Manzanillo. Abril Primero.- En Cuba la educación es uno de los puntales de la Revolución, desde sus inicios su meta principal fue acabar con el analfabetismo y masificar la cultura general integral de todo el pueblo.
La atención a los discapacitados y su enseñanza es otro baluarte con que cuenta la población cubana, su incorporación a la sociedad y a sus normas de vida.
Los defensores de la patria es una sociedad científica que incorpora a la educación a la pequeña Isabela Lastres Lastres, quien es una niña que presenta una Parálisis Cerebral Infantil (PCI), y estudia en la escuela primaria Jimmy Hirzeel, del reparto Caimary, de esta localidad granmense.
La Licenciada en Educación Preescolar, Isabel Pérez González, lleva 44 años de labor y ahora asume la tarea de trasmitirle sus conocimientos y toda su atención a esta infante de solo cinco años de edad.
“La niña se logró incorporar al círculo de interés por el desarrollo que ha alcanzado con una buena expresión oral que la involucra en él sin dificultad y es capaz de explicar sobre su actividad”, comenta la maestra
“Con esta sociedad he logrado que los niños y la niñas sientan el amor hacia la historia Cuba, llevándolo de forma sencilla hacia las distintas etapas por las que transitó nuestra Revolución y afianza a través de poesías los hechos históricos y las personas que se involucran en ella”, agregó
La chica con un coeficiente intelectual normal, pero con dificultad en el control visomotor, es capaz de recitar, cantar y hablar del círculo de interés al cual pertenece.”Trata varias efemérides, sobre la vida y obra del líder de la Revolución cubana Fidel castro Ruz”
“La historia en Cuba no se puede olvidar” continua abordando y le dice al Comandante en Jefe.- “los niños de preescolar no te damos palabras te entregamos obra”, así es capaz de hablar y razonar con fervor los hechos históricos de la patria.
Para lograr con éxito su rehabilitación física se trabaja con los especialistas quienes le brindan la atención necesaria para su normal desarrollo y preparación para llevar una vida sin dificultad.
“Cuenta con el cariño de sus padres, la familia y los compañeritos del aula, los que la incorporan a sus juegos y travesuras propias de la edad y ella se nota siempre muy feliz”, remarca la educadora.