Una escultura en bronce, en tamaño natural, para perpetuar la memoria y el legado de Eusebio Leal Spengler, fue develada en la noche de este lunes, por el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
La develación de la estatua, emplazada en las afueras del antiguo Palacio de los Capitanes Generales, hoy Museo de la Ciudad, se realizó a pocas horas de la celebración de los 502 años de la Fundación de la Villa de San Cristóbal de La Habana.
La obra del artista de la plástica, José Villa Soberón y de su ayudante Gabriel Cisneros Báez, representa al entrañable Historiador caminando con paso vivo, con documentos y libros en su mano izquierda, y con un gesto muy común de saludo para el más leal de los habaneros, levantando su brazo derecho.
Villa Soberón explicó a la prensa que la verdadera intención de la escultura era poderle devolver a La Habana Vieja la imagen de Eusebio andando en ella. Ha sido un trabajo muy complejo, consideró el reconocido artista, “porque es una persona muy querida y todo el mundo quisiera tener su propio Eusebio”.
Luego de descorrer junto a Javier Leal, hijo de Eusebio, la sábana blanca que cubría la escultura, el Jefe de Estado se dirigió al interior del Museo de la Ciudad para develar también una tarja en honor al Historiador de La Habana.
Justo encima del banco donde Eusebio se sentaba a compartir con sus colaboradores de siempre y donde también se le veía solo en sus reflexiones diarias, hoy se lee: “Quise encerrar a La Habana Vieja en las paredes pétreas de un museo, pero ella me hizo prisionero de sus muros para siempre”.
Fueron Argel Calcines, editor de la revista Opus Habana y el escultor Leo D´Lázaro, los artífices de esta obra, junto a un equipo de la Escuela Taller. La tarja de bronce recordará siempre a Eusebio en el espacio íntimo del Museo.
Luego el Presidente Díaz-Canel se dirigió hasta El Templete, lugar emblemático de la ciudad, donde el 16 de noviembre de 1519 se realizó la primera misa y el primer cabildo de la Villa.
Allí Félix Julio Alfonso, historiador adjunto de la Oficina del Historiador de la Ciudad, evocó las razones que existen para seguir siendo leales a leal.
“Es lo mismo que decir leales a Cuba, a la patria amada que nos contempla orgullosa, a su noble y valeroso pueblo, a la generación histórica que hizo la Revolución, a los héroes y mártires de nuestra historia, y también a esa ciudad misteriosa, espléndida, maravillosa, alegre y revolucionaria, por cuyas plazas y calles anduvo un intrépido caminante durante más de medio siglo”, afirmó.
Seguidamente el Presidente de la República Miguel Díaz-Canel Bermúdez, junto a su compañera Lis Cuesta Peraza y las máximas autoridades de La Habana, así como directivos de la Oficina del Historiador, dio las tres vueltas a la ceiba, antiquísima tradición, en la que se camina contrario a las manecillas del reloj y se pide un deseo.