Incrementar las producciones: compromiso de los anapistas cubanos

Foto Radio Rebelde
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La crisis sanitaria en Cuba provocada por la Covid-19 no impedirá que los campesinos y cooperativistas celebren su día este 17 de mayo, cuando se cumplen 61 años de la firma de la Primera Ley de Reforma Agraria y 59 de la fundación de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP).

El presidente de la organización Rafael Santiesteban Pozo dijo a Radio Rebelde que para la conmemoración de la efeméride se han previsto actividades a desarrollar desde los campos y los hogares de los asociados. “Se va a celebrar ajustado a las características de los momentos actuales, pero con alegría, compromiso y voluntad de continuar adelante en la producción de alimentos para tributar a la economía nacional y propiciar el bienestar del pueblo”.

Incrementar las producciones: compromiso de los anapistas cubanos

Entre las razones para festejar este año el Día del Campesino, el titular del sector se refirió a la constitución del Movimiento de Productores de Avanzada, con más de 16 mil campesinos en todo el país y al incremento de asociados, entre los que sobresalen las más de 10 mil mujeres incorporadas en esta última etapa.

Señaló también el fuerte trabajo desarrollado por los anapistas sobre la base de lograr una mayor influencia en los procesos de contratación de la cosecha a nivel de productores en cada una de las cooperativas, y alcanzar un mayor reflejo de los programas principales que desarrolla el país, como el de autoabastecimiento territorial, que persigue como objetivo poner a disposición de cada cubano un volumen de alimento superior de viandas, granos, hortalizas, cítricos, frutas y carnes.

“El último corte que se efectuó a nivel nacional identifica alrededor de 20 libras per cápita entre viandas, granos, hortalizas, frutas y cítricos que recibe nuestra población, en algunos lugares con un mayor volumen. Hay un análisis que unido a evaluarlo a nivel de provincia también se lleva a cabo a nivel de municipio, y dentro de los municipios a nivel de cada una de las zonas campesinas para poder determinar aquellas áreas donde hay una situación mucho más favorable, y otras en las cuales se requiere adoptar medidas que contribuyan al incremento de la producción”.

De no haberse desatado la epidemia contra la que hoy se combate en todo el mundo, los campesinos y cooperativistas cubanos estuvieran desarrollando por estos días su XII Congreso. No obstante, se llevó a cabo el proceso asambleario a los niveles de base, municipal y provincial, donde se comprobó el estado de ánimo de los productores.

“Fuera de asamblea se dedicó el tiempo a poder evaluar con un sentido autocrítico y responsable todo lo que se había hecho y las reservas para seguir estimulando hacia el futuro el incremento de los aportes por parte del sector. Se desarrollaron acciones para el mejoramiento de las propias instalaciones en las comunidades campesinas, como escuelas, Consultorios del Médico de la Familia, áreas deportivas, entre otros establecimientos”.

Santiesteban Pozo dijo que el año 2019 no fue favorable para la agricultura. La crisis energética por la que transitó Cuba en los meses de septiembre y octubre y las escasas precipitaciones incidieron en las producciones. Sin embargo, aseguró que “cuando se trabaja de forma directa en colectivo, se da una información clara y se aprovechan las experiencias que tienen los productores y las cooperativas, es posible poder buscar alternativas y desarrollar el proceso productivo aún en situaciones complejas”.

“Se estuvo intercambiando mucho en qué hacer en situaciones como ésta para usar la totalidad de la tierra, diversificar la producción y desarrollar el policultivo para equiparar las potencialidades que dejaron de lograrse en otras categorías”.

Incrementar las producciones: compromiso de los anapistas cubanos

Este periodo también estuvo marcado por el arrecio del bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba. El presidente de la ANAP explicó que aunque pueda parecer para algunas personas una excusa del Gobierno cubano ante las dificultades socioeconómicas, su impacto es latente en la adquisición de materias primas y tecnología de avanzada, así como en las exportaciones.

Ejemplificó estas consecuencias con las complejidades para la producción de carnes, sobre todo en el aseguramiento del alimento que se necesita para respaldar las diferentes crianzas.

“De momento no es posible suplir las necesidades porque el país se ha mantenido en esta última etapa importando alrededor de 900 mil toneladas de maíz. En ello incide el efecto del bloqueo y la incapacidad de producción del país en estos momentos de maíz y del resto de las categorías para desarrollar la producción de cerdo y de las demás crianzas”.

