Los estudiantes de medicina manzanilleros ponen el corazón

Facultad de Ciencias Médicas Celia Sánchez Manduley de Manzanillo  //Foto Eliexer Pelaez Pacheco
Facultad de Ciencias Médicas Celia Sánchez Manduley de Manzanillo //Foto Eliexer Pelaez Pacheco

Manzanillo. Noviembre 27.- En esta ciudad si hay una fuerza que ha mostrado cómo los jóvenes pueden lograr grandes cosas por el bien y a favor de todos, es la que integran los estudiantes de medicina, quienes durante esta última etapa que vive el país a causa de la pandemia se han destacado en su accionar.

Muchos son los testimonios y las historias de vida que esos bisoños pueden contar, incluso de aquellos momentos más tensos que vivió el territorio cuando los reportados positivos y los fallecidos crecían a causa de la enfermedad.

Pero con el temple que le caracteriza a los cubanos esta fuerza juvenil estuvo ahí en la primera línea de combate, brindando su apoyo, aprendiendo, compartiendo saberes, y lo mejor de todo acompañando a su pueblo que los ve crecer en la carrera que han escogido para superarse.

Dariela Ceruto Jerez, presidenta de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) de la facultad de Ciencias Médicas Celia Sánchez Manduley en Manzanillo destaca a esta redacción el papel que los futuros galenos jugaron en esta etapa.

“La COVID-19 en sus inicios paralizó las labores docentes en las instituciones educacionales y la universidad no estuvo exento de ello. Cuando se nos convocó, nuestros universitarios participaron en las pesquisas activas, llegando a cada puerta incluso en las zonas rurales.

Dariela Ceruto Jerez //Foto Eliexer Pelaez Pacheco



Nos vinculamos además a los trabajos productivos aportando nuestro granito a la economía del país. Trabajamos incluso como facilitadores en las comunidades ayudando a las personas necesitadas, y otro grupo estuvo vinculado directamente a la actividad comunicacional”, dijo la joven estudiante de medicina.

En esos momento el accionar de la FEU fue otro ya no como estaban acostumbrados, así confirma Ceruto Jerez quien agrega que “la organización, aunque no con la misma vitalidad y entusiasmos de tiempos normales, mantuvo vivo los principales procesos orgánicos y llegó a todos nuestros estudiantes.

Lo hicimos en cada uno de los territorios donde se seleccionó un coordinador que representara y atendiera las preocupaciones e hiciera llegar a los estudiantes la información.


En temas de investigación nos mantuvimos activos, se desarrollaron varios eventos nacionales e internacional, y el colchón editorial de Nuestra Revista creció con el cúmulo de artículos desarrollado por estos tiempos”, explico Dariela.

Así transcurrieron los primeros momentos que estos muchachos y muchachas se enfrentaron, y cuando fue necesario volver a las aulas se tomaron otras alternativas. “En un segundo momento comenzamos la docencia y se nos hacía difícil el centralizar la formación en nuestra facultad, por lo que la educación se municipalizó, y fue ahí cuando se hizo robusta nuestra Aula Virtual”, expuso Ceruto Jerez.

“Comenzaba ahí un proceso conjunto de aprendizaje con educación a distancia y pesquisa activa. Ante la compleja situación vivida en la provincia y el aumento de los casos se hacía necesario un aumento del personal a laborar en los centro de aislamientos; es entonces cuando la FEU lanza la convocatoria de los Voluntarios por la vida”, señaló esta muchacha.

Sobre este último tema la líder estudiantil explica que “los Voluntarios por la vida fueron grupos de muchachos dispuestos a dar ayuda en temas de servicio en los centros de aislamiento.
A esta tarea el estudiantado de nuestra facultad reaccionó rápidamente y llegamos a sumar más de 100 jóvenes a nuestra brigada. En los centros de aislamiento prestarían servicios de mensajería, lavandería, limpieza, pantry, entre otros”, dijo.

“Nuestros muchachos se tuvieron que enfrentar a muchos temores, incluso a sus padres. Muchas veces la familia no quería que participaran en las tareas que como estudiantes de las ciencias medicas nos corresponden.

Creo sería bueno mencionar la afectación psicológica que puede traer para cualquier persona el enfrentarse a pacientes enfermos de COVID-19, sin embargo nuestros muchachos fueron soles en los días más grises de las personas enfermas”, expresó la dirigente estudiantil.

“Todo lo vivido nos sirvió en nuestra formación cómo médicos generales integrales y sin lugar a dudas nos hizo más humanos y conscientes de nuestra labor”, concluyó este joven que también estuvo allí ofreciendo su ayuda a quienes los necesitaban en una situación como esta.

Válido es entonces reconocer a estos pinos nuevos todo lo que hicieron, merecido tienen la condición de Jóvenes por la Vida, y hoy que recordamos a los ocho estudiantes de medicina fusilados injustamente por el gobierno español que reinaba en Cuba en su época, podemos decir que nuestros futuros galenos le rinden tributo a sus mártires cada día, brindando y haciendo lo mejor que saben hacer, poniéndole el corazón a Cuba.