Cuando la luz se esparce en los más recónditos confines de la tierra, sea día o sea noche, se escucha un llanto de vida nueva y otro de gozo por la oportunidad de seguir dándole a la vida sueños; la entraña de la colaboración médica internacionalista cubana se enriquece.
Es que en las venas de este mundo inseguro se precipita con fuerza de torrente el gesto altruista de una pequeña y pobre isla caribeña que, de la mano de hombres y mujeres de corazón humilde, disemina la semilla de la esperanza.
Por ello, al escuchar hoy cómo crece el reclamo mundial de un premio Nobel de la Paz a una brigada de madres y padres que salvan, en pleno desafío a la muerte ocasionada por terremotos, virus, enfermedades, huracanes, se tiene la certeza de que «tantas voces no pueden estar equivocadas».
🇨🇺»Ser internacionalistas es saldar nuestra propia deuda con la humanidad. Quien no sea capaz de luchar por otros, no será nunca suficientemente capaz de luchar por sí mismo». #CubaPorLaVida #CubaSalva #Cuba #NobelParaMedicosCubanos #NobelParalaHenryReeve #DeZurdaTeam pic.twitter.com/NvW05atfHq
— Tokio2021🌻🌻 (@Tokio20200) June 17, 2020
La ayuda solidaria de la isla ya no puede ser ocultada por los grandes medios de comunicación, porque ‘pese al infame bloqueo impuesto por #EstadosUnidos , #Cuba solidaria envía su ejército de batas blancas por todo el planeta. #CubaSalva #CubaPorLaVida #NobelParaMedicosCubanos pic.twitter.com/6eUYnocwMI
— Tokio2021🌻🌻 (@Tokio20200) June 17, 2020
Y pienso en cuántos Alejandros, Isabeles, Pedros, Marías, que habitan en lejanos parajes, llevan con orgullo el nombre de aquel cubano de bata blanca que en medio de la tempestad cortó el cordón símbolo de una nueva existencia.
Imagino a aquellos primeros 56 médicos, enfermeras, estomatólogos y técnicos de la salud que el 23 de mayo de 1963 trazaron en Argelia la primera línea de una historia de solidaridad cada vez más agigantada.
Desde 1963 a la fecha, más de 420 mil trabajadores cubanos de la #salud han estado presentes en 169 países, en más de 600 mil misiones. #CubaPorLaSalud 🇨🇺 #CubaSalvaVidas pic.twitter.com/5UitFMQtFh
— José Angel Portal Miranda (@japortalmiranda) May 23, 2020
Me conmueve sólo de suponer la experiencia de aquel grupo emergente que tres años antes había viajado a Chile a socorrer a las víctimas del terremoto por el cual murieron miles de personas.
Resaltan en el recuerdo las anécdotas de algunos de los más de tres millones de seres a los que se devolvió el universo de colores con las cirugías oftalmológicas de la Operación Milagro, extendida a más de 30 países.
Las hazañas en las que crecen estos heraldos de la salud cubana son incomparables y refieren la coraza de integridad de estos profesionales, como la de los 256 integrantes del contingente Henry Reeve en el control de la emergencia sanitaria provocada por el Ébola; y la de los más de tres mil 300 que se enfrentan hoy a un virus desconocido y altamente letal como el Sars-CoV-2 en 28 países.
Besos y abrazos en pausa hasta el regreso, planes postergados ante el sueño de cumplir con la misión máxima de lo que eres, un defensor de la vida; y sobretodo, la sensación de dar seguridad y aliento a quienes creían fallecer, les ennoblece.
Juntos, en el bregar de 57 años, han dejado la huella perenne de esta ínsula por todos los continentes, con aportes asistenciales, docentes, y al formar en nuestras universidades a más de 35 mil profesionales de 136 países, además de los 8 mil 478 jóvenes de 121 naciones que aquí continúan sus estudios.
Más allá de calumnias y engendros legislativos en contra de esta legítima y profunda muestra de amor al prójimo, Cuba y sus colaboradores de la salud continúan siendo surtidores de bienestar y consuelo para los habitantes de los 164 países en los que han estado presentes desde 1963.
Denunciamos nueva maniobra desesperada de senadores anticubanos contra la cooperación médica internacional de #Cuba, consistente en amenazar con castigos a quienes no sigan la conducta aislada y reprobable del gobierno estadounidense#CubaSalvaVidas, no pueden borrar esa verdad
— Bruno Rodríguez P (@BrunoRguezP) June 19, 2020
Sus cooperantes internacionalistas, tanto de la Henry Reeve como la cifra superior a los 28 mil que hoy curan en 59 territorios fuera de nuestras fronteras, ganan prestigio y confirman el proverbio africano que «las huellas de los que caminaron juntos nunca se pueden borrar».
Desde aquel primer acto de amor a la humanidad estos héroes que visten de dignidad y coraje hacen valer los principios de una pequeña tierra que, como dijera el invicto Comandante, envía al más insospechado rincón del planeta «médicos y no bombas».
Ni esclavos ni fuente de riquezas para un supuesto régimen, ellos son amantes de la vida, defensores voluntarios de una máxima primigenia de la patria, protagonistas de la visión fundacional descrita en el Manifiesto del 10 de Octubre de 1868 por Carlos Manuel de Céspedes, quien aspiraba a “una nación grande y civilizada, para tender un brazo amigo y un corazón fraternal a todos los demás pueblos”.