Limitemos el vuelo al mosquito, con higiene y sensatez

La batalla campal que libra la ciudad del Golfo en el ámbito epidemiológico tiene hoy dos enemigos al acecho, por un lado el nuevo coronavirus con su alta contagiosidad y por el otro un agente que en su vuelo y picadura aparentemente inofensivos transmite enfermedades también mortales como el Dengue.

Aunque se añade un tercer adversario, el más dañino a consideración personal, el que entraña los mayores peligros y que en los últimos tiempos se esparce sin compasión y habita en nosotros los de razonamiento ¿lógico?, alojado en la inconsciencia y el irresponsable actuar que pone en riesgos a todos.

Si bien desde el enfoque y accionar estratégico del sistema de salud y múltiples factores, en medio de la propagación de la COVID-19, Manzanillo logra contener su transmisión; desafortunadamente la elevada presencia del Aedes Aegypti y sus consecuencias agravan la preocupación.

Los cerca de 150 focos del mosquito detectados al cierre del ciclo anterior por los inspectores de la Campaña antivectorial, en incesante búsqueda para tomar conductas preventivas, mantienen la alarmas, en particular para las zonas del policlínico uno Francisca Rivero Arocha con la mayor incidencia de estos, entre las cinco áreas de salud del municipio.

Los aproximadamente 200 síndromes febriles inespecíficos identificados en las pesquisas en la última semana, 179 de ellos en el área uno, igualmente sobrecogen ante la posibilidad de una transmisión de arbovirosis.

La inseguridad persiste, pese a las acciones de la lucha antivectorial, con la colocación de larvitrampas para la localización oportuna, las inspecciones sanitarias, los controles de foco por medio de las radiobatidas, el bloqueo con fumigación intensiva en la vivienda implicada, las dos aledañas y la de atrás, y la aplicación del abate e insecticidas, algunos con limitaciones por su baja existencia en el territorio, y que se localizan en los diferentes municipios con menor o nula presencia del vector.

Pero ello no es suficiente, y lo refieren la cifra de 24 pacientes en vigilancia bajo mosquiteros en el Campamento de Pioneros Que siempre brille el sol, escogido para el aislamiento de los sospechosos de padecer arbovirosis, con predominio de casos del policlínico uno Francisca Rivero y dos Ángel Ortiz Vázquez, también con las mayores cifras de manzanas reiterativas infectadas.

Que todos nos enfoquemos en el actuar consecuente con la vida resultará cada vez más imprescindible, y aunque reiterativas, las medidas que nos tocan cumplir al pie de la letra en casa, en las instituciones y centros laborales, son esenciales para corresponder con responsabilidad a este duelo con el mosquito Aedes.

Que los ciclos de recogida de desechos sólidos no son tan recurrentes como se necesita en múltiples espacios de la localidad, no puede ser la justificación de que seamos inconscientes de cuánto nos afectan los desperdicios en la proliferación de estos agentes y que no seamos capaces de acopiarlos en recipientes y taparlos, hasta que sean trasladados por Comunales.

Como tampoco depende de otros la higiene en el hogar, la limpieza de los recipientes para almacenar agua limpia, las alternativas para el tapado hermético de tanques y fosas, la supresión de todo riesgo.

Confieso que si antes temía a la picada de este insecto, agobiante también por su zumbido y que a muchos provoca alergias, ahora mucho más, pues hay incertidumbre del lugar donde puede estar aquel que transmita la enfermedad.

Ante esa realidad estamos obligados a hacer más que decir, a cuidar del bien propio y del ajeno, que garantiza el bienestar común, a poner límites y cerrar el cerco para que el mosquito no vuele y ganemos esta contienda con higiene y sensatez.