Empleo y salarios, una reforma transversal para producir más en Cuba

El incentivo al trabajo, la reforma de salarios y el aumento de la producción nacional conforman una tríada medular de la estrategia económica-social de Cuba para enfrentar la crisis provocada por la Covid-19.
El plan busca un encadenamiento productivo que permita sustituir importaciones en un contexto de mayor persecución comercial, financiera y económica del gobierno de Estados Unidos como parte del recrudecimiento del bloqueo que por más de medio siglo mantiene sobre Cuba.

En ese sentido, la política de empleo y salarios, seguridad y atención social está inscrita como una de las 16 áreas claves concebidas en la estrategia por su transversalidad, ya que impacta a toda la economía y la sociedad en general.

En un mundo marcado por los efectos negativos de la Covid-19, las políticas neoliberales y la economía de mercado, Cuba prevé desatar sus fuerzas productivas con un acompañamiento social que protege a los más vulnerables.

La estrategia aprobada en julio pasado busca que la remuneración por el trabajo sea ‘la fuente principal de ingresos que sustenta condiciones de vida dignas, permite elevar el bienestar material y espiritual y la realización de los proyectos individuales, colectivos y sociales’, como reconoce la Constitución de la República en su artículo 31.

Por ese motivo, el plan está orientado a agilizar los procesos de contratación, favorecer una mayor inserción de los jóvenes, así como generar empleos de calidad que combinen los intereses nacionales y locales.

La ministra de Trabajo y Seguridad Social, Marta Elena Feitó, aseguró recientemente que en la actual coyuntura epidemiológica resulta indispensable ajustar los mecanismos de contratación, con énfasis en la utilización del trabajo a distancia y el teletrabajo.

De igual forma, la flexibilización del empleo por cuenta propia y el pago por alto desempeño son otras acciones contempladas dentro de una estrategia que cuenta también con garantías para la protección social.

Las acciones están encaminadas a perfeccionar los trámites de la seguridad social, modificar las reglas de cálculo de pensiones y homologar el tratamiento a la maternidad de las trabajadoras en todos los sectores.

Como novedad, se plantea la informatización de los sistemas frente a los registros obsoletos que existen.

El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, enfatizó que la estrategia tuvo en cuenta la situación prolongada de crisis internacional y el criterio de la población, al tiempo que permite una mayor asociación de la ciencia y la academia en función del desarrollo.

OFICIO GUBERNAMENTAL MÁS ALLÁ DE LA PANDEMIA

La preocupación por los derechos ciudadanos es parte inherente de la gobernanza en Cuba debido a la voluntad política de priorizar al hombre antes del mercado.

Con anterioridad, ya el país había adoptado 36 medidas en el ámbito laboral, salarial y de seguridad social para prevenir y enfrentar la Covid-19.

Algunas de ellas fueron el teletrabajo y el trabajo a distancia, la reubicación en otros puestos, ampliación de las garantías salariales y la exoneración del pago de impuestos a 240 mil representantes del sector no estatal.

Sin embargo, lograr un empleo y salario dignos son objetivos trazados mucho antes de la actual situación epidemiológica.

En 2008 el primer secretario del Partido Comunista de Cuba, Raúl Castro, expresó que constituye ‘un objetivo estratégico avanzar de manera coherente, sólida y bien pensada, hasta lograr que el salario recupere su papel y el nivel de vida de cada cual esté en relación directa con los ingresos que recibe legalmente, es decir, con la importancia y cantidad del trabajo que aporte a la sociedad’.

Díaz-Canel enfatizó recientemente que lo diseñado ahora partió de las bases del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social, de la Conceptualización del Modelo Económico y Social, así como de la actualización de los Lineamientos, documentos aprobados en el séptimo congreso del Partido Comunista de Cuba en 2016.

Datos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información reflejan que el salario medio en Cuba se ha incrementado cada año desde esa fecha.

En 2016 este indicador subió en 53 pesos cubanos (CUP), al año siguiente en 27, en 2018 lo hizo en 10 y en 2019 el salario medio creció 102 pesos cubanos (en casas de cambio y bancos un dólar USD se vende por 25 CUP).

A partir de julio del año pasado se aplicó un aumento de la remuneración en el sector presupuestado que benefició a más de un millón 470 mil trabajadores y sus familias.

En ese momento, el mandatario cubano alertó que no se trataba de una reforma salarial, ya que ese objetivo pasa por una estrategia económica más profunda vinculada al ordenamiento monetario en el país.

Cifras del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social ubican en más de dos millones el total de empleados en el sector estatal, y en 613 mil los vinculados por cuenta propia o privados.

En Cuba existe una dualidad monetaria con cambios diferentes entre el CUP y el peso cubano convertible (CUC). Entre personas jurídicas la ecuación es 1 CUC= 1 CUP = 1 USD.

Según datos oficiales, el costo estimado anual de esa alza de remuneración aplicada en 2019 se calculó en siete mil 50 millones de pesos, respaldados por el Presupuesto del Estado.

CRISIS Y REESTRUCTURACIÓN EN EL ORBE

Mientras en Cuba se preservan las garantías salariales, más de 305 millones de personas en el mundo perdieron sus empleos debido a la actual situación provocada por la pandemia.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estimó que la disminución de horas de empleo en la primera mitad de 2020 fue mayor que la prevista, lo cual representó un empeoramiento de la situación laboral y socioeconómica, sobre todo en los países en desarrollo.

De igual forma, la recuperación del mercado laboral prevista para la segunda mitad del año será ‘incierta y parcial’, acorde con la entidad.

Expertos han comparado los efectos negativos de la Covid-19 con las consecuencias de la Gran Depresión de la década del 30 del siglo pasado y con la crisis económica de 2008.

Según el Banco Mundial, las remesas se desplomarán en un 20 por ciento durante este año por lo que se dejarán de percibir más de 18 mil millones de dólares.

Por su parte, el Banco Interamericano de Desarrollo prevé que para el cierre de 2020, los ingresos por turismo se reduzcan alrededor del 30 por ciento en América Latina, lo que equivale a un 2,3 por ciento del PIB.

La Comisión Económica y Social para América Latina y el Caribe advirtió recientemente el aumento de casi 12 millones de desempleados en la región, sobre una masa laboral que tiene un 53 por ciento de informalidad, lo cual conducirá al incremento de 30 millones de personas en situación de pobreza.

El mandatario cubano alertó en julio durante la última cumbre (virtual) de la OIT que se necesitan medidas coordinadas para hacer frente al aumento de la desprotección social, las desigualdades y la pobreza.

‘Nuestro Gobierno ha implementado acciones para la protección de la salud de todo el pueblo, el mantenimiento del empleo y la defensa a las garantías y derechos laborales para todos, que son baluartes de nuestro proyecto social’, expresó.

Díaz-Canel calificó el trabajo como un valor y derecho sagrado, de ahí que la actual estrategia económica de Cuba priorice la política de empleo, salario y seguridad social en un contexto que ha reestructurado las dinámicas productivas en la mayor parte del orbe.

Compartir en: