Mantener la infancia a salvo de la COVID-19: “Necesitamos la algarabía de los niños” (+Video)

Los niños de la primera infancia de Manzanillo rindieron homenaje a Martí  //Foto cortesía de Annia Pacheco Palomares
Los niños de la primera infancia de Manzanillo rindieron homenaje a Martí //Foto cortesía de Annia Pacheco Palomares

¿Cómo han vivido nuestros niños, niñas y adolescentes el confinamiento impuesto por la pandemia de COVID-19? ¿Qué recursos deben tener en cuenta madres y padres para lograr que este sea un tiempo provechoso y lo más feliz posible para los más pequeños y jóvenes de casa?

Fueron estas algunas de las interrogantes que colocaron en el Día Internacional de la Infancia, en la Mesa Redonda,  una maestra, una pediatra, una psicóloga y una actriz, para desde sus diversas miradas y experiencias contar cómo debe la familia cubana asumir el desafío de mantener a niños y niñas a salvo.

Claudia Alvariño Díaz (Muma), actriz y codirectora del grupo de teatro infantil La Colmenita; la doctora Roxanne Castellanos Cabrera, profesora titular de la Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana y especialista en Psicología Infantil; María del Loreto Rosendo Díaz, directora de la escuela primaria Frank País en el municipio Plaza de la capital, y la doctora Lissette del Rosario López González, jefa del Grupo Nacional de Pediatría del Ministerio de salud Pública transmitieron importantes mensajes para que la infancia, en medio del complejo escenario que la COVID-19 ha impuesto, siempre quede protegida.

Foto: Captura de pantalla.

Las niñas y niños nos han dado innumerables lecciones

Claudia Alvariño Díaz (Muma), actriz y codirectora del grupo de teatro infantil La Colmenita. Foto: Captura de pantalla.

Las niños y niñas nos han dado innumerables lecciones a los adultos en un año y medio de pandemia. Nos impulsan cada día a trabajar y ser mejores, para que ellos en un futuro sean hombres y mujeres de bien, como los que el mundo y Cuba necesita”, dijo al intervenir en el espacio televisivo Claudia Alvariño Díaz (Muma), actriz y codirectora del grupo de teatro infantil La Colmenita.

Para la actriz, “Chamaquili ha sido la salvación de la pandemia”, comentó al referirse al niño (su hijo) que interpreta al pequeño que sorprende cada día en la televisión cubana, con sus consejos sobre cómo enfrentar al coronavirus.

“Soy una persona que nunca mi dinámica ha sido estar encerrada en casa. En este tiempo di a luz a mi niña Ana Lucía que ya cumplió un año; y a través de Chamaquili e intentado ser útil a las familias cubanas y en particular a los niños, tal como es el propósito de La Colmenita. Me ha hecho mucho bien, ocupar mi tiempo, crear”.

También ha sido—comentó— muy útil para el pequeño Lucas, quien protagoniza a Chamaquili. “El niño está en una edad en que puede ser adicto al tablet, a ver muñequitos, a la televisión; y esas dinámicas de cambiar de actividad, entrenar la memoria han sido muy provechosas”.

La actriz comentó que tuvo la idea de escribir al poeta Alexis Díaz Pimienta (el papá autor de los textos de Chamaquili), gran amigo de La Comenita y le preguntó si no había pensado en cómo veía el personaje de Chamaquili la pandemia. De esa iniciativa surgió un libro de 50 páginas, el más extenso de la serie de este personaje con el que han crecido muchos niños y niñas cubanos; y también la idea de llevar desde casa a Chamaquili a la Televisión cubana.

Lucas Baños Alvariño, el niño que encarna el personaje de Chamaquili, protagonista del libro Chamaquili y la pandemia, de Alexis Díaz Pimienta, llevado al audiovisual y proyectado en la TV cubana. Foto: La Jiribilla.

Lucas Baños Alvariño, el niño que encarna el personaje de Chamaquili, protagonista del libro Chamaquili y la pandemia, de Alexis Díaz Pimienta, llevado al audiovisual y proyectado en la TV cubana. Foto: La Jiribilla.