Para contrarrestar estos efectos, dijo el directivo “se ha apelado a un grupo de alternativas que tienen que ver con el uso de la tracción animal, de bioproductos, productos naturales, la materia orgánica, la lombricultura, todo aquello que el campesino con mucha voluntad ha podido utilizar en función del incremento de la producción para nuestro pueblo”.

Otras acciones son el incremento de áreas, la siembra de yuca, maíz, sorgo, plantas proteicas; se ha hecho un levantamiento para retomar el aprovechamiento de la palmiche, y se ha trabajado desde el punto de vista genético en la recuperación de módulos pecuarios y patios con cerdos de pata oscura, según añadió Santiesteban Pozo.

“Unido a estos elementos vinculados con la parte productiva y la comercialización, se ha estado trabajando en la aplicación de los adelantos de la ciencia y la técnica, lo relacionado al movimiento de campesino a campesino, el movimiento agroecológico, propiciando paulatinamente que desde el conocimiento se sigan creando las condiciones que permitan extender las mejores experiencias en el escenario agropecuario.

“Para ello se ha trabajado en talleres, se ha seguido incrementando la declaración de fincas agroecológicas, en el país tenemos más de 800, y alrededor de 20 mil en camino a alcanzar esta categoría, lo cual, junto a la utilización de métodos prácticos y adecuados a los momentos actuales, permite seguir desarrollando el proceso productivo”.

El máximo dirigente anapista conversó sobre las acciones implementadas en el sector para sustituir importaciones e incrementar las exportaciones, y argumentó la importancia de la agricultura en la generación de financiamientos superiores que tributen a su desarrollo y al del resto de los factores de la economía en el país, con los cuales mantiene encadenamientos productivos. Pero aseguró que la satisfacción de las necesidades alimentarias de la población cubana siempre es la prioridad.

En este aspecto reconoció que aún no se suplen todas las demandas, y por lo tanto el país se ha propuesto dentro del programa de autoabastecimiento territorial facilitar a la población 30 libras de viandas, granos, cítricos, frutas y hortalizas en el mes.

“Se ha logrado que en esta etapa de las 30 libras, 21 es la media en el país de lo que se le ha ofertado a la población. Hay provincias que tienen un mayor nivel de acuerdo a sus características, y se está trabajando para que este análisis no quede solo a nivel de provincia sino también a nivel de municipio y a nivel de cada una de las zonas en los territorios.

“Hay un principio del autoabastecimiento territorial que es aprovechar al máximo las potencialidades que tiene cada uno de los municipios, cada una de las zonas, y se ha hecho un estudio del balance de tierra con la cantidad de personas, la calidad de los suelos, las posibilidades de riego, y en algunos lugares se han tomado decisiones porque existen potencialidades de incorporar otras áreas al proceso productivo.

“El país ha definido como una prioridad que de acuerdo a las potencialidades productivas de algunos territorios, éstos se mantendrán aportando a otros territorios de manera organizada y equilibrada. Una de las muestras más recientes fue la decisión que se adoptó con la producción de papas, que con un gran esfuerzo se envió el tubérculo al resto de las provincias del país”.

Incrementar las producciones: compromiso de los anapistas cubanos

Con la llegada de la Covid-19 a Cuba en el tercer mes del presente año, el tema alimentario generó más presiones y preocupaciones. De manera coordinada con los Consejo de Defensa a nivel de municipio y provincia se han realizado aportes de productos agropecuarios como viandas, granos, hortalizas, carnes, leche, a más de 200 centros de Salud y establecimientos en los cuales están ubicadas las personas que intervienen en el enfrentamiento a la pandemia, con una entrega de más de mil 500 toneladas de estos productos.

De forma espontánea e individual los campesinos han contribuido con alimentos de su autoconsumo y otros recursos, iniciativa que según el presidente de la ANAP, Rafael Santiesteban Pozo, no afecta los compromisos con las entregas al Estado. De ahí que una de las medidas en esta etapa es el incremento de las producciones.

En ese empeño ya se ha desplegado un amplio movimiento de preparación de tierra, de siembra, de atenciones culturales, y se ha coordinado con un grupo de factores para incorporar a más jóvenes, mujeres, y a toda la fuerza dispuesta a hacer posible el apoyo al sector agropecuario.

Por Yaicelín Palma Tejas

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