A más de un año del inicio de la pandemia de la COVID-19, la educación enfrenta una crisis sin precedentes a nivel mundial, de acuerdo con el último informe sobre el tema publicado por la Organización de Naciones Unidas. Ante la pausa sufrida en el sector, emergen soluciones innovadoras que apuestan por la enseñanza virtual o a distancia, a la que Cuba se incorpora poco a poco.
Mientras algunos centros de educación superior del país como los de Sancti Spíritus y Holguín reabrieron sus aulas parcial o totalmente, la situación epidemiológica de la capital determinó que la dirección de la Universidad de La Habana (UH), recurriera a estrategias de enseñanza en línea con el fin de retomar las actividades educativas en el menor tiempo posible.
El inicio del curso vía online estaba previsto para el 1 de marzo, fecha a partir de la cual pudieron continuar sus estudios aquellos alumnos de segundo año en adelante, en tanto los estudiantes de nuevo ingreso deberán esperar al 19 de abril para dar comienzo a la vida universitaria de manera presencial. Sin embargo, esta última fecha puede variar en correspondencia con el contexto sanitario.
Implementada desde el curso anterior, la educación virtual conlleva varios retos. La calidad del aprendizaje, los reajustes curriculares y las variaciones en los ejercicios de culminación de estudios figuran como los desafíos más importantes. A lo anterior, se suman las dificultades en el acceso y uso de las tecnologías de la información y la comunicación, así como el desarrollo de nuevas aptitudes y competencias pedagógicas en el entorno digital por parte del personal docente.
EVEA: AL CENTRO DE LA ESTRATEGIA
Aun cuando la enseñanza virtual pudiera considerarse una alternativa difícil o poco viable en el contexto cubano, debido a las demandas infraestructurales y de desarrollo tecnológico que implica, las experiencias positivas del curso anterior permitieron a la universidad dar el salto a la enseñanza virtual. Así lo asegura Marian Hernández, vicerrectora docente de la UH.
La directiva explica que la Universidad presentó una propuesta al Ministerio de Educación Superior (MES), con el fin de iniciar las actividades educativas de sus 35 carreras y dos técnicos superiores para los alumnos que continúan estudios. Se trata de una cifra que supera los 13 mil 500 educandos distribuidos en tres modalidades: curso regular diurno, curso por encuentros y educación a distancia.
En el centro de la estrategia diseñada por la institución se ubica la plataforma digital EVEA (Entorno Virtual de Enseñanza y Aprendizaje), una aplicación web de tipo Ambiente Educativo Virtual, que sirve para gestionar cursos en línea.
Si bien en años anteriores EVEA constituía una vía de formación complementaria, para el 2021 la Universidad relanzará la plataforma como el principal mecanismo de enseñanza.
EVEA destaca hoy por prestaciones que permiten la retroalimentación fluida entre estudiantes y profesores como foros para el debate, preparación y calificación automática de cuestionarios, repositorio de clases y materiales de consultas.
Al tratarse de una estrategia novedosa implementada además en un particular contexto, han emergido dinámicas colaborativas entre el personal académico. “Ha sido muy lindo ver a profesores de gran prestigio y antigüedad acudir a nosotros los más jóvenes para cuestiones informáticas, a la par que nosotros a ellos para diseñar nuestras conferencias”, narra Karla Ochoa, profesora del departamento de Historia del Arte de la Facultad de Artes y Letras.
Muchos, sin embargo, parecen ser los desafíos, pues las experiencias de los estudiantes en el cierre del pasado curso no fueron del todo satisfactorias. Laurent Milanés, estudiante de cuarto año de Microbiología, afirma que EVEA presentaba dificultades en opciones tan simples como subir un informe de práctica laboral o para acceder a los contenidos.
Adaptar al entorno digital materias planteadas para un modelo de educación convencional supone otro de los principales obstáculos en el trabajo con EVEA, de ahí que se les ha concedido autonomía a las comisiones nacionales de carrera para decidir las soluciones a aplicar de manera particular en cada año académico.
La metodología empleada en la educación virtual y las competencias que demanda por parte de los docentes dista en gran medida de la educación presencial.
Al respecto, Max Barbosa Miranda, profesor de Introducción a la Comunicación Hipermedia en la carrera de Periodismo, destaca que todavía no existe la preparación suficiente para asumir por completo esta modalidad de estudio, aunque reconoce que es necesario retomar las actividades docentes.
Otra de las preocupaciones que se repite entre los estudiantes de diversas facultades es la que señala Yasser Cuan (quinto año de Lenguas Extranjeras).
