El presidente de Bolivia, Evo Morales, rechazó hoy las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos el martes contra la vicepresidenta de Nicaragua y al asesor de ese país.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, rechazó hoy las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos el martes contra la vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, y al asesor de ese país, Néstor Moncada.
‘#EEUU insiste en sus ataques contra #Nicaragua, y ahora impone sanciones económicas contra Rosario Murillo, esposa del presidente Daniel Ortega, y el asesor de seguridad, Néstor Moncada. EEUU, autor de masacres y golpes de Estado en el mundo, no tiene moral para hablar de DDHH’, escribió Morales en su cuenta de Twitter.
Por su parte, Managua rechazó la víspera categóricamente la continuidad histórica de la injerencia y la política intervencionista de la potencia imperial norteamericana contra ella, expresa en una nota el gobierno de reconciliación y unidad nacional.
El texto señala que, a nombre del legado patriótico, del patrimonio heroico y de las luchas nacionalistas, reclama con dignidad y orgullo nicaragüenses el derecho inalienable a la soberanía e independencia.
Igualmente considera improcedentes, inconsecuentes, irrespetuosas, falsas e ilegítimas todas las acusaciones que ratifican las perspectivas y prácticas imperialistas de Estados Unidos y la condición servil y abyecta de los ‘vendepatria criollos’.
Con el nombre de Bloqueo de la propiedad de ciertas personas que contribuyen a la situación en Nicaragua, la Oficina estadounidense de Control de Activos Extranjeros (OFAC) estableció sanciones a partir de una nueva orden ejecutiva emitida por el presidente norteamericano, Donald Trump.
A raíz de ello, cualquier propiedad de los designados por la OFAC, dentro o en tránsito de la jurisdicción de Estados Unidos, o bajo la posesión o control de un nacional estadounidense, debe ser bloqueada e informada, indicó el Departamento del Tesoro del país norteño.
Washington justificó dichas medidas con el argumento de supuestas violaciones de los derechos humanos y un presunto desmantelamiento de instituciones democráticas.
Sin embargo, el gobierno de Estados Unidos es acusado aquí de incitar y financiar un fallido intento de golpe de Estado, con métodos que reproducen la estrategia aplicada contra la revolución bolivariana de Venezuela.