Para Lucas es un juego y a veces no entiende bien esa dimensión de llegar a cada casa, dijo.

La pandemia, señaló, nos ha cambiado la vida a todos, especialmente a los niños, que han dejado de ir al círculo infantil, a la escuela, y la casa se ha convertido en ese espacio de permanecer el mayor tiempo. “Pero de las cosas malas también se aprende, y nuestros niños tienen que saber también que si hacemos lo que se nos dice por los médicos y autoridades esto acabará; y sí podemos hacer planes”, comentó.

Destacó que en casa se pueden hacer muchísimas cosas, crear, imaginar, ser útiles, ayudar a mamá y papá, pero hay que tener en cuenta que los más pequeños también se agotan. Necesitamos conversar entre todos en casa, y tener paciencia, afirmó.

La infancia es la etapa más vulnerable a los cambios, como los que ha impuesto la pandemia

doctora Roxanne Castellanos Cabrera, profesora titular de la Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana y especialista en Psicología Infantil. Foto: Captura de pantalla.

La doctora Roxanne Castellanos Cabrera, profesora titular de la Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana y especialista en Psicología Infantil comentó las experiencias vividas “durante estos 14 meses desde que comenzó la pandemia, siendo parte de un equipo de trabajo que hemos estado brindando ayuda mediante la red social WhatsApp a cientos de la familia”.

“Esta ha sido una experiencia tremenda, y nos ha nutrido de muchos aprendizajes de primera mano, de lo que ha estado pasando. De modo que hemos podido acompañar e ir pulsando todas las cosas”, dijo.

En ese sentido, la psicóloga hizo una sistematización de todas las problemáticas que han estado recibiendo mediante los grupos.

Lo más importante que le pedimos siempre a las familias es que entiendan lo que está pasando desde el punto de vista de los niños, que es algo que a los adultos en las prisas de la vida, y más en el contexto de una pandemia, se les escapa un poco. Entonces nos plantean que el niño está majadero, qué está desobediente y no entienden qué pasa”, apuntó la especialista.

De acuerdo con Castellanos Cabrera, lo primero a apuntar es que, aunque se haya dicho mucho, la infancia es la etapa más vulnerable desde el punto de vista de cuánto le impactan los cambios. “A todas las personas nos desestructuran los cambios, pero a los niños mucho más. Su vida se compone de determinadas rutinas, no en balde desde que se institucionalizan todo tiene determinados horarios, y el seguir estos horarios y rutinas les da mucha seguridad y tranquilidad”, explicó.

“A los niños, hace 14 meses sus referentes, que son sus pilares para estar bien, le dijeron: hay un virus malo y tenemos que protegernos; algo inédito en la humanidad. Hay que quedarse en casa y no podrás ir al círculo ni a la escuela. No podemos salir y no podrás jugar en el parque ni ver a tus amiguitos”, comentó.

Hay que pensar cuánto se les ha pedido y cuánto les ha cambiado toda la vida, agregó.

La psicóloga dijo que al mismo tiempo, los adultos tampoco han estado en plenitud de facultades y emociones positivas para afrontar a un niño que empieza a demandar más de ellos, en lo que en este tipo de circunstancias se le conoce como sobre apego.

“En especial lo vemos sobre las madres, que en este patrón recurrente de cuidadora principal ha estado extremadamente sobrecargada en esta etapa y de pronto siente a un niño que está todo el tiempo, de la edad que sea, demandándole atención. Esto se debe a que todos los contextos de desarrollo del niño se fueron a casa, por tanto, tienen que pedirle al cuidador todas las opciones para poder cubrir todas las necesidades, que son un abanico amplio, pues el niño está en un momento de aprendizaje, buscando por sí mismo respuestas”, expuso.

Señaló la experta que en esta circunstancia, además del sobre apego, empiezan también las ansiedades como respuesta a todos los desajustes que está viviendo, y en ese sentido les pedimos a las familias que legitimen eso, que les den respuesta y acompañamiento a esas necesidades. “Si a los cuidadores no les es posible, entonces deben activar las redes de apoyo que estén disponibles. Pero por el día hay que darles esa respuesta a los niños, porque de eso va a depender que no empiece a tener reacciones psicológicas de desajuste”, alertó.

