Manzanillo. Septiembre 2.- A las mujeres cubanas las vemos en cualquier sitio en función del desarrollo socioeconómico del país. Muchas de ellas protagonizan actividades que podrían pensarse exclusivas para el hombre, sin embargo han demostrado el valor y fortaleza moral que les permiten gozar de un prestigio bien ganado en nuestra sociedad.
Sus delicadas manos también han dejado huellas en el surco, porque responden con honor al llamado de la producción de alimentos. En Manzanillo su presencia ha estado en organopónicos, y huertos locales derramando sudor y fuerza, acompañando a los manzanilleros.
Nairys Pérez Pacheco, miembro del secretariado municipal de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) que atiende las tareas ideológicas de esta organización, confesó que «las federadas todos los domingos durante este tiempo de enfrentamiento a la COVID-19 fuimos convocadas a los trabajos voluntarios en polos productivos, con mucho entusiasmo».
«Ellas acataron la tarea por el beneficio que representa para la familia, porque en un momento determinado vamos a tener abastecidas las placitas y mercados, de manera que podamos ahorrar en la economía, atendiendo que los precios de los puntos de ventas estatales no son iguales a los concurrentes».
«Con nuestro aporte podemos tener también diversidad en la alimentación, ya que posibilitamos aumenten la producción en nuestros campos. Allí las mujeres han sembrado boniato, hasta limpiaron y cultivaron plátanos y yuca».
«Estas son de esas cosas que las federadas piden cuando nos exigen las convocatorias de los trabajos voluntarios, para sentirse más útiles aportando al beneficio propio de la mujer y su familia».
Durante el accionar en las jornadas productivas las féminas nunca se han sentido inferiores a los hombres.
«Compartimos las mismas tareas en el campo, los varones se insertaban junto a nosotras a la limpieza de plátanos, compartíamos el mismo transporte, y así contribuimos al desarrollo del municipio».
«Las convocatorias las realizamos en cada una de las comunidades a través de las propias reuniones que desarrollamos con los secretariados de los bloques ampliados y las masas de federada. Así lo fuimos ordenando para la participación cada domingo de las organizaciones de base que le correspondía asistir, según el llamamiento que desarrollara la Central de Trabajadores de Cuba (CTC)».
Nuestras damas siguen dispuestas a participar cada vez que se les llame a las acciones de la siembra de alimentos, así lo asegura la dirigente feminista. «Claro que si, todos los fines de semana estamos dispuestas a colaborar, son cuatro o cinco horas que brindamos al desarrollo local, y nuestra participación en esta actividad nos va a permitir continuar desarrollándonos como mujeres y como miembros esenciales de nuestras familias».
Por la capacidad de convocatoria, la seriedad y el entusiasmo con que asumen este reto, el secretariado de la FMC en Manzanillo envía una congratulación a las manzanilleras. «Debemos felicitar a todas las que se han sumado al aporte en este trabajo. Algo que hay que destacar es que en esas jornadas participa la mujer junto con su propia familia. Hemos logrado además que asistieran los hijos e hijas adolescentes, hermanos, y esposos, acompañándolas. Convocamos a todas las familias a que se sigan sumando y respondan a los llamamientos, ya sean de la CTC o de nuestra organización, para dirigirnos al cultivo de nuestras áreas».
Es digno destacar la participación de las jóvenes en esta labor como muestra también del compromiso de las nuevas generaciones con el país. «Las muchachas se unieron junto a nosotras todos los fines de semana, hoy continúan asistiendo y hasta entre ellas, junto a los muchachos, crea una emulación de cuánto logran en su trabajo, y motivan así a la participación en el trabajo», concluyó Pérez Pacheco.