Joven Club de Computación y Electrónica, 30 años al servicio de la familia cubana

Fidel participó activamente en la creación de los Joven Club de Computación. Foto: Liborio Noval
Fidel participó activamente en la creación de los Joven Club de Computación. Foto: Liborio Noval

En 1987 la informática no atravesaba cada esfera de la vida diaria del modo en que lo hace hoy, y Cuba no era la excepción. Sin embargo, en el país comenzaba un ambicioso proyecto social que pretendía enseñar computación a la mayor cantidad posible de niños y jóvenes. Así, el 8 de septiembre de ese año surgieron los Joven Club de Computación y Electrónica, una idea que llega a sus 30 años y que desde entonces se renueva de acuerdo a los tiempos.

«Los primeros 32 Joven Club se ubicaron en cada una de las capitales provinciales. En el caso de la provincia de Matanzas se construyó también uno en el municipio de Colón, otra en Cárdenas y otro en Varadero, y así se hicieron las primeras instalaciones», Raúl Vantroi Navarro Martínez, director general de los Joven Club.

Con el tiempo, los servicios asociados a las tecnologías de la información y las comunicaciones se ampliaron. Las computadoras comenzaban a verse en las escuelas y las instituciones, y esa generación que no sabía cómo trabajar con las máquinas comenzó también a recibir en los Joven Club las clases para lograr esas habilidades.

«En el país se fueron ampliando la cantidad de Joven Club y llegaron a ser 174 instalaciones en aquellos años. Luego, en 1991 un antiguo mercado de La Habana se convirtió en Palacio Central de Computación y más tarde, en el 2000 la cifra de Joven Club llegó a 300. Más tarde, entre 2004 y 2005 se crearon 300 más, aumentando la cifra a 600 en todo el país. Hoy hay más de dos por municipio», explica Raúl Vantroi.

«En todos estos años, -agrega el director general de esta institución-, Joven Club ha tenido un desarrollo vertiginoso. Hoy todas las instalaciones cuentan con trabajadores especializados que son alrededor de 5 mil. El 47 por ciento de ellos, son universitarios, más de 1 500 dominan un segundo idioma y hay además 800 masters».

Con este personal capacitado se ha podido ampliar los servicios y cursos. Además de formación básica, especializada y de postgrado, existen cursos para niños, otros para discapacitados y personas de la tercera edad.

«Durante estos 30 años, hemos desarrollado aplicaciones informáticas, dado asistencia y asesoría, y se han graduado más de 4 millones 550 000 personas. En la actualidad, tenemos en proyecto 21 nuevos servicios y pretendemos mejorar los que ya existen», agregó Raúl Vantroi.

Jóvenes reciben cursos de computación. Foto: Ismael Batista.

Jóvenes reciben cursos de computación. Foto: Ismael Batista.

Servicios y productos

La familia cubana es para los trabajadores de Joven Club su mayor meta. Por eso, durante este tiempo sus productos destacan por su calidad. Tal es el caso de Ecured, la enciclopedia cubana que aporta conocimiento universal a la mayoría de los cubanos. Con una variedad de artículos sobre nuestro país, Ecured tiene más de 532 colaboradores activos y más de 39 mil registrado.

«La enciclopedia recibe visitas de diferentes países latinoamericanos como son México, Ecuador, Guatemala, Colombia, Chile, Venezuela y otros. Además lo consultan diariamente más de 250 000 personas, y recibió recientemente el premio Espacio que otorga la Asociación Cubana de Comunicadores Sociales», explica Anamaris Solórzano Chacón, subdirectora general de Joven Club.

Otro de los servicios que más destaca es la Mochila, un producto cultural de entretenimiento para todas las edades. Su funcionamiento, muy parecido a un canal de televisión no tradicional, cuenta con una variedad de secciones donde el usuario es capaz de crear su propia programación.

«Nuestra plataforma de dominio .cu que recoge los blogs cubanos es Reflejos. La hemos diseñado como un espacio accesible donde los blogueros puedan compartir sus opiniones, intereses y necesidades en formato de texto, imágenes y videos. Así, Reflejos es un espejo en el que los cubanos pueden reconocer sus intereses y anhelos comunes», asegura Anamaris Solórzano.