Otra cosa que ocurre frecuentemente—refirió Castellanos Cabrera— es la alteración de los hábitos de sueño, dentro de ellos el desplazamiento de los horarios porque falta gasto de energía, y comienzan a dormir más la mañana y a querer ir a la cama más tarde. “Parte de nuestro acompañamiento es que la familia entienda que es natural, que hay desajustes que son normales. Además, las ansiedades del día el niño se las lleva al sueño y entonces tiene miedos a la hora de dormir, miedos nocturnos, y quiere meterse en la cama con mamá y papá. Es normal y hay que darle acompañamiento al niño de muy diversos modos: cada vez que se despierte, por ejemplo”.

Por otra parte, la psicóloga abordó el tema del sobreconsumo y la sobreexposición a las pantallas. “Realmente es un recurso muy socorrido para las familias teniendo a los niños en casa todo el día. Ya ese era un problema que teníamos desde antes, pero en este contexto se ha agudizado. Y es una ardua tarea que tenemos, en hacer que la familia entienda, en que nuestros niños entiendan, aunque no lo vean muy claro, que puede ser dañino”, dijo.

“Los padres pueden y deben hacerlo, es su tarea regular ese consumo. De 0 a tres años no debe ser ninguno y la Organización Mundial de la Salud ha advertido que genera más riesgos que beneficios”, expuso.

La especialista recalcó que cuando el tiempo de exposición a las pantallas es prolongado, el desarrollo subjetivo del niño se va a alterar, pudiendo llegar a ser dramático. Otras de las consecuencias de esta sobreexposición es la ansiedad, relacionada, además, a los trastornos del sueño.

Una de las cosas que está generando hoy que los niños estén más alterados, además del contexto de estar en casa, es este sobreconsumo, dijo.

Según remarcó Castellanos Cabrera, las conductas de rebeldía ha sido otro de los problemas presentados en los grupos. Los padres o tutores nos plantean que el niño está más desafiante, rebelde, tiene muchas perretas… ¿Qué puede estar pasando?, reflexionó.

Al respecto, explicó que hay dos razones para que tenga esta problemática: una es que ya tenía, antes del confinamiento en casa, problemas con el aprendizaje de normas, límites, y con el entrenamiento de la voluntad. Este último es un proceso muy complicado, y en un contexto como la pandemia se incrementa esa dificultad; la otra es que le estamos coartando mucho sus dinámicas de desarrollo, pues tenemos la vida organizada desde las dinámicas de los adultos y no desde la de ellos, apuntó—.

En los adolescentes— explicó— el problema ha estado sobre todo en que desplazan mucho el horario hacia la nocturnidad y a veces están gran parte de la madrugada despiertos. Este es un comportamiento bastante usual, pero la familia debe velar porque no permanezcan toda la noche despiertos, realizando un proceso de conducción de ello.

La familia también debe insistir en el estudio, es su responsabilidad velar porque el adolescente estudió, y no debe quedar solo a la voluntad de este, agregó.

“También en este grupo está presente el tema del uso de la tecnología. Si el adolescente usa la tecnología para estar en comunicación con los otros, es normal que sea así, porque es gregario por naturaleza y necesitan eso”, dijo.

Antes de concluir, la psicóloga felicitó a los niños, adolescentes y sus cuidadores principales por el esfuerzo realizado durante todo este tiempo.

Del aula al televisor: Páginas de entrega para no detenerle el “curso” a un sueño

Al intervenir en el espacio radio-televisivo Mesa Redonda, María del Loreto Rosendo Díaz —directora de la escuela primaria Frank País (municipio Plaza) y teleprofesora de Lengua Española para 5to. y 6to. grados—, explicó que el nuevo escenario ha significado un cambio muy brusco para los niños, al exigirles pasar del aula, con su maestra de manera presencial —tiza en mano, pizarra— al televisor.

