Ramala, 26 ago (Prensa Latina) El gobierno palestino condenó hoy las declaraciones racistas del ministro israelí de Seguridad Nacional, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, y exigió su renuncia.
El Ministerio de Asuntos Exteriores y Expatriados llamó a la comunidad internacional, en especial a Estados Unidos, a presionar a ese país para destituir a Ben Gvir, quien provocó un alud de cuestionamientos tras afirmar, durante una entrevista concedida al Canal 12, que su derecho a la libertad de circulación es más importante que la de los árabes.
“Mi derecho, el derecho de mi esposa y de mis hijos, a circular por las carreteras de Cisjordania (territorio ocupado) es más importante que el derecho a la libertad de circulación de los árabes; ésta es la realidad, esta es la verdad. Mi derecho a la vida precede a su derecho a la libertad de movimiento”, afirmó.
La Cancillería saludó en un comunicado la ola de rechazo internacional a las palabras del funcionario, conocido por sus posturas antipalestinas y antiárabes.
Alertó que “el terrorismo de los colonos se intensificó de una manera sin precedentes contra los ciudadanos palestinos, porque se sienten protegidos, apoyados y respaldados por personas como Ben Gvir y (el titular de Finanzas Bezalel) Smotrich.
El jefe de Gobierno israelí, Bejamin Netanyahu, defendió ayer a Ben Gvir, cuyo pequeño partido radical es clave para mantener la mayoría de la alianza derechista en el Parlamento.
En respuesta a las declaraciones del funcionario, el legislador israelí Ofer Cassid señaló que no solo es racista sino también un estúpido.
El hombre que destruye la seguridad nacional habla con palabras que recuerdan al Ku Klux Klan y a los perseguidores antisemitas de judíos en todo el mundo, señaló Fuerza Kaplan, el movimiento de protestas contra la reforma judicial que impulsa el gobierno.
Ben Gvir representa al movimiento supremacista judío, afirmó la organización que también criticó el silencio ante esas palabras del resto de los socios de la coalición en el poder.
Acusado más de 50 veces y condenado ocho por disturbios, vandalismo e incitación al racismo, el funcionario cuenta con una larga lista de acciones provocativas contra los palestinos.
Antes de ocupar su actual cargo, el pasado año instaló varias veces una oficina en el barrio palestino de Sheikh Jarrah, en Jerusalén Este, lo cual desató enfrentamientos tras las protestas de los residentes.
Ya como ministro, en enero último, recorrió con una amplia escolta policial la jerosolimitana Explanada de las Mezquitas, una acción muy criticada por los palestinos, que consideraron la visita como una provocación.
En junio, el gobierno palestino calificó de aberrantes y genocidas sus llamados a lanzar una operación militar a gran escala en Cisjordania para “matar a miles de terroristas”
Antes de convertirse en parlamentario, durante años mantuvo en la sala de su casa una foto de Baruch Goldstein, quien asesinó a 29 palestinos en la Cueva de los Patriarcas en 1994.