Manzanillo. Abril 5 .- En incontables ocasiones he escuchado decir a muchos la frase que da título a este comentario, y hasta yo mismo la he expresado otras tantas veces a mis familiares, amistades, compañeros y conocidos porque en verdad hay que lograr que las personas tomen conciencia del peligro que esta enfermedad acarrea.
Para nadie es un secreto que la COVID-19 no es cosa de juego, al menos que sean los educativos dedicados a la enseñanza de los más pequeños sobre lo que hoy vive el mundo a causa del nuevo coronavirus Sars-Cov-2, responsable de la aparición de esta enfermedad que tanto dolor y fatales consecuencias ha ocasionado.
Las alarmantes cifras de los contagios que hoy reporta el país, y en especial nuestra provincia de Granma, demuestran esta afirmación.
Hablando de los infantes, es doloroso saber que nuestra provincia, territorio que logró en un tiempo estabilidad y el control de la pandemia, sea una de las que más preocupe en la isla por la elevada contaminación que se está presentado en edades pediátricas. ¿Será que acaso los padres no sabemos lo importante que es velar por la seguridad de nuestros hijos?
Y me hago esta pregunta porque todavía no entiendo cómo existen progenitores, o tutores, que no hayan comprendido que no estamos de vacaciones, que el receso forzado de las actividades curriculares no es para que los pequeños salgan a las calles a jugar, es permanecer dentro cuidando de su salud.
Muchos de estos niños salen a retozar con una «justificada» e hipócrita acción de tener una mascarilla puesta. Digo hipócrita porque casi siempre, para no ser absoluto, ni siquiera la usan correctamente, cuando no está en la barbilla, la tiene en la garganta, o quizás detrás de la cabeza, o tapando nada más la boca, y en el peor de los casos en la mano.
Y…¿que decir de los jóvenes?, a veces los niños acatan mejor los mensajes que los adolescentes de la casa. Ellos no se cansan de estar agrupados sin el debido distanciamiento en las esquinas, practican aún deportes en grandes aglomeraciones, y tampoco usan correctamente los tapabocas, aludiendo que les ahoga. Pero lo más triste es que inventan fiestas u otro pretexto para compartir en grupos innecesarios.
Considero que debemos seguir insistiendo con las familias de lo importante que es lograr y mantener en nuestros núcleos la percepción del riesgo, que es necesario permanecer en casa, cumplir con todas las medidas higiénico sanitarias orientadas para tratar de frenar la propagación y ser consecuentes con el esfuerzo que realiza el país para vencer esta situación epidemiológica.
Es mejor evitar que tener que lamentar, destaca un antiguo refrán popular que debemos tener todos presente si en verdad queremos conservar nuestras vidas. Prefiero usar dobles mascarillas aunque me deficulten un poco la respiración que tener alguna vivencia directa con la COVID-19, pero creo que si todos tomamos conciencia y somos responsables podemos lograr, como dice la conga del maestro Fabré, salir de esto, pero para eso recuerde siempre tener presente que la COVID-19 no es cosa de juego.