Destacó el enorme esfuerzo realizado por los teleprofesores porque, en tiempo récord, lograron preparar este plan de clases con sus consiguientes actividades docentes televisivas. Y ello en el ánimo de facilitar las herramientas y contenidos necesarios a familiares y educandos, en aras de que el curso escolar no se detuviera.

En el nuevo escenario supuesto por la pandemia, la familia ha desempeñado un rol importante. Esfuerzos que se han traducido en la responsabilidad, disciplina y seriedad con que los estudiantes han asumido este proceso educativo a distancia. De ahí la importancia de reconocerlos también como actores protagónicos de la enseñanza-aprendizaje. “Verdaderos campeones, valientes” y, en ocasiones, igual ellos han sabido dar lecciones, valoró.

Los retos han sido bidireccionales, tanto para los niños que estaban acostumbrados a ver antes a sus maestros directamente y ahora solo los ven mediante una pantalla, como para los teleprofesores, porque también ellos han debido imaginarse y reinventarse el aula frente a las cámaras, compartió Rosendo Díaz.

Asimismo, comentó acerca de las expectativas generadas en torno al regreso a las aulas con el reinicio del curso escolar en septiembre próximo, el cual se aspira sea presencial.

Exhortó a retomar las lecturas positivas que nos deja el período de curso virtual para enriquecer las clases presenciales en un escenario post-pandemia; es decir, complementar las aportaciones de las teleclases con el maestro delante de sus alumnos a la horade impartir un contenido.

“Todo esto nos ha servido de experiencia y vamos a tomar lo bueno de esta etapa tan mala”, insistió. Entre esas experiencias positivas, mencionó las habilidades potenciadas por los estudiantes, como el hábito del estudio independiente, de cara a sistematizar los contenidos.

“La calidad del proceso docente- educativo, una vez que se reinicie el curso, está garantizada”.  Por ello insistió en lo oportuno de que las familias y los educandos optimicen al máximo el mes de clases televisadas que falta aún por transmitir, con lo cual se viabiliza un paso esencial para empezar el nuevo período en mejores condiciones desde los conocimientos adquiridos.

La lectura, esa experiencia de libertad a las puertas de unas buenas páginas

Entre la actuación y el ejercicio del magisterio desde el teatro, la actriz y codirectora de La Colmenita, Claudia Alvariño Díaz (“Muma” en el mundo artístico), compartió algunas recomendaciones para aprovechar espacios desde el confinamiento que potencien los saberes.

En primer lugar, invitó a la lectura como una experiencia enriquecedora, pues ya en las películas y otros materiales audiovisuales pueden percibirse los colores, las luces, los vestuarios; sin embargo, el descubrimiento que tiene lugar a las puertas de un libro resulta incomparable. “Los libros hacen volar la imaginación”, resumió.

Dentro de la lista personal de títulos sugeridos, Alvariño Díaz incluyó: Había una vezEl cochero azulLa edad de oroEl principitoCorazón, diario de un niño… Libros que, sin duda, ayudarán a nuestros niños a crecer en saber y espiritualidad.

Sobre las iniciativas para fomentar el hábito de la lectura en la infancia, trascendió además en la Mesa Redonda un proyecto que desarrollan, de conjunto, la Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana y la Biblioteca Nacional de Cuba “José Mart픡Mantenga a las niñas y los niños cerca de los libros!

Se trata de un espacio de mediación de lectura, con frecuencia semanal, donde el punto de partida es un libro especial leído en familia y, a partir de ahí, se sugiere una serie de actividades que estimula la comprensión lectora y otras habilidades educativas.

Niños vs. COVID-19: “El color de la vida”, “el Durán de cada casa”

Especial reconocimiento transmitió la Mesa Redonda, en el Día Internacional de la Infancia, a aquellos niños y niñas que han debido conocer los duros días de la zona roja y enfrentar, a sus escasos años, la COVID-19. Son ellos una expresión nítida de que la altura no se mide en centímetros, sino que la determina la valentía.

Resulta ineludible tener en cuenta la sensibilidad que conlleva el tratamiento a estos niños que han enfermado de coronavirus. Algo que no se puede perder de vista ahora, ni en el retorno a las escuelas en septiembre. No rechazarlos, no marginarlos, es clave para su adecuada reinserción al curso escolar.

