Manzanillo. Octubre 13.- Desde los días iniciales del mes pasado los estudiantes manzanilleros del primer año de las diferentes carreras de la Universidad de Granma (UDG) comenzaron la presencialidad de sus clases en diferentes escenarios, lo que facilitó la inserción de estos jóvenes en las actividades curriculares del centro.
Los espacios utilizados para sus clases bajo estricto cumplimiento de las medidas higiénico sanitarias establecidas, estuvieron ubicados en centros culturales y otros lugares que cedieron sus áreas para la preparación de los futuros profesionales de este territorio.
Este miércoles ya poco a poco se van incorporando a sus sitios en la propia universidad incluyendo los del campus Blas Roca Calderío que antes había servido como centro de aislamiento para sospechosos y enfermos de la COVID-19.
Dos de los estudiantes que vivieron esta experiencia del inicio de las clases presenciales en otros escenarios diferentes a la de la casa de altos estudios granmenses son Erick Castañeda Beritán, de la carrera medicina veterinaria y Alberto Suárez Oliva quien se formará como ingeniero en informática.
Ambos comparten sus vivencias sobre lo que significó haberse iniciado en esas condiciones sobreponiéndose a la situación epidemiológica que enfrentamos y que va cambiando sus efectos negativos.
«Como estudiante del primer año estoy satisfecho con lo que hemos realizado hasta ahora porque pudimos así en esas condiciones iniciar el período lectivo», expresó Erick quien agregó que, «estos encuentros nos han servido mucho para nuestra preparación de la cultura general integral con las asignaturas más importantes.
Recibimos clases de Filosofía, Seguridad y defensa nacional, e Inglés. Ahora cuando entremos definitivo a la universidad tenemos el reto de seguir para alante y formarnos como profesionales de este país», dijo Castañeda Beritán.
Por su parte Alberto manifiesta que «ese necesario inicio fue significativo porque en las condiciones que está el país por la COVID-19 pudimos incorporarnos a nuestras carreras de manera presencial para la formación.
Los encuentros fueron dinámicos y nuestros profesores nos dejaban guías y actividades para ir estudiando y aunque fueron pocas veces a la semana por la pandemia sí nos sirvió para ir preparándonos.
Por ejemplo en Inglés intercambíabamos guías de estudios con nuestra profesora que luego practicábamos en las aulas mediante diálogos para ir enriqueciendo nuestros conocimientos.
Yo agradezco mucho estos espacios porque nos facilitó comenzar la carrera, y en mi caso, así como muchos jóvenes que cumplimos con el Servicio Militar Activo (SMA) nos sirvió para retomar nuestros conocimientos en la preparación general e integral», agregó Suárez Oliva.
Uno de los profesores que asumieron la preparación de estos muchachos en esos encuentros es Félix Rodríguez de la Cruz, de la carrera Pedagogía Psicología. Este Máster en Ciencias de la Educación Superior reconoció que «la asistencia de los universitarios fue muy buena a estos encuentros, mostraron interés en la formación. Como iniciativa se crearon los grupos Whatsapp donde recibieron toda la información, realizaron consultas a partir de las dudas».
El también profesor auxiliar asegura que «la preparación de los profesores fue la correcta, y las frecuencias se mantuvieron todos los miércoles en el horario de la mañana».
«Esto creó una pauta y las condiciones necesarias para que cuando comencemos totalmente en la propia universidad tener mejores resultados».
Otro de los educadores responsable de la formación de los bisoños, el también máster Gilberto Antonio Garcés Fonseca, jefe del departamento Psicología Pedagogía de la facultad de educación básica.
El profesional le da importancia a estos encuentros porque «se da continuidad, ejecución y vigencia a lo que se pide de tener la universidad en la comunidad, y se logra la vinculación de la teoría con la práctica. En ese sentido alcanzamos la experiencia de un modelo mejor con la organización y la planificación que se estableció, y así los estudiantes lograron estar más cerca de la realidad de su carrera.
Este tipo de encuentro permitió además elevar el nivel de exigencia y preparación de los profesores desde el punto de vista pedagógico, metodológico y científico porque no estábamos acostumbrados a la cantidad de proyecciones extracurriculares, extensionistas que faciliten que el estudiante adquiera mayores habilidades en su formación», dijo el también profesor auxiliar de la USC.
Los estadios Orestes Gutiérrez, conocido como el besibolito, y el Wilfredo Pagés, así como la Casa de Cultura, el Museo Municipal y la escuela primaria Martha Abreu fueron las principales locaciones que se establecieron en Manzanillo para este inicio de la presencialidad de los alumnos del primer año de la universidad granmese.
Ahora que poco a poco todo vuelve a la normalidad y que los alumnos ingresan a su propio centro universitario se agradece todo el esfuerzo que se estableció para lograr la formación de los futuros profesionales del territorio.