Camagüey, 21 may (ACN) Con el propósito de apoyar la producción de alimentos y el abasto de agua a las comunidades rurales, se producen en la Fábrica de Bombas de Agua Alejandro Arias de esta ciudad, 500 bombas manuales correspondientes a los modelos BM-55 y BM-52, con cilindro y válvula de pie.
Ante la demanda realizada por el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos y el Grupo Empresarial de Logística del Ministerio de la Agricultura, los trabajadores de la planta camagüeyana, asumen esa labor como una alternativa en la actual situación epidemiológica que enfrenta el país con un déficit acentuado de las importaciones.
En la industria ya disponen de recursos como tornillería, zapatillas, laminados y material fundido, en tanto están enfrascados en la elaboración de 100 inyectores para acoplarlos a bombas centrífugas horizontales y extraer agua hasta 18 metros de profundidad.
Guillermo Piñeiro Libera, director de la entidad, explicó a la web del semanario local Adelante, que ese modelo de bomba está concebido para extraer a seis metros, pero al disminuir los niveles de las fuentes subterráneas, el empleo de inyectores asegura el suministro de agua, aunque en menos cantidades.
La entidad recuperó, además, la producción de 100 válvulas industriales de tres pulgadas, construye componentes para el módulo de corte de chapeadoras de la agricultura, y entrega a la Industria Nacional de Producción de Útiles del Hogar, de Santa Clara y de La Habana, quemadores, parrillas y difusores para las cocinas de gas licuado, informó el directivo.
Con el objetivo de unificar varias plantas distribuidas por todo el país, la fábrica camagüeyana forma parte hoy de la Empresa Industrial de Riego, creada en 2015, cuyos renglones son fundamentales para garantizar el agua en la agricultura y en los servicios sociales e industriales.
Bombas manuales de tres modelos para succionar el vital líquido desde siete hasta 30 metros de profundidad y elevarlo a un tanque situado a 10 metros, constituyen artículos por encargo estatal que crea la «Alejandro Arias», la cual tiene en funcionamiento tres talleres para realizar trabajos de fundición, pailería y maquinado.
A ellas se suman las electrobombas y motobombas, ambas centrífugas horizontales, dijo Piñeiro Libera, al tiempo que informó sobre la subsistencia de esos modelos diseñados por los hermanos Steere, fundadores de esa industria en Camagüey en 1944, la que entregaron 15 años después al Gobierno revolucionario cubano.
La fábrica tiene una capacidad tecnológica para producir anualmente cuatro mil unidades, constituyendo una importante reducción de importaciones al país, pero sus planes en los últimos años no alcanzan los estimados previstos, en lo que ha incidido de manera notable la necesidad de motores de alta velocidad, comercializados en el mercado internacional.