La Habana-. Fidel es el alma de la medicina cubana que enfrenta al rostro de la muerte. Su legado acompaña a nuestros médicos guerreros. Ellos se redescubren asimismo, más valientes en tiempos de pandemia, pero con la certeza de que Cuba salva y está lista para ello.
Los hemos escuchado contar sus historias… en Guatemala, Honduras, Perú, en África desde Argelia hasta Angola, en Togo por primera vez, Burkina Faso, Reino de Eswatini en Europa en Lombardía, Italia, y hasta el principado de Andorra con el compromiso solidario y transformador del alma de los cubanos.
El coronavirus se ha convertido en un gran medidor social y sentimental del planeta en pandemia. Una sola mirada a lo que hoy acontece en el mundo nos da la certeza de que la esencia humanista de la medicina cubana se articula como un “derecho de conquista” con el compromiso solidario de los cubanos.
Como una suerte de “barredores de tristezas”, de hacedores de esperanzas son nuestros trabajadores de la salud. Ellos apuestan por la vida como auténticos centinelas de valores éticos y de la alta entrega diaria de todos aquellos que hacen de la atención a la salud un derecho cotidiano de la humanidad y de nuestra nación.
Cuba hoy, cuando casi concluye el 2020 exhibe sus logros en materia de salud y su resistencia frente a una desgarradora pandemia descansa sobre quienes con absoluta dedicación y entrega a toda prueba, continúan salvando vidas.
Este 3 de diciembre, Día de la Medicina Latinoamericana es preciso mirar al continente y un poco más allá, donde hoy está nuestro ejército de batas blancas para llevar esperanzas a los lugares más necesitados, donde en muchas ocasiones, nunca había estado un médico. La esencia humanista de la medicina cubana es un principio que Cuba puso en práctica desde los primeros días de 1959. Recordemos a Chile, cuando el terremoto de 1960, y la llegada a Argelia de un pequeño grupo de profesionales en 1963.
Desde ese entonces, esta Isla del Caribe es paradigma en la asistencia médica a otras naciones, no solo prestando ayuda humanitaria, en momentos de catástrofes y epidemias sino en la construcción de hospitales, formación de profesionales y de docentes de diferentes especialidades.
El apoyo brindado al África en el año 2014, por ejemplo, cuando una epidemia de ébola azotaba a varias países, ha sido un hecho sin precedentes en la historia reciente y, ante el llamado de la ONU y de la Organización Mundial de la Salud, Cuba envió un contingente de 250 especialistas a varios naciones, donde el peligro frente al contagio y la muerte era real.
Las historias de salvar vidas fueron una realidad, la fama de los médicos cubanos como auténticos profesionales humanistas, corrió de boca en boca; La Mayor de las Antillas organiza a su ejército de batas blancas capaz de brindar sus servicios frente a epidemias, inundaciones, terremotos y otras catástrofes naturales. Su presencia, despierta, expectativas y esperanza en millones de personas.
Cuba es líder en solidaridad mundial y ello nadie lo duda por eso los médicos cubanos continúan brindando solidaridad: Parten desde Cuba hacia nuevas misiones de salud y regresan con la misión cumplida.
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Por Zenaida Costales Pérez