Reflejos cuenta con un total de 3 mil 163 blogs activos, alrededor de 22 199 usuarios y recibe más de 300 000 visitas mensuales.

El Estanquillo es otra de las plataformas. Funciona en tiempo real y se destaca por la descarga y visualización en su formato digital de medios de prensa tanto internacionales como nacionales. La aplicación brinda varias facilidades: el acceso fácil a información y actualidad, medios de moda, manualidades, cultura, deportes, salud, entre otros.

Sostenible y popular

Aun cuando el éxito social de un proyecto como Joven Club se demuestra en el interés de los cubanos, mantener estos servicios es costoso para el país. Según explica Raúl Vantroi Navarro Martínez, director general de los Joven Club, cada año la entidad gasta alrededor de 56 millones de pesos.

«Las entidades que dan servicios informáticos en el mundo son muy costosas. Actualizar software, hardware y mantener un funcionamiento adecuado de todos estos equipos es fundamental para estas instalaciones. Por eso, desde el 2014 se decidió comenzar a cobrar algunos servicios», agrega Raúl Vantroi.

Para Joven Club, esta es una decisión trascendental y también estratégica porque va en busca de su autofinanciamiento. El gran reto es hacerse sostenible económicamente y seguir siendo popular.

«Un niño por jugar dos horas en una computadora paga 2 CUP, y para jugar en red, uno de Guantánamo con otro de Pinar del Río, son solo 3 CUP la hora. Ahora al país eso le cuesta mucho más, alrededor de 17 CUP la hora, pero no podemos dejar de estar al alcance de cualquier persona y tienen que seguir siendo así.

«El Joven Club que estamos pensando ahora tiene que ser autofinanciado 100 por ciento, con tarifas asequibles a la población y además tiene que mantener la esencia de su fundación que es ser una organización popular, tener productos novedosos, atractivos, que constantemente se transforme en otro mejor y con un personal altamente calificado», agrega Vantroi.

Novedades y retos

El pasado mes de agosto, los Joven Club de Computación realizaron una prueba piloto en la ciudad de Santiago de Cuba, específicamente en el poblado del Caney, una zona de muy poco alcance a la tecnología moderna. El propósito es que las personas aprendan a utilizar medios tecnológicos como celulares, tablets y computadoras.

Con el nombre de Infoalfabetización, el programa pretende alfabetizar tecnológicamente a la población cubana que no cuenta con las habilidades para usar las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones.

Según explica María de los Ángeles Pérez Ramírez, subdirectora general de Joven Club, las familias de la zona brindaron sus casas y computadoras para impartir el curso, lo que hizo la experiencia mucho más enriquecedora.

«La mayor contribución de Joven Club al proceso de Informatización de la Sociedad es enseñar a las personas a usar las nuevas tecnologías. Se prepararon 68 instructores de esta provincia y se vincularon el Ministerio de Educación, Salud Pública, el INDER y el Ministerio de Cultura. En una semana, se logró alfabetizar 48 651 personas, de ellos mil 120 niños, 419 personas de la tercera edad, 88 discapacitados y 19 jóvenes de centros de reclusión», agrega María de los Ángeles Pérez.

El proyecto se pretende generalizar en todo el país después del mes de septiembre para terminar el próximo año y concluir las actividades por el 30 aniversario de los Joven Club.

«Además de este gran propósito, las acciones para 2018 responden a la modernización de la red y su preparación para una gama de servicios más acordes a los tiempos. Por otra parte, pretendemos culminar los productos en desarrollo para su explotación en la red de Joven Club y garantizar la sostenibilidad de la cartera de productos y servicios que ofrecemos», asegura Raúl Vantroi Navarro Martínez, director general de los Joven Club.

Así los Joven Club de Computación y Electrónica pretenden ser un espacio más cercano a la familia, uno que sea capaz de educar y entretener, pero que sobre todo sea popular y asequible para todos.

(Tomado de Granma)

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