Manzanillo. Abril 9.- El presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, rindió tributo hoy en su cuenta oficial en Twitter a los mártires de la huelga del 9 de abril que lucharon por derrocar la tiranía de Fulgencio Batista, entre ellos el joven manzanillero Ciro Hidalgo Pérez, integrante del Movimiento 26 de Julio.
“65 años de la huelga del 9/04, que Fidel calificó como «el golpe más duro que sufrió la Revolución a lo largo de todo su trayecto; golpe del que supo rehacerse nuestro pueblo», escribió en la red social el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.
Hoy rendimos tributo a nuestros mártires, que no cayeron en vano en aquellas sangrientas horas de abril, refirió el mandatario al evocar la acción convocada por el Movimiento 26 de julio y protagonizada en su gran mayoría por jóvenes obreros y trabajadores humildes.
Ciro Hidalgo Pérez, nacido en la ciudad de Manzanillo el día 8 de septiembre de 1935 en una framilia humilde, cursaba estudios de Ingeniería eléctrica en la Universidad de La Habana y tenía activa participación en las acciones revolucionarias desde su incorporación al Movimiento en su tierra natal.
Desde temprana edad avisoró que “ la juventud cubana siente la necesidad de recurrir a la lucha por la paz, como quería Maso, Maceo, Mariana Grajales, Perucho Figueredo y tantos cubanos más que dieron su preciosa sangre para hacer una patria cubana para los cubanos… y digo cubana para los cubanos; porque cubano es el que ama a la patria, cubano es el que no roba los tesoros públicos, cubano es el que pone el deber con la patria sobre todas las cosas”.
Tras participar en la huelga en la capital cubana, es detenido y asesinado junto a Luis Morales y Juan Hernández, en la calle 19 entre M y L en El Vedado. En su honor llevan su nombre la escuela primaria de la comunidad rural San Antonio y un salón de estar de la Parroquia de la Purísima Concepción de Manzanillo en la provincia de Granma.
Cuba conmemora hoy el aniversario 65 de la Huelga General revolucionaria, acción dirigida a desatar un movimiento de masas que derrocara la dictadura batistiana y que tuvo en La Habana y Villa Clara sus máximos exponentes.
A pesar de que la acción no alcanzó el éxito esperado, su ejemplo dejó valiosas experiencias al movimiento revolucionario y constituyó un verdadero derroche de heroísmo.