Sí, el huracán se ensañó con el occidente del país, específicamente sobre la provincia de Pinar del Río. Pero aun con todo su abolengo ciclónico de categoría 3, escogió el rumbo equivocado para hacer daño. Se enredó en el ojo del huracán más potente de solidaridad que pueda conocerse en estas latitudes.
Para colmo, Ian sacó mal la cuenta, porque hoy es 28 de septiembre, y eso es igual a decir barrio, pueblo, Revolución. Es el día de los Comités de Defensa de la Revolución, capaces de movilizar a un país.
Eso es lo que ha hecho Cuba, pues desde las provincias, orientales y centrales partieron brigadas de distintas especialidades para levantar a Pinar del Río, Artemisa, Isla de la Juventud y La Habana.
No será tarea fácil ni corta en el tiempo, el impacto ha sido fuerte, las afectaciones son considerables. Los pinareños no tenían electricidad, tampoco los artemiseños, pineros y habaneros; hay viviendas dañadas; en Vueltabajo las pérdidas en el tabaco serán cuantiosas, pues San Juan y Martínez, municipio vanguardia de esa producción, fue literalmente arrasado.
Pero los cederistas, es decir, el pueblo trabajador, cambiarán los festejos por las labores que devolverán la belleza y la alegría a Cuba. Lo harán con la misma fuerza con la que han velado por la defensa de la Patria. En el occidente, en cada palmo dañado habrá un Comité para la recuperación.
Ya la organización de masas más grande del país tiene el mandato de un cederista. El Primer Secretario del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, dijo en Pinar del Río, «¡Nos vamos a recuperar! Tengan la certeza. Esto es duro, pero vamos a guapear y vamos a salir adelante».