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El 17 de agosto de 2017, el conductor de una furgoneta arrolló a cientos de viandantes en Las Ramblas de Barcelona, el bulevar más famoso de la capital catalana, en un ataque reivindicado por el autoproclamado Estado Islámico.
Horas más tarde, ya en la madrugada del 18 de agosto, miembros de la propia célula terrorista realizaron una acción similar en la turística urbe de Cambrils antes de ser abatidos por la policía.
Los trágicos acontecimientos segaron la vida de 16 personas e hirieron a más de un centenar, en la peor agresión en más de una década en España.
Una multitud se concentró este viernes en la Plaza de Catalunya, donde tuvo lugar el acto central en recuerdo y solidaridad con las víctimas del 17A.
Los reyes de España, Felipe VI y Letizia, asistieron a la ceremonia, en la que también estuvieron presentes el jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el presidente de la comunidad autónoma de Cataluña, Quim Torra.
Bajo el lema Barcelona, ciudad de paz, la conmemoración comenzó con una ofrenda floral en el mosaico de Joan Miró ubicado en Las Ramblas, justo el lugar donde terminó su mortal recorrido la camioneta que hace un año perpetró el atropello masivo.
A pesar del ambiente respetuoso, y el reclamo de las familias de las víctimas a la clase dirigente para que dejaran la política a un lado, la sombra de la tensión que vive Cataluña, tras el intento fallido de secesión de octubre de 2017, planeó sobre el homenaje.
Los familiares de los damnificados llamaron la víspera a las autoridades a no manipular el primer aniversario de los ataques y a no utilizar ‘el dolor ajeno para hacer política’.
Pese a las demandas, al menos dos pancartas de grandes dimensiones contra la presencia del monarca español fueron desplegadas en la zona donde se celebraron las evocaciones.
Sobre la fachada de uno de los edificios de la Plaza de Catalunya fue colocado un gran cartel en el que se leía (en inglés) ‘El rey de España no es bienvenido en los Países Catalanes’, bajo una fotografía de Felipe VI al revés.
Otra pancarta, colgada de un inmueble situado en las cercanías de Las Ramblas, incluía también dos frases en inglés: ‘Sus guerras, nuestros muertos’ y ‘Cataluña en solidaridad con las víctimas’.
La presencia del monarca fue criticada por el presidente catalán, muy crítico con la corona desde que Felipe VI emitió un duro discurso contra el proceso independentista.
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