Brasilia, 30 oct (Prensa Latina) El candidato Luiz Inácio Lula da Silva retornó a la carrera por el poder y ganó hoy estrechamente la presidencia en la segunda vuelta de comicios en Brasil con 50,87 por ciento de los votos válidos.
Con el 99,40 por ciento de las urnas escrutadas, el aspirante presidencial del Partido de los Trabajadores (PT) derrotó al mandatario de tendencia ultraderechista Jair Bolsonaro, quien ambicionaba reelegirse por el Partido Liberal y recibió un 49,13 por ciento de los votos.
Tal resultado se considera la votación presidencial más cerrada de la historia reciente del gigante suramericano, sumergido bajo una brutal polarización.
Bolsonaro es el primer jefe de Estado en funciones que no pudo reelegirse y tampoco lideró las encuestas en el año anterior a las votaciones, algo que no ocurrió en los intentos -exitosos- de Fernando Henrique Cardoso (en 1998), Luiz Inácio Lula da Silva (2006) y Dilma Rousseff (2014).
El expresidente (2003-2011) llegó al balotaje de este domingo al encabezar la primera vuelta de sufragio del 2 de octubre con 48,43 por ciento de los votos, mientras que el exmilitar tuvo 43,20 por ciento, indicador mucho más alto que lo pronosticado por las encuestas de opinión.
Ambos no lograron en esa primera porfía la mayoría absoluta de votos, es decir, más de la mitad de los válidos (excluidos blancos y nulos), como establece la legislación nacional para ser electo.
Rehabilitado en la política desde marzo de 2021 y convencido de que puede reconstruir Brasil, el extornero mecánico presentó en mayo su candidatura.
Nuevamente buscó y conquistó un tercer mandato, tras cumplir 580 días de prisión política y tener anuladas sus condenas, para imposibilitar el apetito de reelección del excapitán del Ejército.
Por sexta ocasión, el exsindicalista disputó las presidenciales. Lo hizo en 1989, 1994 y 1998, las cuales perdió, pero ganó en 2002, 2006 y ahora en 2022.
Durante su arenga en Sao Paulo cuando definió su pretensión, Lula aludió a la reconstrucción y a la unidad nacional, como ocurrió en la llamada redemocratización, cuando los adversarios se aliaron para derrotar a la dictadura militar (1964-1985).
«Resulta un momento muy especial en mi vida, especial por contar con ustedes, por lograr, por primera vez, juntar todas las fuerzas políticas progresistas en torno a mi campaña», aseveró en aquella ocasión el exdirigente obrero.
Admitió que “queremos volver (al poder) para que nadie se atreva a desafiar la democracia de nuevo. Y así el fascismo vuelve a la cloaca de la historia, de donde nunca debió salir», refirió.
Historió en que «tenemos un sueño. Nos mueve la esperanza. Y no hay mayor fuerza que la esperanza de un pueblo que sabe que puede volver a ser feliz», subrayó.