Lección de amor en zona roja

Una mujer ennoblecida en su heroísmo es Katia Lorente Segura, manzanillera a quien ni el miedo al virus le detiene en lo que se empeña en llamar «amor y sólo amor».

De su corazón de evangelio vivo que siembra el saber en niños con necesidades educativas especiales, brota hoy una nueva enseñanza, que proviene del ejemplo más hermoso, «el cumplimiento del deber», el sagrado deber por la vida como voluntaria en la zona roja del centro manzanillero para sospechosos de COVID-19.

Sencilla, modesta, y como si la suya no fuera una hazaña que impresiona por la voluntad de acero de ir de frente al enemigo invisible, para cuidar de otros quizás ya portadores y transmisores del microorganismo con corona, cuenta su historia, provista de armaduras que ocultan el rostro pero resguardan del contagio.

«No fue una decisión fácil, para nada , porque imaginaba la seriedad de la situación que entraña mucho riesgo; porque es algo que no vemos, una enfermedad que puedes hasta ni sentirla y estar contagiando a otros; pero todavía hay personas que no tienen en cuenta su magnitud.

La maestra Katia Lorente Segura es una Mariana de estos tiempos de pandemia
La maestra Katia Lorente Segura es una Mariana de estos tiempos de pandemia // Foto Cortesía de la entrevistada

«Soy licenciada en Educación Especial, me desempeño como subdirectora de formación laboral en la escuela Francisco Vicente Aguilera Tamayo. Ante la apertura del centro de aislamiento en la Escuela Pedagógica Celia Sánchez el director del sector se reunió con nosotros el martes, y el miércoles ya estábamos aquí.

«El miedo es perenne, pero se supera cuando vemos personas que necesitan de nuestra ayuda, y por los de casa.

«Mi labor específica es limpiar, pero somos 4 voluntarios en la zona roja y nos apoyamos en todas las actividades; y todo el tiempo permanecemos con los medios necesarios para la protección».

Allí, cuenta, el día es agitado, y cuando apenas se asoma el sol ya sus energías están en función de este arriesgado empeño. Tan trémulo que apenas queda un pequeño instante nocturno para esta conversación, que coincide con el encuentro virtual con sus tesoros.

Sí, hace siete días que su hijas quedaron en casa, con supervisión de la abuela Marta Adelaida, mientras ella se entrega sin vacilación, ni espacio al descuido, a este acto de amor.

«Tengo dos hijas muy buenas, una que cumple 20 años el próximo mes y cuida de su hermana de 14; y cuento con mi mamá que a pesar de estar enferma le da vueltas, al igual que mis tías y unas amigas.

«A mis niñas, por Dios, les fue difícil aceptar mi decisión, porque conocen la magnitud de los riesgos; y mi mamá se asustó mucho, pero me dió su apoyo porque sabe que todo saldrá bien y que es para ayudar a otras personas.

«Ella conoce este temor porque tengo un hermano licenciado en enfermería que vive en La Habana, y en estos momentos también está en zona roja.

Claudia, Marta Adelaida y Katerine (de izquierda a derecha) son la inspiración para vencer el miedo
Sus hijas Claudia y Katerine (de izquierda a derecha), y su madre Marta Adelaida, al centro, son inspiración para vencer el miedo // Foto Cortesía de la entrevistada

«Pero tomé la decisión correcta y este Día Internacional de la Mujer pues fue más especial, inolvidable», y resume el significado de su hacer «en pocas palabras, amor a mi país».

Despojada de presunción, la profe comenta, «espero que los estudiantes me vean no sólo como alguien que arriesgó su vida, sino como la maestra que está dispuesta a enfrentar cualquier tarea, y tomen esta actitud como ejemplo en las suyas.

«Experiencia de la que me llevo, ufffff, la amistad de tres exelentes profes (voluntarios como ella), la confianza en nosotros mismos, la solidaridad ante cualquier situación, momentos compartidos que enfrentamos de la mejor manera; llevaré la gratitud de los pacientes por nuestro servicio».

A sus 40 años Katia Lorente Segura sigue dando lecciones como educadora// Foto Cortesía de la entrevistada

De seguro agotada y luego de la despedida vuelve a descubrir su alma: «nosotros acá estamos asombrados, porque no vemos nada de grande en esta labor, sino mucho amor».

Nada más inmenso que este sentir podría llevarle por decisión propia allí, donde el altruismo vence al pavor, y amar a la vida se torna lección en zona roja.

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2 comentarios en “Lección de amor en zona roja

  1. Katia una excelente profesional, madre y amiga, ejemplo de mujer comprometida con las conquistas de nuestra Revolución.

  2. Una gran mujer de este tiempo de lucha contra la pandemia, dando su paso al frente como muchas han hecho, dejando a su familia para cumplir con la Revolución.

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