El alumno manifiesta que, por su naturaleza teórica, hay asignaturas que pueden impartirse virtualmente, pero existen otras materias vitales en el perfil profesional, que tienen un carácter más práctico e interactivo. Entonces, apunta Yasser: “es importante valorar qué se puede y qué no se puede hacer”.
Sobre el tema, la vicerrectora docente de la UH añade que, en algunas carreras, se tomó la decisión de avanzar con la mayoría de las asignaturas y posponer otras para impartirlas de manera presencial. Al mismo tiempo, la directiva precisa que, aunque EVEA es una plataforma para emplear en tiempo real, los cursos se han diseñado para que funcionen de manera asincrónica.
Los estudiantes tendrán la posibilidad de acceder a la aplicación, descargar los contenidos, trabajar desde casa y luego enviar las actividades al profesor. Esta dinámica les permitirá a los alumnos gestionar su tiempo y recursos y conectarse cuando les sea posible.
INTERNET Y ECONOMÍA
El e-learning, como también se le conoce a la educación online, ha ganado gran popularidad en las últimas décadas. Según datos referidos por la Universidad Internacional de La Rioja, esta modalidad educativa ha crecido un 900% en el transcurso del siglo XXI.
Entre las ventajas que lo convierten en un método de potencial crecimiento figuran la independencia y autogestión del estudiante, quien participa de manera activa en su formación a un ritmo de estudio personalizado. A ello hay que añadir que, al no necesitar del traslado, se reduce el tiempo invertido, además de los costos en vestuario, transporte o alimentación.
En el caso cubano, aún existen muchas limitantes. A decir del estudiante de quinto año de Historia, Shelman Sánchez, la infraestructura tecnológica cubana impide realizar videoconferencias en tiempo real, pues no todos los alumnos y profesores cuentan con los recursos para ello.
Con respecto a las condiciones de los estudiantes y su capacidad de acceso a la tecnología, Susana Díaz, de Psicología, comenta que es un tema bastante discutible: “Se necesita un teléfono con prestaciones de conectividad, unido a los gastos para los datos móviles… Veo bien que se adelante online, pero que se valoren las condiciones de quienes tienen menos acceso”.
Igual criterio comparte la profesora Kyra Fernández, del Departamento de Marxismo-Leninismo del Instituto Superior de Diseño (ISDi), quien refiere que “se trata de un servicio costoso, sobre todo para los estudiantes, que no pueden cubrirlo con su estipendio”.
Para los directivos de la UH, es un aspecto vital que los jefes de carrera y los profesores principales de cada año identifiquen los puntos ciegos en cuanto a conectividad y comunicación de los estudiantes. La vicerrectora docente explica que a partir de las gestiones entre ETECSA y el MES, el acceso a la plataforma EVEA es gratuito siempre que se realice por tres vías: Nauta Hogar, zonas WiFi y Joven Club de Computación.
No obstante, la mayoría de estudiantes entrevistados señalan que en el curso anterior las asignaturas y grupos eran gestionados desde Telegram, WhatsApp y aplicaciones similares que sí generan gastos.
Al respecto, la funcionaria aclara que esta resulta una variante más asequible a los estudiantes del curso por encuentro, porque mayormente trabajan y tienen la facilidad de costearse los datos móviles. En el caso del curso regular diurno, la UH sugiere ajustarse al EVEA, para minimizar el costo económico a las familias.
Como posible solución al problema de conectividad, afloran propuestas de varios estudiantes, entre ellos Yasser Cuan, de Lenguas Extranjeras: “Pienso que se podría coordinar algún filtro de conexión para que los estudiantes puedan acceder a internet sin costo, quizás con las mismas cuentas que la universidad proporciona”.
Melissa Ramos, de Historia del Arte opina que “De la misma manera que los niveles de enseñanza primaria y secundaria hicieron sus convenios con el ICRT y DESOFT, debe existir esa alianza efectiva entre el MES y la empresa de telecomunicaciones”.
La UH, por el momento, no consigue llevar esta iniciativa adelante, pero sí han existido los intentos de hacer llegar EVEA a todos, según confirma la vicerrectora Marian Hernández: “Actualmente, se trabaja en que sea posible entrar a la plataforma mediante datos móviles sin generar costos, pero tecnológicamente parece ser muy complicado”.
Para apoyar a los estudiantes con mayores dificultades, la casa de altos estudios se propuso identificar quiénes son estos alumnos y dónde se encuentran. A partir de ahí, explica la directiva, se evalúan junto a ellos los lugares cercanos a su hogar desde donde puedan acceder a la plataforma, dígase Joven Club, universidades provinciales o algún otro centro vinculado a la carrera que pueda servir de puente entre el alumno y la institución docente.
