La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reconocido el anuncio del G7 de donar 870 millones de dosis de vacunas contra la COVID-19, mayormente mediante el mecanismo Covax, pero ha advertido que se requiere mucho más, pues están muriendo más de 10 000 personas a diario.
Tal y como anunció el fin de semana en su participación en la cumbre de las siete economías más avanzadas, el director general de la OMS, doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, señaló este lunes que el objetivo común para acabar con la pandemia debe ser vacunar al menos al 70% de la población mundial para cuando el G7 se reúna de nuevo en Alemania el año que viene.
Ese objetivo requiere 11 000 millones de dosis, “una cifra que ese grupo de naciones y el G20 pueden hacer realidad”, destacó el doctor Tedros en rueda de prensa.
Tedros celebró el apoyo expresado por los países del G7 a la OMS, al Acelerador ACT y a la idea de crear un tratado sobre la preparación y la respuesta ante pandemias. Además, aplaudió el anuncio de que ese grupo de países donará 870 millones de dosis de vacunas, principalmente a través del mecanismo COVAX, que busca un acceso equitativo a las inmunizaciones, pero recalcó que se necesita más, y más pronto.
“Se trata de una gran ayuda, pero necesitamos más dosis, y las necesitamos más rápido. A diario mueren más de 10 000 personas. Solo durante esta conferencia de prensa morirán más de 420 personas. Estas comunidades necesitan vacunas, y las necesitan ahora, no el año que viene”, dijo.
El director general de la OMS destacó que hay suficientes dosis de vacunas en todo el mundo para reducir la transmisión de la enfermedad, pero que es necesario usarlas “en los lugares adecuados, para las personas adecuadas”, priorizando al personal sanitario y a las personas en riesgo.
Recordó que la mayoría de los países siguen confiando únicamente en las medidas sociales y de salud pública que han sido “la columna vertebral de la respuesta hasta la fecha”, y que, al mismo tiempo, son efectivas contra todas las variantes del coronavirus.
“Pero la aparición de más variantes transmisibles significa que las medidas sociales y de salud pública podrían tener que ser más estrictas y aplicarse durante más tiempo, en zonas donde las tasas de vacunación siguen siendo bajas”, advirtió.
Tedros explicó que, con el objetivo de mejorar la eficacia de estas disposiciones, la OMS está recopilando datos en todo el mundo sobre cómo se utilizan y el alcance que tienen y anunció un nuevo acuerdo de cooperación
“También hemos creado un nuevo grupo de trabajo de la OMS, con el apoyo de Noruega, para estudiar el impacto de las medidas sociales y de salud pública durante la pandemia y otras emergencias sanitarias”, informó.
El director general de la OMS informó que el número de nuevos casos de COVID-19 descendió por séptima semana consecutiva, pero aclaró que, aunque los números de casos semanales sean los más bajos desde febrero, las cifras de muertes no disminuyen a la misma velocidad ya que fueron similares a las de la semana anterior.
“El descenso global oculta un preocupante incremento de casos y muertes en muchos países. El fuerte aumento en África es especialmente preocupante, porque es la región con menos acceso a vacunas, pruebas de diagnóstico y oxígeno”.
Como ejemplo citó un estudio de la publicación científica The Lancet donde se indica que el continente africano tiene la tasa de mortalidad más alta del mundo de pacientes con COVID-19 en estado crítico, pese a tener menos casos notificados que la mayoría del resto de las regiones.
“Las pruebas disponibles sugieren que las nuevas variantes han aumentado sustancialmente la transmisión a nivel mundial. Esto significa que los riesgos han aumentado para las personas que no están protegidas, que es la mayor parte de la población mundial. En este momento, el virus se está moviendo más rápido que la distribución global de vacunas”, alertó.