Por su parte, la doctora Lissette del Rosario López González —jefa del Grupo Nacional de Pediatría del Ministerio de Salud Pública— destacó que, desde el sentir de los profesionales de la salud que han atendido a pacientes pediátricos con ese virus, “todo nuestro empeño es mínimo para lo que podamos hacer, cada minuto, en pos de ellos”.

Las imágenes de niños con nasobucos, aun cuando se vean sus ojos felices, son imágenes que —psicológica y pedagógicamente— transmiten mucha tristeza.

Lo difícil no está en el niño en sí, sino en lo difícil que puedan ser los entornos donde deben gestionarse las herramientas necesarias para coadyuvar a que los menores logren vencer determinada situación compleja, como la que actualmente vivimos, reforzó la experta.

Los niños que se han contagiado con la COVID-19 en Cuba, y lamentablemente no han sido pocos, han constituido “lecciones para todos los profesionales que los hemos asistido”, valoró.

Son niños que, en su condición de enfermos, han desarrollado un espíritu de solidaridad importante y han sido muy cooperativos con los tratamientos”, expresó. “Un instrumento para no derrumbarnos porque los médicos, los enfermeros, los técnicos de laboratorio…, también hemos tenido que estar lejos de nuestras familias y sentido presión psicológica”.

A veces, “los niños nos enseñan a nosotros a ver la vida, a vivir la vida”. Y añadió: “Hay que protegerlos, hay que cuidarlos, porque este país, estas calles, estas escuelas necesitan el grito de los niños: que los niños corran, que nos saquen de quicio, pues realmente ese es el color de la vida”.

Los niños han sido grandes, han debido enfrentar una tarea gigantesca, sin tener las herramientas que tenemos los adultos”.

Cuando los adultos han perdido de cierta manera el camino, subrayó, “los niños siempre han buscado salidas para regalarnos una sonrisa o regalarnos un aplauso, para los niños las 9:00p.m. aplaudir a los médicos era una fiesta y hoy los médicos los estamos aplaudiendo a ellos”.

Más adelante aseguró la pediatra: “estoy convencida de que, para darle la estocada final a esta pandemia, los necesitamos”, no solo como los que hay que cuidar, sino para cuidar a la familia. Ellos son la piedrecita que nos falta. Ellos son el Durán de cada casa”.

Ellos deben ayudarnos a que “no vivamos con el terror, sino que vivamos con la convicción de que vamos a volver a ser un país alegre, un país feliz”.

“Si volviéramos a nacer, la totalidad de los pediatras volveríamos a serlo”, defendió. Ellos cuidan dentro de la zona roja, nos alimentan el alma y nos dan la ‘gasolina’ necesaria para seguir”.

Ganadores del concurso de la infancia y convocatoria al Día de la Algarabía

En esta emisión de la Mesa Redonda se dieron a conocer los ganadores del concurso dedicado a la infancia y la adolescencia, convocado por la Facultad de psicología de la universidad de La Habana, los Estudios de Animación del ICAIC y Cubadebate.

Estos fueron los niños y niñas premiados:

  • Iranel Flores Cuba (Ranchuelo, Villa Clara)
  • Sahily Jiménez (Santiago de Cuba)
  • Angelina Ibáñez (Playa, La Habana)

Los adolescentes ganadores resultaron:

  • Brianna Peña (Baracoa, Guantánamo)
  • Saleb González (Bartolomé Masó, Granma)
  • Daniela Amores (Playa, La Habana)

¡Celebra el Día de la Algarabía, el próximo domingo, 6 de junio!

Desde este espacio radio-televisivo, llega una invitación especial: el domingo siguiente, 6 de junio, a las 10.00a.m., únete a la celebración del Día de la Algarabía.

Consiste en que todos los niños se asomen ese día, en el horario señalado  y desde la seguridad del hogar, a espacios desde donde puedan hacer visible la alegría que emana de sus voces, por espacio de cinco minutos.

Un grito de optimismo, un bullicio de júbilo. Una verdadera algarabía para celebrar y defender la vida. 

En video, Mesa Redonda

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