Se estrechan vínculos con ETECSA en pos de ofrecer a la comunidad universitaria el acceso libre por red fija y wifi a 71 plataformas de Universidades y ECTI, lo que contribuirá a mejorar la conectividad ante la compleja situación epidemiológica#UniversidadCubana#CubaInformatiza pic.twitter.com/w742vCbm7O
— MES (@CubaMES) February 18, 2021
APROBAR… PERO APRENDER
La calidad y organización del proceso educativo son dos de los principales puntos a tener en cuenta si del curso online se habla, porque, como opinan los estudiantes entrevistados, lo más importante es que esta modalidad permita una formación completa y satisfactoria.
Si bien existen asignaturas con mayores exigencias que otras, la UH no planea desarrollar el curso de forma mecánica, sino ajustándose a las particularidades de la carrera, el aula y el estudiante.
“Pero no solo el conocimiento es necesario”, acota Shelman Sánchez, estudiante de Historia. “En mi carrera, al menos, hay que desarrollar un grupo de habilidades como el debate y la crítica. Ambas actividades requieren la presencialidad para sacarle máximo provecho, y la enseñanza a distancia no suple estas necesidades”.
“La asignatura de Interpretación, por ejemplo, necesita de la práctica y la interacción, así que culminar el curso completamente online quizás no sería lo ideal. Las habilidades y competencias específicas no se desarrollarían correctamente; y creo que es más importante graduar profesionales de calidad y con competencias reales”, añade Yasser Cuan, de Lenguas Extranjeras..
Por su parte, Laurent Milanés, estudiante de Microbiología, comenta que las prácticas en laboratorio son indispensables para su formación profesional. “Por eso, en los planes de estudio se debería tener en cuenta estas
asignaturas de laboratorio, para poder recuperarlas de forma presencial y no virtual”, sugiere.
Con respecto a estas preocupaciones, la vicerrectora docente de la UH recalca que el desarrollo del curso dependerá del avance de la pandemia, y que existen asignaturas en las cuales la evaluación final todavía no está definida, porque pudiera tener un transcurso online y completar su evaluación de manera presencial: “Hoy vemos todo como una herramienta para este momento, pero es algo que va a quedar fortalecido y que nos va a permitir avanzar en nuestra estrategia de educación a distancia”.
Los ejercicios de culminación de estudios demandan rigor, tiempo e investigación, por lo que supone otra de inquietudes más comunes para los estudiantes en año terminal. Shelman Sánchez, alumno de quinto año de Historia, refiere que es muy complicado en las condiciones actuales el acceso a las fuentes, pues se necesita no solo una determinada calidad y tiempo de conexión a internet, sino también la visita a bibliotecas y archivos.
En el caso de Pilar Pitaluga, de quinto año de Letras, la estudiante continúa trabajando en su tesis de grado, y aunque dice no tener certeza de cómo será la defensa, espera que esta ocurra en algún momento. De igual manera,
Yasser Cuan, de la Facultad de Lenguas Extranjeras, expone que por el momento se mantienen en su centro de estudios las opciones de trabajo de diploma y exámenes estatales, aunque con requisitos más flexibles.
Las variantes, como en el curso anterior, serán múltiples, y estarán ajustadas a las condiciones existentes en el momento, como corrobora la dirección de la UH. El semestre anterior hubo incluso defensa de tesis por videoconferencias. “Nosotros estamos tratando de llegar al estudiante dondequiera que se encuentre y buscar alternativas, pero en ninguna medida estamos instando a que la familia realice gastos comprando datos o un teléfono para el estudiante”, explica la vicerrectora.
E-LEARNING LLEGÓ PARA QUEDARSE
¿Las universidades cubanas estaban listas para dar el salto a la educación online? ¿El país dispone de una infraestructura tecnológica sólida y accesible para todos? ¿Estudiantes y profesores poseen las aptitudes y competencias pertinentes para aprovechar al máximo las potencialidades de la enseñanza virtual?
Las anteriores son interrogantes a las que la Universidad de La Habana deberá prestar atención, pues se trata de un contexto en el que retomar las actividades lectivas supone una necesidad impostergable. Sin embargo, lo que aflora a todas luces es que las soluciones digitales demandan una reformulación de las estrategias de enseñanza, con contenidos y prácticas docentes que fomenten un aprendizaje de calidad.
El apoyo a alumnos y profesores, unido al imprescindible esfuerzo de todos los actores involucrados, constituyen principios de primer orden. La tecnología por sí sola no garantiza un saldo positivo del proceso, en particular cuando esta modalidad de enseñanza, lejos de una urgencia del contexto, apunta a convertirse en una eficaz herramienta para el futuro. (Por Junior Hernández y Mabel Torres, ACN)