Hogar por la seguridad y salud de los ancianos

Hogar de ancianos Padre Acevedo de Manzanillo // Foto Marlene Herrera
Hogar de ancianos Padre Acevedo de Manzanillo // Foto Marlene Herrera

Cual veteranos gloriosísimos que vuelven heridos de una gran campaña: la vida, admira y resguarda esta tierra cubana a sus adultos mayores cubiertos de esas blancas cabelleras que cuentan más que las palabras.

Su guarda y cuidados, a sabiendas de que en las canas habita la experiencia y remembranzas de la patria, se corona en los 157 Hogares de Ancianos que por toda Cuba resguardan a los mayores de 60 años con discapacidad o en situación de validismo y sin respaldo familiar.

El Padre Acevedo con una historia octogenaria es la institución en la cual Manzanillo asegura hoy la atención a 104 adultos mayores, 71 de ellos hombres y 33 mujeres, en sus cinco salas.

Con una experiencia de 47 años de entrega en sus espacios, la licenciada en enfermería Agustina Enoa Acuña siente el regocijo de formar parte de esa gran familia que allí se funda.

«Desde el 20 de mayo de 1974 inicié en el Padre Acevedo y he aprendido a amar a la familia, al adulto mayor, especialmente comprenderlo, escucharlo, ser más humana y más sensible».

«Ellos entran carentes de amparo filial y además de las atenciones médicas, les damos el cariño que no les entrega su familia», complemento de una labor sistemática que inicia con los buenos días para el despertar, el desayuno y aseo, las seis comidas diarias, el tratamiento médico a las patologías, y las disímiles actividades que dinamizan la cotidianeidad.

Agustina Enoa Acuña, enfermera del Hogar de Ancianos padre Acevedo de Manzanillo // Foto Marlene Herrera
Agustina Enoa Acuña, enfermera del Hogar de Ancianos padre Acevedo de Manzanillo // Foto Marlene Herrera

«El anciano ingresa y el equipo multidisciplinar valora sus condiciones y establece las prioridades», ciertamente las familias y pensiones asumen el costo de la estadía; sin embargo Asistencia Social cubre el pago parcial del servicio cuando se comprueba insuficiencia de ingresos del adulto mayor y sus familiares para pagarlo totalmente.

Además, desde la implementación de la tarea ordenamiento, «los beneficiarios de la Asistencia Social que ingresan a los hogares con todos los servicios cubiertos, reciben también una prestación monetaria excepcional de 60 pesos, para gastos personales o de bolsillos».

Para su seguridad, tienen a muchas personas ocupadas de ellos, asegura la seño Agustina, «los asistentes de enfermería, por ejemplo, se ocupan de procesos como el aseo y baño, la alimentación y el cuido del anciano, para evitar los accidentes, caídas y las úlceras por presión».

«Porque su bien es el nuestro, en este tiempo de pandemia trabajamos durante ocho meses en cuarentena por períodos de 14 días, así se evitó que ellos se enfermaran con el virus.

«Fue tremendo reto y sacrificio, pero lo hicimos y lo logramos; ahora persistimos con medidas como el lavado frecuente de las manos, el cambio de los nasobucos cada tres horas, y las medidas asignadas para evitar la enfermedad».

Con una dotación de 155 camas y capacidad para 15 seminternos con una estancia diurna, el Hogar de ancianos Padre Acevedo de Manzanillo, ubicado en el Reparto Caymari, recientemente recibió un mantenimiento constructivo para mayor confort de sus residentes y trabajadores.

«Gracias a una obra tan humana como esta, valora Enoa Acuña, en Cuba no existen abuelos sin familia en las calles; es una de las iniciativas más profundamente consecuente con la vida de esta Revolución siempre ocupada de sus hijos.

«Los hogares de ancianos nos dan ciertamente el privilegio de poderles brindar, a los más necesitados, mucho amor, y que sus últimos días pasen con bienestar, seguridad y salud».

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