Gema, Adriana y Gerardo en la pantalla grande

Una familia feliz. Foto: Ismael Francisco / Cubadebate

La noche parecía ser como una de las tantas de este 38 Festival del Nuevo Cine Latinoamericano. Me sentaría en una sala oscura, con imágenes y sonidos de algún filme sugerido por un buen cinéfilo.

Afortunadamente, alguien pegó una cartelera en la vitrina del Multicine de Infanta. Leo: Gema de Cuba, Directora: Estela Bravo. Volví a leer para confirmar. Y decidí que esta vez no me lo perdería.

Alcancé asiento en el medio de la luneta. Desde allí reconocí a la gran Estela Bravo, y amigos que le acompañaron en la proyección de su más reciente documental. Llegó el papá de la protagonista, Gerardo Hernández. Extrañé a Adriana, su esposa. Supe luego por la señora que se sentaba a mi lado que ya está hospitalizada a la espera de sus pequeños Ámber y Gerardito.

8.10 pm. Estamos en Cuba y obviamente, pocos somos puntuales. La presentadora equivoca un apellido y todos sonreímos desde la picardía del conocimiento de la historia de 16 años escuchando los cincos nombres de esos hombres gigantes. El detalle queda entre amigos, que obviamente el jaranero mayor utiliza para distender un poco la solemnidad en la sala. En su rostro se dibuja la felicidad. Gerardo se vio entre rejas, con cadenas perpetuas que lo hundían todos los días en la oscuridad de una celda. Él hoy vive intensamente cada segundo con su familia, amigos, y un pueblo que le demuestra admiración a cada momento. La palabra que no le faltó fue “Gracias”; a Estela, a Cuba, a Fidel y a todos los que lucharon porque Gema fuera más que un sueño.

Apagan las luces. La secuencia cuenta la historia de amor entre dos jóvenes cubanos tan comunes como quienes todos los días montamos guagua, escribimos poemas y nos enamoramos en una playa de La Habana.

También narra los motivos de la misión de Los Cinco en los Estados Unidos; las tragedias vividas en más de 16 años por ellos y sus familiares que luchaban por demostrarle al mundo la inocencia de Gerardo, Antonio, René, Fernando y Ramón. El encuentro con el cineasta y amigo norteamericano, Danny Glover resultó climático en el documental.

Llega ella, y la pantalla grande la devuelve hermosa. Gema me seduce con esos ojazos verdeazulados. No pude evitar emocionarme porque soy madre, y sé de las sensaciones que solo un hijo despierta. Más aún una bebé tan deseada por unos padres amorosos que no reparan en mimos, aunque se sepan filmados por cámaras “indiscretas”. Ella es encantadora y en las imágenes entrega dulzura sin límites. Reconozco en las fotos el estilo de alguien que ha retratado a Gema más de una vez: el fotorreportero Ismael Francisco González, de Cubadebate. A través de sus instantáneas la hemos visto creer.

Aplausos, muchos aplausos. Encienden las luces. Y nos los engaño si les aseguro que casi todos los que estábamos allí pudimos robarle un instante a Gerardo para la foto del recuerdo. Esta vez, tras cada flash, la frase que más se escucho fue: “Gracias por existir”.

Por: Fabiana Simoni