Juan Miguel saltó largo en Tokio

Juan Miguel Echevarría no tuvo este sábado en la noche la complicidad del público animándole con palmadas, ni ofreció el espectáculo que más le gusta. Aún así, celebró merecidamente el mejor registro de su temporada y el avance hasta la final del salto de longitud en el atletismo olímpico, que vivió aquí una jornada cuando la jamaicana Elaine Thompson-Herah retuvo su título en los 100 metros con el segundo mejor registro de toda la historia.

«Logré un ritmo perfecto y me salió un salto de 8.50 metros que es mi mejor marca de la temporada y todo está como lo habíamos planeado. Ahora a esperar por la final», dijo con evidente buen estado de ánimo el camagüeyano de 22 años, después de asegurar su clasificación desde el mismo primer intento.

«Buscaba estar entre 8.20-8.30 y salió así…», confesó entre sonriente y desafiante el campeón mundial bajo techo del 2018, quien espera saldar la deuda contraída cuando siendo favorito terminó tercero hace dos años en la cita del orbe de Doha.

La historia de aquella vez no quiere repetirla ahora. Él lo sabe y también su entrenador Daniel Osorio, y juntos han tratado de mantener un “perfil bajo” durante todos estos meses, trabajando con disciplina para lograr su único objetivo este año.

«Para mí es complicado competir sin público. Me gusta que me apoyen, que me ayuden a dar un buen espectáculo, pero no queda de otra y hay que salir a darlo todo así», reconoció al hablar de esa circunstancia, pues es uno de los que más interactúa con la afición en cada competencia.

«Vinimos a una guerra, a dar pelea y eso es lo que haremos», recalcó y habló de lo importante de que su compañero Maikel Massó (8.07 metros) también haya accedido a la final, que se disputará el lunes en la mañana de esta ciudad, noche para quienes los seguirán desde Cuba.

La clasificación del salto no fue un buen momento para el monarca de Doha 2019, el jamaicano Tajay Gayle, quien en su segundo salto se lastimó. No obstante salió a completar un último intento y demostró su grandeza logrando el cupo con un brinco de 8.14 metros y enseguida recibió atención médica.

«Ojalá no sea nada grave y pueda competir en la final, para juntos ofrecer espectáculo», deseó Juan Miguel.

También llegaron hasta la discusión de las medallas el estadounidense JuVaughn Harrison (8.13), el griego Miltiadis Tentoglou (8.22), el japonés Yuki Hashioka (8.17), el italiano Filippo Randazzo (8.10) y el sueco Thobias Montler (8.01), los únicos con más de ocho metros.

Menos reconfortante fue la semifinal de los 800 metros para mujeres, pues la cubana Rose Mary Almanza tuvo una noche para olvidar. Volvió a cometer el mismo error de cubrir demasiado rápido la mitad de la carrera y luego quedar sin fuerzas en los metros finales.

La camagüeyana venía de transitar por una temporada de muy buenos resultados, con mejoras en sus marcas personales. Ya en esta ciudad se vio muy bien durante las eliminatorias, pero ahora quedó lejos de esa demostración y con 1:59.65 minutos finalizó con un onceno lugar general entre las 24 corredoras inscritas.

¿Qué sucedió realmente en la pista? ¿Se sintió con fuerzas para esa estrategia y luego no le resultó? Esas preguntas quedaron sin respuestas cuando pasó de largo por la zona mixta, visiblemente angustiada declinó intercambiar con la prensa que allí le esperaba.

La segunda jornada del atletismo no pudo tener un cierre más espectacular que el ofrecido por las velocistas jamaicanas, que coparon el podio de los 100 metros y con récord olímpico incluido.

Se suponía que la disputa tendría como principales protagonistas a Thompson-Herah y la pequeñita Shelly-Ann Fraser-Pryce. Las opiniones estaban divididas entre quienes siguen este deporte y solo los más osados se atrevían a ofrecer su pronóstico.

Los 10.63 segundos marcados a principios de julio por la Fraser quizás inclinaban la balanza a su favor, pero su compatriota se encargó de demostrar lo contrario cuando entró a la meta con tiempo de récord olímpico: 10.61 segundos.

Ese registro borra el de 10.62 de la estadounidense Florence Griffith Joyner en Seúl 1988.

Fraser entró segunda a la meta con 10.74 segundos y Shericka Jackson detrás con 10.76 como marca personal.

En el estreno del relevo mixto 4×400 (dos hombres y dos mujeres por equipo) se impuso Polonia con 3:09.07 minutos y detrás quedó en plata la sorprendente República Dominicana (3:10.21), por delante de Estados Unidos (3:10.21).