La invitación que me hizo a su cumpleaños 85, para el venidero 10 de octubre, ya no será una realidad para él, quiso el azar, que hoy a exactamente tres meses de nuestro último encuentro, falleciera, producto a una penosa enfermedad, Julio Rodríguez Merencio, más conocido como El Químico.
Contaba 22 años, allá por 1957, cuando inicié en mi Guantánamo natal, la vida revolucionaria, me contó entonces y es presa de la emoción cuando busca en su memoria para decirme que fue en la clandestinidad primero, que realizó varias actividades como acopio de armamentos en la zona de Santa Catalina, Sagua de Tánamo y que más tarde se unió a los rebeldes, fue cuando conoció al entonces Comandante Raúl Castro Ruz.
Perfectamente recuerdo ahora la voz baja, entrecortada y la mirada escudriñadora de El Químico al continuar sus anécdotas hasta decirme cómo llegó a Manzanillo desde Minas de Frío, donde tuvo la misión junto a muchos otros combatientes, bajo el mando de Armando Acosta, de construir la escuela para cursos de cadetes y oficiales que luego fue para maestros.
“Por acá por esta zona ya me había enamorado”-expresó con otro brillo muy diferente en la expresión, Rodríguez Merencio.
Inclinó la cabeza hacia adelante como ubicando sus recuerdos y me habló entonces de Girón, de su participación en esta épica hazaña de los milicianos y rebeldes tras el triunfo revolucionario y cerró un poco sus ya pequeños ojos cuando me dijo: «era ya la una y pico de la tarde del 18 de abril de 1961, cuando en avance por la estrecha carretera hacia Girón, que estaba rodeada de ciénaga, el líder de la Revolución Fidel Castro, nos hace la señal de detenernos al tanque donde iba yo y subió al equipo».
Sus manos recias temblaron y las apretó disimuladamente y no pudo evitar las lágrimas cuando me dijo “fue desde ese tanque, el Su-100 desde donde el Jefe disparó al barco Houston impactando en él y haciéndolo varar entre llamaradas.”
A partir de hoy la linda familia de El Químico en el edificio 56, apartamento E-10 del reparto Camilo Cienfuegos, en esta ciudad de Manzanillo, amigos y vecinos del inigualable combatiente, padre, abuelo, compañero; marcarán esta fecha del día 15 del séptimo mes que por esas casualidades lleva el nombre de Julio, como el instante en que Rodríguez Merencio inició su camino a la inmortalidad.
