foto: Denia Fleitas Rosales

Así lo acentúa Luis Alberto Riverón Alarcón, de 74 años, a la espera de su turno para cargar dos bidones. “Yo vivo por el Charangón en el reparo Horacio Rodríguez y vengo aquí a la Forestal porque la situación está crítica con el agua, pero ante la escasez en el país de los recursos indispensables nosotros tenemos que sacrificarnos, luchar y donde estén buscarlas. De rendirnos no lo vamos a hacer, son más de 45 días sin que nos llegue por la tubería pero no nos vamos a morir de sed.

“Seguro estoy que pronto habrá una solución. ¡Y tendremos agua!”